Capítulo 17

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-Está bien -se aleja dejándome respirar-. Si tanto quieres que pruebe tu resistencia... Lo haré, pero no digas que no te lo advertí.

Sentí que me había dejado llevar demasiado pero también era tarde para retractarme, así que lo dejé continuar. Quería saber a la vez qué sucedería... Confiaba ciegamente en Adler, no tenía una razón de porqué lo hacía, pero sentía que podía confiar en él. Lo vi preparar un nuevo trago mientras yo acababa el que tenía; cuando me entrega el nuevo ni siquiera tuve que acercar mi nariz para sentir su aroma tan fuerte que hasta hice una mueca.

-Wau.

-Todavía tienes tiempo para negarte...

Lo fulminé y me bebí un poco del trago, abrí los ojos de par en par ya que era realmente fuerte, hasta me atraganté por el ardor en mi garganta y empecé a toser. Adler me quita la copa de la mano antes de que se me cayera y se ríe de mí.

-Te lo dije.

-Estoy bien -afirmé.

-Sí, claro -acaricia mi espalda-. No necesitas probar nada, princesa.

Resoplé calmando mi tos y limpiando mis labios por si a caso.

-Anda, vamos a ver la película, ¿quieres?

-Está bien...

Me sonríe, dejando de ser burlón, y limpia lo que había usado. Vi la copa en la encimera, dudé pero entonces lo tomé. Adler me mira enarcando una ceja.

-¿Qué? Está bueno...

-Aha. Solo no lo tomes tan rápido.

Asentí sonriendo; Adler vuelve a llevarme hasta su habitación y me deja tener la cama mientras él se sienta en su silla, acercándola a mí, alcanza el control y entre los dos buscamos una película que nos llamara la atención. Terminamos eligiendo una animada y... para niños: Spirit, el corcel indomable. Mentiría si dijera que no me gustaba, porque era mi película favorita.

-¡No te burles! -le reprendí sonrojada.

-No lo hago -esconde su sonrisa apartando la mirada.

-Aha...

Bebí del trago olvidando que no se trataba de agua o alguna gaseosa, volví a toser y Adler me alcanza un pañuelo. Le agradecí en un susurro y carraspeé.

-¿Segura quieres seguir bebiendo?

-Sí... esta vez no fue tan malo.

Asiente lentamente mientras piensa en algo pero no hace nada más. Ambos observamos la pantalla cuando la primera canción empieza, sin darme cuenta había empezado a cantar. Me sabía todas las músicas porque me encantaban. Me sentía una niña en estos momentos... una niña con un trago fuerte en la mano.

Vi de reojo que Adler me observaba, lo volteé a ver pero no apartó la vista, sino que la mantuvo. Me veía atentamente, sonriendo de lado y relajado, me sentí apenada.

-¿Qué? -pregunté sonriendo.

-Nada... -suspira y se inclina hacia mí-. Solo que podría escucharte todo el día y jamás cansarme. Tu voz es una melodía perfecta para mis oídos.

-¿P..Por qué tan romántico? -cubrí mi rostro con una mano a la vez que apartaba la vista.

-No puedo evitarlo, tú me haces querer decir esas cosas.

Mi corazón se aceleraba y mi cuerpo se erizaba. Puse mi mano sobre su rostro y lo aparté por nerviosismo.

-M..Mejor atiende a la película.

Se ríe mientras agarra mi mano y besa mis nudillos, me sobresalté y aparté mi mano sonrojada. Ambos miramos la pantalla de nuevo y nos concentramos en eso, fui bebiendo del trago poco a poco hasta que me pareció que estaba bebiendo agua, ¿me habré acostumbrado? Arde, pero casi nada. Quise dejar la copa en la mesita de noche, me arrastré hacia allí pero mi cabeza dio vueltas.

SER EGOÍSTA SUELE ESTAR BIENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora