Capítulo 28

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El vaivén de las personas entrando con una gran sonrisa a esa habitación de hospital comenzaba agotar la paciencia de Yurim.

Como si todos ellos disfrutaran el arte de las mentiras, jurando que todo estaba y estaría bien, porque a través de los días parecía que el recuerdo de Jimin se desvanecía para la familia Jeon, menos para una integrante.

Sin embargo, la familia se esforzaba arduamente para ignorar los últimos acontecimientos, quizá más como un sacrificio que debían rendir para que Yurim no cargara con el desastre en su espalda.

—Señora Wang, cuánto falta para salir de este hospital, esta cama es horrible.—Yurim había estado luchando por encontrar una posición más cómoda, pero a medida que su estancia en el hospital se prolongaba, le resultaba un infierno.

—Tal vez si haces el intento de salir al jardín, encontrarías menos incómoda la cama, no te levantas ni por error.

—¿Y qué todos los reporteros que me han estado acechando por días comiencen a cuestionarme?

La señora Wang dejó escapar un largo suspiro, siempre creyó que Yurim era una persona díficil de persuadir, pero ahora tratar con ella resultaba una pérdida de tiempo, aunque, al menos con la señora Wang era un poco más suave, y con Taehyung, el chico que nunca dejaba de visitarla cada día.

Justo como en ese momento, en el que asomaba su rostro por la puerta esperando a que lo dejara entrar. Yurim al verlo esbozó una ligera sonrisa.

—En realidad los reporteros hace tiempo dejaron de acampar fuera de este hospital. La señora Jeon hizo un buen trabajo.—Taehyung rascó su nuca al recordar las medidas a las que la señora Jeon recurrió. Y tan pronto, las tuvo que suprimir de su mente.

El que Taehyung haya sido franco con la soprano, hizo que por fin ella pusiera dos pies fuera de la enorme habitación de hospital por la que la familia Jeon pagaba una cuantiosa fortuna para brindarle comodidad a la chica, sin embargo, para ella no era de ese modo, el lugar era muy frío y por si fuera poco la comida era indeseable, por lo que, Taehyung en cada oportunidad llevaba algunos aperitivos favoritos de Yurim.

La presencia que el chico tomó durante las últimas semanas se hizo necesaria en la desastrosa vida de la soprano, porque a veces era silencio, otras llena de anécdotas que describía con humor haciendo que Yurim se distrajera por ratos.

—Ves, te dije que no había ningún reportero.

—Cómo explicas a todas esas personas mirándome.

—Porque hoy te ves bonita.—Taehyung se dio una reprimenda mental ante ese descarado comentario, pero era inevitable, con Yurim las palabras fluían sin restricciones.—Perdón.—se disculpó nervioso.

—La señora Wang ha estado aplicando algunas cremas para que las heridas cicatricen con éxito.—Yurim recorrió fugazmente su rostro con las yemas de sus dedos. Y de sólo recordar como fue la primera vez que se miró a un espejo después de el accidente se sintió amarga.

Si bien nunca fue vanidosa, las cicatrices eran como fragmentos de los horribles recuerdos que la perseguían todos los días.

—Aunque, probablemente no te siga pareciendo igual de linda que antes.

A Taehyung le parecía absurdo, porque a pesar de las circunstancias, Yurim le seguía atrayendo con más fuerza, y de sólo recordar la pesadilla que él también vivió el día del accidente y los días siguientes, le provocaban miedo. Porque, esa idolatría que alguna vez sintió por esa mujer que estaba a su lado, se convertían eventualmente en sentimientos que no podía manejar con la cabeza fría, todo lo que demostraba era de forma mecánica. Y aunque, Yurim aún no haya solicitado el divorcio, aunque los sentimientos por su esposo no se hayan acabado, Taehyung irremediablemente terminó cediendo al amor no correspondido.

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