Capítulo 39.

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Donovan.

No entendía una mierda de nada, Jade me ponía a cuidar a su consejera y su padre me tenía siendo la sombra de Vittorio. Los Ferrara iban acabar conmigo, encima para completar parecía que no sabía decir que no, bueno a la madre de mi hijo me cuesta negarme, pero ponerme de niñero de Clara era demasiado, sobretodo cuando la mujer podía ella sola, porque en este preciso momento la estaba observando como uno de los peones de la mafia calabresa le había faltado el respeto al llamarla zorra y ella lo tenía en el piso con uno de sus tacones en su garganta comprimiendo su via área mientras los demás solo mirabamos.

La verdad no voy a mentir, se veía extremadamente sexy y ahí es donde demostraba que no es débil ni miedosa sino todo lo contrario. Aunque todavía en mi cabeza seguía su forma de estar ese día donde la verdad denotaba miedo en cada una de sus expresiones.

Si ella actuará de la misma forma con su ex esposo, estoy seguro que sus propias manos acabarían con él.

— Vuelves a faltarme el respeto y esa maldita lengua tuya la meteré en tu ano — determina haciendo que ría.

Esta mujer está loca.

Veo que levanta su tacón, el sujeto toma todo el aire que le faltaba y tose mientras se arrastra para alejarse de ella.

— ¿Entendieron lo que pedí? — grita.

— Si, señorita Bustamante — contestan los peones.

Lo repito ella puede sola, no entiendo porque Jade me tiene detrás de ella.

— ¿Terminaste? — inquiero.

— Si, podemos irnos.

Dejo que pase por delante mio, la sigo detrás y sin decir nada, se sube a mi auto como si fuera la dueña.

— Debo dejarte en lo de Jade, tengo que ir al partido de mi hijo y no puedo seguir siendo tu niñero — hablo poniendo en marcha mi auto.

— Iré contigo — determina.

— No te invité a ir conmigo — contraataco.

— Iré contigo — repite.

— Lo vuelvo a repetir, no estás invitada — gruño.

Ella suspira.

— No tengo trabajo que hacer, ir a mi departamento no es opción y déjeme acompañarte — la miro unos segundos a los ojos. — prometo no molestar — agrega.

No respondo, sino que desvio mi camino de la casa de Jade para ir directo a la escuela de Domenico y Valentino, donde hoy había un importante partido, no podía fallarle en esto.

— Gracias — musita.

— No entiendo algo — hablo.

— ¿De qué hablas?

— Acabo de verte recién, tu forma de actuar y demostrar que deben respetarte — hago un silencio haciendo un mínimo contacto visual con ella. — estoy seguro que si quisieras podrías agarrar a tu esposo y torturarlo hasta que suplique su muerte — acoto.

— Es fácil pensarlo, pero es muy difícil hacerlo cuando uno tiene un miedo que te paraliza por completo. Eso sucede con mi ex esposo — su voz tiembla. — verlo o escuchar su voz le dan a mi cuerpo un poder que no deseo, pero no puedo controlarlo — culmina mirando por la ventanilla.

¿Qué demonios le hizo ese hijo de puta?

— ¿Nunca tuviste un miedo que te haga paralizar? — me pregunta.

— La verdad no — contesto.

— Tienes mucha suerte — acota.

Definitivamente su ex esposo la dejó marcada, al punto que una mujer fuerte, empoderada y letal, la inhibe dejándola al completo indefensa.

Peligrosa Venganza ( 8° SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora