Donovan.
Con el atentado que ocasione, ella tuvo un poco de sufrimiento, había perdido su bebé y ese dolor, me servía a mí para disfrutar. Ingresar a esa clinica donde estuvo internada fue demasiado difícil, sobre todo por la cantidad de seguridad que tenía, su padre y su prometido, impidieron cualquier tipo de acercamiento que tuviera con ella.
Llegar a esa maldita perra se me hacía demasiado complicado, sobre todo después del atentado y porque la fortaleza donde la tenían recluida era imposible de inquebrantar.
Odio a todo su circulo.
También pude captar que no se lleva para nada bien con la obsesión de mi hermano, esa niña loca de papi y desde mi punto estratégico donde lograba espiar la periferia de la casa pude ver el momento que casi mató a la tonta diseñadora, si Alesso hubiera visto eso, creo que no dudaría en importarle un carajo todo con tal de proteger a la princesita.
Debo reconocer que a mi sí me gustó lo que vi, la perra rubia si que es sexy, pero no debo olvidar que es mi enemiga.
— ¡Alesso! — escucho el grito de Emilia.
Alesso estaba incontrolable, sobre todo después del atentado que su loca mujer hizo buscando matar a la fuente de la poca cordura de mi hermano. Si ese ruso eso no hubiera estado en ese momento, hoy toda esa familia estaría llorando una perdida.
— ¡Me tienes cansado! — le grita.
Sonrío de lado.
Quiero que sigan peleando, los necesito siendo enemigo uno del otro, para acabar con los dos.
Se escucha cosas romper, golpes contra la pared y con mi trago en mano me acerco a mirar lo que está sucediendo. No era la primera vez que tanto Emilia como Alesso se ponían agresivos mutuamente, al punto de golpearse.
Son dos locos.
— ¡Es mi hijo maldita perra! — le grita furioso.
¿Hijo?
¿Mi hermano tiene un hijo?
— ¡Un hijo de una puta! — contesta ella lanzando algo de vidrio contra el suelo.
— Marlene no era una puta, era mi novia y tu maldita hija de puta te metiste entre nosotros — reclama Alesso.
No suelo ser curioso, pero este drama intenso prometía y mucho.
— Haces todo esto por un bastardo insignificante — masculla.
— ¡Es mi hijo, maldita sea! — exclama lleno de rabia.
Retrocedo unos pasos, para escabullirme mientras observo como Alesso sale del despacho de su amante completamente cabreado.
— ¡Haces todo esto porque la perra esa! — grita molesta.
Suelto una carcajada y ella me mira de la peor forma.
— No estoy para lidiar con tus estupideces — masculla.
— Me gusta reirme de tu desgracia — me burlo.
— Idiota — sisea.
Camino hasta ella, observo el desastre que era el interior de su oficina, la miro a ella notando golpes y como su labio sangraba.
— ¿Nosotros eramos de la misma forma? — consulto.
Podía ser un asesino a sangre fría, pero golpear a una mujer no estaba dentro de mis ideales.
— No — reconoce tras un largo suspiro. — Tu sólo me ignorabas, te emborrachabas y me engañabas con cualquier zorra que encontraras por las noches — agrega entrando a su oficina para cerrar la puerta detrás de ella.
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Peligrosa Venganza ( 8° SAP)
Roman d'amourOctavo libro de la Saga Atracciones Peligrosas. Jade Ferrara no dudo en levantar su revolver y matar al que consideraba el amor de su vida. Quiso ser ella la que terminará con él antes que su padre lo haga, porque los enemigos no pueden ser tu debil...