Capítulo 32.

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Jade.

Todo esto es difícil.

No era algo que se podía tomar a la ligera, sino todo lo contrario porque tenemos una familia juntos, siempre lo seremos, pero a nivel de pareja las cosas no funcionan como nos gustaría. Por eso decidimos tomarnos un tiempo, hace tres meses que no veía a Iggy, él mandaba a su madrastra o alguna de sus hermanas a buscar a los niños y evitamos vernos para saber si en verdad nos extrañamos como pareja o solo como amigos.
Es difícil, llevamos juntos muchos años, diez siendo pareja y tenemos una familia de dos niños de nueve y seis años.

Esta tipo de decisiones no se toman a la ligera, sino todo lo contrario.

No es que no hay amor, lo amo, nos amamos, solo que parecemos más hermanos que marido y mujer, no hablo solo del sexo porque siempre fue fenomenal sino nuestra manera de comportarnos.

— Jade — dice detrás mío.

Giro y corro a abrazarlo.

— Te extraño mucho — murmuro en su cuello.

— Tambien lo hago.

— No podemos estar más de esta forma — afirmo al mirarlo a los ojos.

— Era necesario estar separados, nos merecíamos pensar las cosas y sobretodo para tí ...

— Te amo, eso lo sabes muy bien — digo al tomar su rostro entre mis manos.

— Obvio que lo se, cariño, solo no quiero que sientas presión. Si esto no funciona no nos podemos aferrarnos a algo que va a dañar todo lo que construimos juntos.

— Dijimos que si no queremos estar uno con el otro, tenemos que ser sincero — le recuerdo.

— Lo dijimos —afirma.

Un silencio se forma entre nosotros.

— ¿Quieres que sigamos siendo pareja? Seamos sinceros uno con el otro. No estamos haciendo nada malo, siempre seremos una familia por nuestros hijos. Jamás te odiaría, solo quiero que seas feliz y se que juntos como pareja no lo somos, no quiero arruinar nuestra amistad, mucho menos nuestra familia ...

— Me duele mucho decirte esto — muerdo mi labio inferior y lo abrazo.

Ignati me abraza más fuerte y deja un beso en mi frente.

— No digamos nada, solo dejemos que nuestros abogados se encarguen de las cosas — determina.

Solo asiento a sus palabras, a veces los silencios dicen mucho más y no puedo no sentirme de esta forma, no cuando siento que nos hemos fallado mutuamente.
Lo amo, pero ahora es como el gran mejor amigo que es hace años.

Es nuestro fin como pareja, no como amigos y mucho menos como familia.

***

Tres semanas después ante su abogado y el mío, firmamos nuestro divorcio. Duele mucho hacerlo, sin embargo lo dos sabemos que es lo mejor para su vida y la mía.
Nuestra respectiva familia, por no decir puntualmente a nuestros padres, estaban muy enojados con nuestra decisión de separarnos. Qué querían que intentemos, que luchemos y que preservemos todo, solo que eso sería peor porque ambos nos sentiríamos atados a mantener lo nuestro solo por el que dirán o que piensan. Si lo hacíamos a la larga solo traería más problemas.

No nos puden decir que no lo intentamos.

No pueden decir que no luchamos.

Lo hicimos, sin embargo nunca debemos confundir amor con acostumbramiento, porque es ahí donde nos equivocamos y por salvar algo que ya no tiene solución, nuestros hijos terminan siendo victimas de un egoísta mutuo.

Peligrosa Venganza ( 8° SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora