Capítulo 29

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Aunque haya pasado un día desde lo que pasó, realmente no podía creer que sucedió. Cuando desperté aquella mañana el sábado, en la cama de Chris, con solo una de sus remeras que ni siquiera recordaba que me había puesto, recordé lo demás. Él dormía a mi lado así que no quería chillar y despertarlo, aunque seguía demasiado sorprendida porque me había atrevido a hacerlo. ¿Esto marca una diferencia en algo? No lo sé.

Luego de que él despertara, me hizo el desayuno, aunque le dijera de que no hacia falta... se veía feliz consintiéndome. Me trató tan bien que cualquiera pensaría que estábamos en una relación de años. Me llevó a mi casa y se fue aún estando con una sonrisa pegada al rostro, parecía el más feliz.

Mamá y Jena no estaban en casa, seguramente habían ido de comprar o pasar tiempo juntas como suele suceder... Se divertían ellas solas, sin mí... Pero ahora eso no importa, estaba feliz y no podían arruinarme eso. Mi teléfono suena y al mirarlo vi que tenía un mensaje de Adler.

Adler: Te tengo una sorpresa, ¿aceptas?

Yo: Claro.

Adler: Perfecto. Necesitaré que prepares un bolso como si fueras a la playa y al campo por días.

Yo: ¿Eh?

Adler: Confía en mí, princesa.

Suspiré mirando la pantalla pero sonreí y Respondí afirmativamente antes de dejar el teléfono y hacer lo que me había pedido. Agarré uno de mis bolsos y metí ropa de playa y de campo, ¿iríamos a esos dos lugares? No lo sabía en realidad. Agarré mi bolso y lo abrí para ver que más llevaba, entonces saqué los preservativos que había agarrado del baño de Chris. ¡Me debería de dar vergüenza!

-Dios, ¿por qué agarré varios?

Me sonrojé por completo pero una idea se mete e instala en lo profundo de mi cerebro... Lo había hecho con Chris, y me ha gustado. ¿Con Adler sería diferente? ¿Quizás sea la prueba que necesito para saber y elegir? Negué con la cabeza para espantar esa idea pero lo único que pude conseguir es pensar en esa vez cuando espié a Adler. Dios, su cuerpo... y el de Chris... Ninguno tenía nada que envidiarle al otro.

-¡¿Por qué estoy pensando en esto?!

Me lancé a mi cama y cubriendo mi rostro con una almohada y chillando en ella.

-¿Pensando en qué, princesa?

-¡Ah!

Me senté de golpe y escondí los preservativos en la bolsa con rapidez que me hacía pensar en que no debía de envidiarle a Flash. Adler enarca una ceja desde el balcón y se cruza de brazos.

-Nada, no pensaba en nada.

-Haré como que te creo por esta vez.

Se acerca a mí y yo cerré el bolso rápidamente. Adler se coloca en frente de mí y sonríe.

-¿Lista?

-No sé para qué pero... supongo.

-Ya lo sabrás, y no te preocupes, te encantará.

-Lo sé...

-¿Lo sabes? -me mira sonriendo.

-Es que... siempre me gustan las cosas que hacemos juntos.

-Que tierna, princesa.

Besa mi frente a la vez que agarra el bolso de encima de mi cama y se acerca a la puerta.

-Bruja uno y bruja dos no están, ¿cierto? Entonces podemos irnos como personas normales.

Me reí por su forma de llamar a mi madre y Jena, me acerqué a él y lo tomé del brazo antes de salir y luego de la casa. Noté que había traído su auto en lugar de la moto, fue mi primera sospecha. Me emocionaba saber a donde me llevaría esta vez, quisiera saber.

-Está abierto, tú sube, yo guardaré esto.

Asentí y me separé de él para ir a la puerta del asiento del acompañante y entrar al auto mientras que Adler guardaba mi bolso en la baulera. Luego se sube en la parte del conductor y me mira sonriendo.

-Bien... despídete de esta casa por lo menos por tres días. O más, dependiendo de lo que queramos.

-No puedes hacerme un adelanto de a donde iremos, en serio quiero saber.

Él sonríe, agarra mi mano la besa y luego la coloca en la palanca de cambios junto a la suya.

-Solo diré... que te encantará.

-Eso no me ayuda a saber.

-Lo sé.

Enciende el auto y se pone en marcha riendo. Incluso me deja escoger la música para el camino, dijo que tardaríamos en llegar así que quería que me pusiera cómoda. No soltó mi mano en casi todo el camino hasta que yo la sentía acalambrada, entonces me acomodé y estiré un poco porque había estado tanto tiempo sentada, pero él apoyó su mano en mi pierna y no la movió. No me molesta, en realidad... me gusta sentir su tacto.

-Hey, no fuiste a la fiesta en casa de Chris, creí que irías.

-Mi padre me mandó a hacer cosas y a la vez estaba arreglando esta sorpresa -me sonríe-. ¿Pasó algo interesante?

Me sonrojé enseguida y aparté la mirada, ¿por qué había tocado el tema de la fiesta? Sé que Adler habia sido el que dijo que podía hacer lo que quisiera con quien quisiera... pero me sentaba mal por él decirle de que me había acostado con Chris. Además de ser el que menos le cae bien.

-Entonces sí pasó. Te has besado con alguien -intenta adivinar.

-Bueno... sí, pero no con alguien más.

Me mira un segundo antes de volver la vista a la carretera. Parecía sospechar pero aún así no dijo nada, nos quedamos en silencio por un tiempo pero finalmente Adler detiene el auto.

-Llegamos, princesa.

-¿A dónde? -me salí del auto junto a él y miré a todos lado- ¿La montaña?

-Así es.

Adler abre la baulera y saca mis cosas pero a la vez otras más.

-¿Vamos a...? -pregunté sorprendida y sin poder terminar la pregunta.

-A acampar.

SER EGOÍSTA SUELE ESTAR BIENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora