Peligrosa Venganza ( 8° SAP)

Capítulo 22.

Jade.

Mis mañanas eran la peor parte del día, las náuseas y los mareos ya me hacían empezar mal, pero se que algo pasajero de los primeros meses de embarazo. Todavia no habíamos contado nada en la familia, es un secreto que guardamos con Iggy, porque no es el momento de opacar todo lo que sucederá con Valentino hoy y su conocimiento de la verdad, de saber que Donovan es su papá.

Es algo demasiado complicado, pero como le dije en esa cafetería hace dos semanas atrás, quiero cerrar ese pasado y no volver a tocar fondo como sucedió cuando eramos amantes. Tal vez mi padre no perdone y le tenga un gran resentimiento por el atentado a Natasha hace unos años atrás, no puedo estar toda la vida odiando al hombre que es el padre de mi hijo.

Necesitamos olvidar el pasado, sanar todo y mirar para adelante.

— Mami — dice Valentino subiendo a la cama para recostarse a mi lado. — no estas bien — agrega tocando mi mejilla.

— Mami, se siente un poco mal — digo pasando mi mano por su cabello rubio.

— Voy a cuidarte, mami — murmura al acurrucarse conmigo.

— Menos mal que tengo a mi pequeño para cuidarme — acoto dejando un beso en su frente.

Lo abrazo con fuerza, se que en un momento, el sueño se hace presente y nos quedamos dormidos. Iggy con cuidado me despierta, veo a Valen dormir entre mis brazos.

— Buenas tardes — dice sonriendo.

— ¿Qué hora es?

— Las once de la mañana — responde dandome cuenta que dormí tres horas de más.

— No se en que momento nos dormimos.

— Mami — se queja Valen.

— Hijo — empieza a levantarlo Iggy — vamos, es hora de despertar tenemos visitas — agrega haciendo que lo mire a los ojos confundida.

— ¿Quién vino? — consulta.

— Donovan y Domenico — responde.

— ¿Donovan? — pregunta Valentino abriendo sus ojos.

— Dijo que quiere ver a su amigo — le cuenta.

Valentino salta de la cama feliz, aunque no sepa del todo la verdad, hay una conexión entre ellos que es inesperado. Hace semanas viene preguntando por él, que quiere verlo, solo estabamos esperando que Donovan diga es el momento para decirle la verdad.

— Prepárate, lo llevare a cambiarse y hablamos — dice Ignati antes de salir de la habitación junto con nuestro hijo.

Media hora después, odiando el olor en la casa porque me daba muchas nauseas, bajo a reunirme a la gran sala donde escucho a los niños reirse y un gran silencio de Ignati con Donovan.

— ¡Mami! — exclama Valentino. — ¡Ellos son mis amigos! — agrega feliz.

— Iggy — murmuro al llamarlo. Siento que todo me da vueltas.

— ¿Qué sucede? — consulta ayudándome a llegar al sillón a su lado.

— Estoy demasiada mareada — reconozco.

— ¿Estás enferma? — escucho que pregunta Donovan.

— Mi mami se viene sintiendo mal, pero papi y yo la cuidamos — responde Valentino.

Un silencio de forma en la sala.

— Creo entender todo — dice Donovan.

— No lo digas, que todavía no dijimos nada — lo detiene Iggy.