Hanbyul esperaba afuera del teatro por el profesor Park, quien le sugirió verse en la entrada siete treinta, pues el concierto estaba programado para las ocho de la noche.
La chiquilla miró su reloj por última vez cuando a lo lejos fue llamada por Jimin, mismo que corría por la banqueta a causa de los cinco minutos de retraso que tuvo, no era para armar drama según Hanbyul, pero Jimin era un obsceso por llegar a tiempo a todos lados.
Al ver la llegada de su profesor, Hanbyul no dudó en mirar su propia vestimenta, para nada lucía como las otras damas, ni mucho menos como el hombre perfectamente trajeado y con el cabello pulcramente engomado que estaba parado frente a ella muy expectante. Lo cual la hizo sentirse pequeña y fuera del lugar.
—Señorita Kwon. Qué tal.
—Nerviosa, profesor Park.—se asinceró.
—Yurim es muy amable, no te preocupes.—Jimin le hizo una seña para que lo siguiera, lo cual hizo con gusto.
El profesor y su alumna entraron por uno de los accesos privados, un beneficio que Jimin tenía como el esposo de la estrella principal de la noche. Y ese mismo acceso los dirigía a la sala de espera que Yurim tenía para relajarse antes de sus conciertos.
—Es muy elegante.—Hanbyul declaró luego de ver muchas piezas de arte colgadas sobre el extenso pasillo, pero no tan lujosa como la gran puerta de mármol al final del camino.
—Después de tantas veces pasando por aquí, se me hace demasiado ordinario.—Jimin rió ante su propio comentario.
Las dos personas finalmente se encontraban frente a la puerta de mármol que a su vez estaba decorada con una placa dorada firmada por las iniciales de Yurim JYR. Mismo que era custodiada por dos dos corpulentos guardias, que a estas alturas Jimin ya conocía bien y que rápidamente le permitieron el acceso.
La gran puerta fue abierta, entonces, Jimin y Hanbyul permanecieron en el umbral luego de ver a Yurim conversar animadamente con dos jovencitos que Jimin claramente desconocía.
Ante la falta de conciencia que Yurim y los otros dos chicos tenían sobre las dos nuevas presencias, Hanbyul tuvo oportunidad de observar a la dama, definitivamente era más hermosa en persona, pensó.
—Nena.—Jimin habló rompiendo la charla de su esposa y sus acompañantes.
Con gallardía se acercó a Yurim depositando un beso sobre los labios de ésta con mucho cariño. El amor que existía entre los dos era demasiado evidente pues los otros tres jovencitos vieron la escena estupefactos por la bonita pareja que hacían.
Yurim recibió la visita de su esposo entusiasmada como siempre lo hacía, valdría la pena decir que lo consideraba como su amuleto de la suerte.
—Y esas flores.—al principio Jimin perdió de vista las gardenias entre los brazos de Yurim, pero ahora que su esposa se había alejado las notó casi al instante.
—Fui tan desconsiderada, mira cariño.—señaló a los dos jovencitos que la acompañaban.—Taehyung y Hoseok, los hermanos Kim, alumnos de la escuela de artes, te hablé de ellos hace unos días. Y ambos me trajeron estas flores.
Taehyung bajó la cabeza algo avergonzando imaginando que quizá llevarle flores haya sido un atrevimiento frente a su esposo, que además no dejaba de escudriñarlo de arriba a bajo sintiéndose algo incómodo, así que debía despojar cualquier mal entendido.
—Era lo menos que podía hacer, Yurim noona ha sido muy amable con nosotros desde que nos conoció.
Algo en esas palabras lograron aturdir a Jimin, no sabía con exactitud si era por la profundidad de su voz que lo hacía ver muy imponente, o el hecho de que se dirigía a su esposa como su noona.
—Tú debes ser el barítono.—respondió Jimin de forma muy plana y por su aparenciencia no se veía a gusto con la situación, pero nadie lo percató, excepto Hanbyul.
—Así es.
—Por cierto ¿Quién es ella?—preguntó curiosa Yurim por la casi falta de notoriedad de Hanbyul en la sala, pues la chica estaba muy callada y observando atenta a todos.
—La señorita Kwon Hanbyul, mi alumna y una fan tuya, recuerda, te hablé de ella.
Yurim pareció conectar sus recuerdos, claro que ahora sabía quién era.
Jimin le contó que sería la jovencita a la que apoyaría en su trabajo de investigación y la cual sentía admiración de su música, por eso la llevaría esta noche al concierto.—Bienvenida Hanbyul, espero pases una noche agradable. Trajiste tu álbum, Jimin me dijo sobre un autógrafo.
Como si fuese un sueño para Hanbyul, ésta revoloteó entre sus pertenencias hasta encontrar su álbum para rápidamente obtener la firma de la persona que más idolatraba.
Yurim con gusto firmó y también accedió a tomarse algunas fotografías que fueron posteadas con premura en las redes sociales de Hanbyul. Y a los retratos se unieron Taehyung y Hoseok haciendo exactamente lo mismo.
Jimin en cambio, miraba a los tres jovencitos emocionados porque al fin estaban compartiendo cuadro con la prima donna, por lo que, se preguntó, si ellos podían tener fotografías a lado de Yurim siendo solo fanáticos ¿Por qué no hacía lo mismo siendo que ella era su esposa?
—Chicos, podrían tomarme una fotografía con mi esposa.—pidió ansioso, quizá como una forma de mantenerse a la defensiva y hacerles saber que él podía eso y más.
Jimin no dimensionaba cómo es que ahora se comportaba cual chiquillo malcriado, ¿Desde cuándo podía hacer eso?
Pero no era más que una cuestión de ego, pues sin darse cuenta, estaba tratando a su propia esposa como un trofeo del que sentirse orgulloso, porque el efecto que Yurim causaba en todos era abrasador, así de perfecta, así de única.
El encuentro acabó cuando Jungkook entró cual tornado por la sala de espera pidiendo audiencia con su hermana.
—Yuri, necesitas venir conmigo, ya casi es hora.La chica asintió para después despedirse de todos, pero antes se dirigió por última vez a Jimin.
—Cariño. También podrías llevar contigo a Taehyung y a Hoseok, quiero que vean el concierto desde nuestro palco privado.
Esa había sido una invitación demasiada inesperada para todos.
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Love Affair
FanficSu gloriosa voz y su esposo eran aquello que le daban un sentido de pertenencia en este mundo a la prima donna coreana, pero un día aquel recital en el que estuvo atrapada toda su vida se desvenece frente a sus ojos cuando el amor de su vida dice es...