Capítulo 7

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Lunes, el fin de semana había pasado al igual que el concierto de Yurim, que finalizó con total éxito.

Pero para Jimin una nueva semana comenzaba rodeado de deberes como profesor, justo como servir de apoyo a Hanbyul y su trabajo escrito, así que aprovechó el resto de la tarde libre de clases para avanzar en varios puntos que sufrían de retrasos.

—Señorita Kwon, podría quedarse el resto de la tarde. Tenemos hasta el viernes para entregar su protoloco de investigación al consejo técnico.

Hanbyul no podía echarse para atrás ahora, pues tenía demasiados pendientes en puerta, entre esos avanzar en lo más que se pudiera su trabajo de investigación.

Fue así como Jimin y Hanbyul pasaron el resto de la tarde leyendo artículos y comentando sobre el problema que deseaba plantear, pero era inútil, existía cierta presión a la hora de trazar un esquema que se amoldara a su ideales. Después de todo era una chica demasiado perfeccionista, un rasgo que compartía con Jimin, entonces, esa tarde juntos se volvió tan explosiva entre pequeños debates y opiniones encontradas.

Incluso para Jimin fue demasiado satisfactorio, era la primera vez que tenía un acercamiento así de impresionante con una alumna, ni siquiera con sus colegas tenía conversaciones así de profundas.

—Señorita Kwon. No siempre es necesario plantear un solución, a veces comprobarlo es difícil porque los resultados no son instantáneos. Por qué no mejor nos enfocamos a encontrar el verdadero trasfondo del problema.

Ciertamente el consejo era más tentador que seguir planteando todo tipo de barbaridades que se le ocurrían proponer. Así que lo tomaría, pero sería después, ahora ella moría de hambre haciendo que su estomago gruñera que incluso Jimin pudo escucharlo.

El hombre miró su reloj dándose cuenta de que perdió la noción del tiempo. Siete cuarenta y tenía ya un par de llamadas perdidas de su esposa. Pero antes, sentía que le debía al menos una cena decente a su alumna por el tiempo que la entretuvo.

—Señorita Kwon. Déjeme invitarle la cena, es lo minimo que puedo hacer luego de hacerla perder toda la tarde.

Hanbyul alzó las manos negando apenada pensando que no podía ser una molestia para su profesor cuando sólo estaba siendo un gran apoyo para su trabajo de investigación. El tiempo que pasó con él fue enriquecedor, y de cierta manera agradable.

—Profesor Park, no tenga cuidado, estoy bien.

—Su estomago hace unos minutos no dijo lo mismo.

Al final, ambos terminaron en el coche de Jimin para cenar juntos. Siendo esta la primera vez en siete años que el hombre cenaba con una mujer distinta a Yurim, entonces, recordó las más de diez llamadas perdidas que tenía de ella. Así que no dudó en llamarle.

Esperó al menos dos timbres cuando ella respondió.

Estuve llamando toda la tarde. Estás bien.

Jimin lamentaba la falta de sensibilidad que tuvo con Yurim, hizo que ella se preocupara por nada en realidad.

—Estaba ocupado con el trabajo de investigación que dirijo. Llego a casa pronto.

Sobre eso. Hoy cenaré con mamá y Jungkook, no me esperes. Sabes que lo lamento bebé.

Jimin se sintió tan tonto, porque todo indicaba que a su esposa no le interesaba en lo más mínimo lo que estuviese haciendo, las diez llamadas eran más que una forma de hacerle saber que pasaría tiempo con su madre y hermano como todos los días, haciéndolo ver como el hombre miserable que ni siquiera era bienvenido a la casa de su suegra. Incluso esa llamada tomó por sorpresa a Hanbyul porque era evidente el hecho de que Jimin nunca era incluido en los planes de su familia política. Pues lo normal hubiera sido "Hola cariño, mamá nos espera a cenar"

Ni eso obtuvo.

Y de cierta manera, Hanbyul sintió pena por su profesor, menos mal ella tendría oportunidad de compartir alimentos con Jimin contrarrestado el mal rato que le hizo pasar esa llamada.

El masculino terminó la conversación con su esposa de mala gana y bufó con molestia, pero a este punto ya estaba más que acostumbrado a los desplantes que sufría como el yerno de la familia Jeon.

El resto del camino fue en completo silencio, mientras Hanbyul buscaba la forma de romper esa barrera que Jimin puso de repente, como si evitara que alguien le interrogara sobre su verdadera y penosa situación marital.

Pero, él no tuvo más remedio que cambiar esa terrible mala cara que cargaba volviendo así el profesor de sonrisa coqueta y encantadora.

—Dicen que los fideos aquí son muy buenos.

—Y costosos.—la chiquilla miró con desconfianza el lujoso local de comida japonesa y temiendo por su cartera.

—Señorita Kwon, por qué pone esa cara, dije que pagaría la cena.—Jimin cortésmente abrió la puerta del local para Hanbyul provocando el shock de la chica.

Usualmente salía con toda clase de patanes, incluso su padre lo era, así que pensaba que estos actos de caballerosidad ya no existían hoy en día. Pero su profesor le acababa de demostrar que aún podía tener fe en la humanidad.

Las acciones de Jimin no hicieron más que distraer a Hanbyul en su intento por entrar al local, pero esos pequeños detalles ofuscaron el juicio de la estudiante que terminó por tropezar con la alfombra de bienvenida, haciendo que perdiera el equilibrio por unos instantes imaginando ya un buen accidente a la vuelta de la esquina.

Sin embargo, los buenos reflejos de Jimin evitaron un desafortunado episodio tomando a la chica de los hombros pero quedando ya en una situación muy comprometedora por la cercanía entre alumna-profesor.

Por cortos segundos Jimin y Hanbyul intercambiaron miradas, dando oportunidad para que ambos miraran cada detalle de sus rostros que era como haber encontrado miles de estrellas en la infinita galaxia.

No había manera de que la fascinación no naciera en un momento tal vulnerable para él a lado de una chica por demás soñadora y con muchas expectativas que incrementaban por su profesor.

Los corazones de ambos comenzaron a latir con salvajismo y sin explicaciones, ese sentir los había cegado, porque ahora todo era irreversible.

—H-Hanbyul...

Esa había sido la primera vez que su nombre salía de los labios de Jimin y Hanbyul sin saber que al igual sería su futura perdición, porque, para ser honestos, había amado ser llamada de esa forma tan dulce por el hombre a quien más admiraba en la tierra.

Love AffairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora