Capítulo 11.

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Jade.

Duele.

Perder a un ser querido es muy fuerte, mucho más cuando ella fue un soporte enorme en mi vida y me ayudo al igual que Natasha a superar muchos traumas de mi infancia. No fue fácil ser niña, ser el blanco de muchos manos y tener un padre alcohólico, que en su dolor se olvidó de su hija, pero toda mi vida voy a estar agradecida a esos perfectos ángeles que llegaron en el momento para salvarme de toda esa mierda.
Mi madrastra es mi supremo ángel, la única que me entendió y cuidó como su hija, en si somos madre e hija, amigas y mi mayor confidente. Luego estaba tía Gina, su amor, cariño y sus palabras, sus frases de aliento, su sonrisas, su fuerzas cuando sentía que no podía, ella estaba ahi siendo el soporte más grande.

Tuve la suerte de tener dos mujeres fuertes, que me enseñaron a que nunca debo rendirme, sino luchar hasta el último aliento.

Tía Gina hasta su últimas horas estuvo con una sonrisa en su rostro, disfrutando de la familia, porque nos había pedido que no quería lágrimas sino sonrisas y cumplimos sus últimas palabras, aunque nuestra tristeza era más fuerza.

Siento el apretón en mi mano de Valentino que no me suelta y como Ignati pasa su brazo por mi hombros aliviando mi carga mientras vemos como el cajón que tiene el cuerpo inerte de mi tía desciende al fondo. Mi padre es el primero tomar la pala y tirar tierra sobre el cajón, luego sigue Vitto, Natasha y por último a mí. Después nuestros hombres de 'Ndrangheta pasan un por uno haciendo la misma acción despidiendo a una gran lider.
Mi hijo apoya una rosa blanca al finalizar y vuelve a mi lado aferrándose a nuestras manos, dejando que varias veces muchos ojos nos observen. Nadie sabía de mi vida, se que causaba curiosidad verme con un niño de tres años y sobre todo ver quien es su padre, porque ante los ojos de todas las mafias Italianas, Ignati es el padre biológico de Valentino.

— Gracias — digo saludando a los lideres de las mafias que me dan su pésame.

Mi tía fue una gran lider.

— Lamento tu pérdida — dice la esposa del lider de Camorra y observo a la pequeña niña que está a su lado. Su linda cabellera negra y unos impresionantes ojos color azules medios verdes me miran con atención.

Valentino justo se suelta de la mano de mi padre, corre a donde me encuentro, se tropieza empujando a la niña y ambos caen al suelo. Los dos rompen en un llanto escándaloso que llama la atención de todos los presentes.

— Ya esta, cariño — murmuro abrazándolo mientras se queja que se lastimo su manito.

— No fue nada, Fio — le dice Rachel a su niña, secando sus lágrimas.

— ¿Está bien? — consulta un preocupado Ignati llegando a nuestro lado.

— Mi princesa — se escucha decir al lider de Camorra que no duda en tomar a su hija en sus brazos para consolarla.

— Cosas de niño — minimizo secando las lágrimas de los ojitos de Valentino.

— ¿Cuántos años tiene? — consulta la dama de Camorra tocando la mejilla de mi bebé.

— Tres años — responde Iggy.

— Estamos en presencia del futuro rey de La Bratva — determina Daniel Salvatore.

— Algo así — contesto para no entrar en detalles.

Valentino no iba a ocupar ese lugar, uno porque el verdadero lider de La Bratva lo estaba gestando Inzie.

— Lo shiento — habla Valentino mirando a la niña.

— Tonto — le contesta ella escondiendo su rostro en el cuello de su padre.

Peligrosa Venganza ( 8° SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora