Capítulo 37

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-Oye, Quasimodo sabe que estás aquí.

-¿Eh? ¿Qué?

Miré a Adler rápidamente, fue hace dos días que había llegado así que me sorprende que ya los demás sepan que no estaba en mi casa.

-Fue a tu casa y no te encontró, entonces supo que yo tenía algo que ver y... -mira al techo resoplando-. Odio admitirlo pero estaba muy preocupado, tuve que decirle para que dejara de molestar.

No dije nada por un momento, miré al techo igual que él pero sentí algo de preocupación.

-¿L..Le dijiste todo?

-No hizo falta.

Es verdad que Chris sabe por lo que estoy pasando pero no quería que se enterase que he intentado... matarme.

-Vendrá a verte.

-¿Ahora?

Asiente. Voltea a verme y suspira mientras se gira de costado sobre la cama y acaricia mi mejilla, tirando mi cabello hacia atrás.

-En cualquier momento ha de llegar.

Asentí comprendiendo, pero nos quedamos mirándonos un momento antes de que ambos juntáramos nuestros labios y el beso intenso se volviera más profundo. Su mano baja a mi cintura y me apega a su cuerpo sin dejar de besarme, mis manos no se quedaron quietas y me aferré a su remera y luego acaricié sus hombros.

Terminó dejándome acostada sobre él, sus manos agarran el borde de su remera que yo traía puesta y la levanta, metiendo sus manos y tocando mi cuerpo. Una de ellas baja y aprieta mi trasero, robándome un jadeo que se ahoga en su boca. Fácilmente desabrocha mi sostén y acaricia mi espalda, erizándome con su toque.

Pronto empecé a sentir un bulto contra mi vientre bajo y supe de inmediato de qué se trataba. Me separé para tomar aire y mirarlo, entonces decidí mover mis caderas comenzando a frotarnos el uno al otro.

-Keira... -su voz gruesa parece un gruñido de frustración.

Me llevé las manos al borde de la remera y la fui quitando por encima de mi cabeza. Me había olvidado que Chris tenía que llegar, ahora solo me importaba hacerlo con Adler. Me quité igual el sostén y lo dejé a un lado, Adler me mira desde abajo, pero mira mucho más mis senos. Los agarra con ambas manos y presiona mis pezones, pronto se endereza para alcanzarlos y empezar a chuparlos.

-Adler... -tiré mi cabeza hacia atrás jadeando.

Jalé su cabello con ambas manos, bajé la mirada y besé sus labios. Sus manos bajan a mi trasero y me hace moverlo por encima de su miembro, gemí en su boca por lo bien que se sentía el frotarme con él aunque fuera por encima de la ropa. Una mano suya pasa al frente y se desliza por debajo de mis shorts y bragas, me toca allí haciéndome separar de su boca y gemir.

-Ah... Oh, cielos...

Mete dos dedos en mí y me embiste con ellos, pegué mi frente a su hombro y apreté sus dedos mientras gemía. Me contraje, traté de aguantar pero sus dedos me hacían sentir tan bien que no pude más.

-¡A..Adler...!

Estaba llegando, agarré su muñeca y sin querer lo rasguñé, jadeé y gemí en su oreja haciéndolo suspirar. Entonces me erguí cuando por fin había llegado y me corrí en sus dedos. Respiré agitada, pero veía el bulto contra mi intimidad y sabía que tenía que hacer algo por él. Me separé mientras él se acomodaba apoyando su espalda contra el cabecero de la cama respiraba pesadamente.

Bajé hasta la altura de su miembro y le bajé la ropa para liberarlo, se alzó frente a mí y yo tragué grueso mientras sentía que lo quería de inmediato. Empecé lamiendo su glande, lo metí en mi boca y usé mi lengua además de succionarlo.

-Mhm... Cada vez lo haces mejor, princesa.

Lo miré desde mi posición mientras movía mi cabeza metiendo y sacando su miembro. Él me sonríe antes de contraerse y tirar su cabeza hacia atrás, gimiendo en el acto. Apoya su mano en mi cabeza, agarrando mi cabello e impidiendo que este me molestara. Fui más rápido y él gimió y me apretó más el cabello. Estaba decidida a que ahora sí se corriera con esto.

-Keira... Mhg.

Lo apreté con mis labios y le pasé mi lengua por todos lados. Entonces él apretó ambas manos y sentí que llenaba hasta mi garganta, el líquido era cálido y espeso, además de abundante. Me separé y apoyé mi mano en mis labios para cerrarlos, hice mi esfuerzo y tragué el líquido. No estaba tan mal.

Adler me mira respirando agitado pero acerca su mano a mi rostro y limpia la comisura de mis labios con su pulgar.

-Al fin lo hiciste.

Agarré su muñeca y metí su pulgar en mi boca, me mira sonriendo con atrevimientos. Lo solté y caí sobre él, me abraza por un tiempo hasta que escuchamos el timbre de la casa.

-En el mejor momento...

Me salí de encima y fui al baño con rapidez para asearme por mi que acabamos de hacer y estar mejor presentable. A Adler no le importó, se puso su ropa y fue a abrirle la puerta. Arreglé mi cabello y cuando estuve mejor salí del baño, me senté nerviosa en la cama y pronto los escuché acercarse a la habitación. La puerta vuelve a abrirse y vi a Chris allí.

-Keira.

-Am... Hola Chris.

SER EGOÍSTA SUELE ESTAR BIENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora