Peligrosa Venganza ( 8° SAP)

Capítulo 25.

Jade.

Aunque Ignati diga que no debo enojarme, que no podíamos prohibirle a Donovan sus derechos, pero hacía que quitemos el apellido Sokolov de Valentino para que ahora lleve el Fiore. No me gusta para nada, solo que no había opciones, esos documentos estaban delante mío y esperaban ser firmados con urgencia para que todos los trámites queden asentados como lo demanda la ley de identidad italiana.

Una firma mía junto con la de Iggy y todo cambiaba para nuestro hijo. Se que Valentino entendía como es nuestra familia, que el decía que tenía un papi, un papá y una mami que lo aman con locura, que también tendría una hermana a la cual va querer mucho, aunque no sabíamos que sería el bebé que venía en camino, él aseguraba que sería una niña.

— Es injusto — digo al firmar los papeles.

— Es su derecho — me recuerda mi esposo.

— Sigo diciendo que es injusto — repito.

— No hace la diferencia, Jade, Valentino sabe demasiado bien que soy su padre y eso nadie lo va a cambiar.

Bufo llevando la mano a mi abultado vientre de seis meses. Acaricio esa zona y una sonrisa se forma en mi rostro al sentir como se mueve el bebé en mi interior.

— Iggy — lo llamo.

— ¿Qué sucede? — inquiere al acercarse. Solo tomo su mano para ponerla donde se sienten las patadas del bebé. — Al fin — murmura sonriendo porque es la primera vez que podía sentirlo, siempre que se movía o daba sus pataditas, estamos uno al otro punto de la ciudad.

— Nuestro bebé.

— Nuestro bebé — repite.

La puerta de mi despacho se abre interrumpiendo nuestro momento y mi mirada se encuentra con la de mi padre que traía un enojo de aquellos.

— Está es mi casa, por lo tanto debes respetar, pedir permiso y esperar a tenerlos — ataco.

— Ustedes le pagan a Donovan para entrenar a Vittorio — nos acusa.

— Directamente lo afirmas, Geronimo y no te tomas el tiempo de preguntar — acota Ignati.

— Si ya tienes tu supuesta respuesta, puedes retirarte — digo molesto.

Es mi casa, ya no tengo la edad para regaños y mucho menos para estas acusaciones donde no tengo nada que ver al respecto que mi hermano este entrenando con Donovan.

— ¿Son ustedes? — inquiere cabreado.

— Geronimo, Jade está embarazada y no necesito que nada ni nadie la altere, no eres la excepción a esto — interviene Iggy.

— Resuelve tus problemas con Vitto, no quieras meterme en el medio de su falta de comunicación — siseo.

Estoy enojada.

— Geronimo — dice mi madrastra ingresando al despacho.

— Quiero respuestas, Natasha — la detiene. — ese hijo de puta, que abusó de Jade e intento matarte, ahora entrena a nuestro hijo y lo peor que Vittorio con tal de llevarme la contraria le importa una mierda el pasado — agrega.

— Donovan no abuso de mí y no debes llamarlo de esa forma, papá, no olvides que ese hombre que llamaste de esa forma es el padre de tu nieto y dijimos que por Valentino habría paz ...

— No lo quiero cerca de Vittorio — determina.

— Habla con Vitto — declaro rodando mis ojos.

— Dejen de ayudarlo para que haga lo que que quiere — nos ordena.