Capítulo 42

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Nunca creí que cambiaría el llorar todo el tiempo a reír o incluso gemir todo el tiempo. Con Adler, Chris y Naya todo era mejor, y más sin mi mamá y Jena cerca. Hasta ahora no las he visto en ninguna parte y eso me trae paz. Aunque he de admitir que me he vuelto mucho más perversa que antes, pero no es mi culpa... ¿Qué harían ustedes si tienen a dos chicos realmente sexys, bien marcados, fuertes y con energía como compañía?

-¿Estás escuchando? -parpadeé varias veces.

-Sí... -respondí.

Él me mira a los ojos pero sonríe, se cruza de brazos y se apoya contra el escritorio. La camisa que traía se le marca, los dos botones que le faltaban dejaban ver su clavícula muy bien y sus mangas remangadas hasta sus codos aún mejor.

-No sabes mentir, lo sabes.

Resoplé derrotada, y apenada aparté la mirada hacia las hojas. Esto era fácil de igual forma, estaba resolviendo todo hasta que sus manos se apoyan en la mesa, su cuerpo estaba tras de mí y su respiración por encima de mi cabeza. Mi mano tiembla por los nervios de tenerlo sobre mí.

-Supongo que lo haces bien aún así... ¿Dices que mereces un premio?

Sonreí y me levanté, aparté la silla y mis cosas, me senté sobre el escritorio y separé mis piernas, llevaba una falda y sin ropa interior.

-Yo creo que sí, profesor Chris... -jugueteé con el tono de mi voz.

Él sonríe y se acerca a mí, levanta mi remera para liberar mis senos y acomoda su miembro en mi entrada.

-Está bien.

Y las cosas no eran distintas con Adler, aunque a su manera si lo eran.

-Respuesta incorrecta.

Agarra el bolígrafo rojo, aunque sus dedos estuvieran chorreando, y marca con una cruz las rayas que hice por no poder escribir, usando eso como excusa.

-Vamos, princesa... no es tan difícil.

Empuja dentro de mí y yo casi que caía al suelo por mis piernas temblando, agarra mi cabello y jala de él para levantar mi cabeza, apoyándose sobre mi cuerpo.

-Continúa. Te faltan diez preguntas, ya has hecho tres bien y dos mal...

-S..Si me penetras así... -traté de excusarme pero él mete nuevamente sus dedos en mi entrada- ¡Ah...!

-Hazlo, princesa.

Me agarré del borde de la mesa para intentar sostenerme y luego agarrar el bolígrafo que estaba usando. Traté de leer bien la respuesta y contestar, él lo observa y sentí su sonrisa en mi oreja.

-Correcto. Muy bien.

Vuelve a embestirme y dejarme correrme para continuar con su método de enseñanza.

Pero a pesar de hacerlo varias veces ellos no se olvidaban de ser románticos. Adler me cocina y me presta demasiada atención, hasta a veces salimos y vamos al mirador de la ciudad, claro que lo hacemos allí pero la mayor parte del tiempo solo contemplamos el lugar. Mientras que Chris y yo siempre vemos alguna serie o película, vamos al cine y hasta me lleva a cenar en restaurantes muy lindos.

Así hasta que se cumplieron los meses, y en la semana de mi cumpleaños tuve que pasarla en casa de Adler. Aunque seguía durmiendo, hasta que sentí una mano pasar por mis caderas, reconocía esa mano donde fuese... la tenía tan marcada en mi cuerpo como la otra que acariciaba mi rostro... Esperen... ¿Si uno está atrás en otro también está en frente?

-Princesa, despierta... -sus besos en mi nuca me hacen erizar y jadear, levantando la cabeza.

-Keira...

SER EGOÍSTA SUELE ESTAR BIENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora