Donovan.
La mudurez que manejamos Jade, Ignati y yo, en referencia a la crianza de nuestro hijo, es impresionante y demasiado en envidiable para muchos. Somos una sólida sociedad que busca el bienestar de Valentino, porque de nosotros depende todo, su crecimiento, formación y la mafia porque no podemos olvidar que es próximo lider de N'drangheta, por ende todos esperan lo mejor o que supere a su madre cuando suceda el momento. De igual forma falta para eso, pero debemos guiar su camino y ser su completo apoyo a todo.
Valentino será un gran lider.
Miraba a mi alrededor, como mi vida cambió de una forma radical, sigo siendo un asesino a sueldo, pero en este preciso momento me encontraba en una reunión de padres, el uno hombre entre tantas madres que no dejaban de observarme de reojo, obviamente se que mi aspecto llama la atención y que las mujeres suelen ser demasiado tontas cuando ven un hombre lleno de tatuajes y aspecto de malo.
No quiero saber nada de mujeres por un largo tiempo.
— ¿Algo más? — inquiero.
— ¿Disculpe, señor Fiore? — consulta la maestra de Dominico.
— Disculpe maestra, pero la reunión está siendo sin fundamentos porque la finalidad era hablar sobre el rendimiento académico de los niños y lo menos que están haciendo es eso, sino que son quejas de madres que al parecer su vida es tan vacia que pelean por cosas que al fin de cuenta son de niños — declaro cansado.
Esto es una perdida de tiempo.
— Perdón, señor Fiore por robarle su preciado tiempo — ironiza la maestra.
— Perdonada — contesto con la misma ironía. — Domenico, es un excelente alumno y lo se, porque soy un padre presente con mis hijos, asi que enseñé sus notas, las firmos y puedo retirarme porque están colapsando mi tiempo con estupideces — agrego molesto.
La maestra de mala manera me entrega el informe, sonrío viendo las perfectas notas de Dominico y que en todo tiene diez, dejando en claro que es el mejor en su clase.
— ¿Contento?
— Demasiado, mi hijo es el mejor en su clase — afirmo orgulloso.
Firmo sus notas y sin decir nada más salgo de la sala magna del colegio para irme al carajo, sino iba a sacar mi pistola para aniquilar a cada una de esas madres que son lo peor de la existencia para sus hijos, seguro que si hago eso, les haría un favor a esos niños.
Cuando salgo del instituto, cruzo a la cafetería que hay justo enfrente, pido un café doble bien fuerte y justo por mi campo de visión veo a la consejera de Jade. Ella pide un café, la observo con atención por el simple hecho de ver que parece como alterada porque mira a todos lados.
¿Alguien la está persiguiendo?
Me llama demasiado la atención su accionar.
— Oye — digo.
Ella se sobresalta haciendo que su café se mueva y caiga un poco en mi camisa blanca cuando se gira.
— Siempre será así las veces que te vea, vas a tener que pagarme esta camisa — gruño.
— Señor Fiore — contesta suspirando.
— ¿Estás bien? — inquiero al ver que mira a todos lados.
— ¿Me puedo quedar con usted unos minutos, señor Fiore? — consulta.
— Ven conmigo.
La llevo a un lugar apartado, donde estabamos ubicados nadie del exterior podía vernos. Está distraida, veo como se pellizca su piel y no se parece en nada a la mujer que conocí hace un par de días, la misma que derramó café en mi camisa y quería untarme crema en la quemadura de mi piel.
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Peligrosa Venganza ( 8° SAP)
RomanceOctavo libro de la Saga Atracciones Peligrosas. Jade Ferrara no dudo en levantar su revolver y matar al que consideraba el amor de su vida. Quiso ser ella la que terminará con él antes que su padre lo haga, porque los enemigos no pueden ser tu debil...