Capítulo 21

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Para Taehyung era difícil esquivar la existencia de la mujer que más idolatraba; Ella estaba frente a la orquesta brillando como nunca antes la imaginó, que incluso parecía que todo en su vida realmente estuviese funcionando, cuando por mucho sucedían cosas que prefería ignorar, como su inminente divorcio, por ejemplo.

El festival había terminado con éxito. Por primera vez Taehyung sintió la calidez de un público, quienes en ovaciones reconocieron el trabajo que sus compañeros hicieron, en especial esa majestuosa presentación de Les Sauvages, donde todos quedaron enamorados de ese jovencito que hacía su debut frente a una gran audiencia, y aquellas leyendas de la ópera y música clásica.

—Hoseok estoy temblando.—Taehyung le mostró las manos a su hermano menor, y qué decir del otro chico, también estaba eufórico por los resultados obtenidos en escena, pues Hoseok de la misma forma en que Taehyung lo hizo, se llevaron el interés total.—Y avergonzado.—chilló.

—¿Por qué estarías avergonzado?

—Yurim me vio por primera vez actuar frente a miles de personas, tengo miedo de no haber cumplido con sus expectativas.—en ese sentido, Taehyung era inseguro con todo lo que él era capaz de dar, sin embargo, los demás creían lo contrario.

—¿Estás loco? Seguro lo amó ¿Acaso no viste su cara cuando tocó tu acto? Era un brillo total lo que irradió. Aunque...

Hoseok rascó su nuca indeciso por una idea que le surgió en medio de ese caos de nervios. El menor de los Kim era demasiado perceptivo, y nunca un tonto para no darse cuenta de lo que a su hyung realmente le sucedía.

—¿A ti te gusta Yurim noona?

El rostro de Taehyung se coloreó de carmín, mientras se cubría el rostro de vergüenza por haber llevado esa idolatría a un plano más sentimental, donde tenía presente que saldría perdiendo, pues no se consideraba nada interesante, sus temas de conversación eran en torno a la música, además, era demasiado joven e inexperto en los temas del corazón.

—Ya veo...—Hoseok preocupadamente lo tomó con un sí.—Oye, descuida, a todos nos pasa lo mismo en algún momento, sólo necesitas despejar la cabeza un rato.

—La veo todos los días, literalmente no pienso en otra cosa que no sea ella. Y me siento terrible porque es una mujer comprometida.—Taehyung se recargó sobre la pared del pasillo, mientras su hermano se dedicaba a observarlo con cautela, y es que en realidad también le preocupaba que sólo lastimara inconscientemente los sentimientos de su hermano, a Yurim no la podía culpar, pero irremediablemente era tan atenta con ellos, que tal vez Taehyung se estaba confundiendo.

—A lo mejor necesitas conocer a otras chicas. Puede que—Hoseok se vio interrumpido cuando la dulce voz de Yurim los llamó.

Taehyung tragó duro mirando ansioso a su hermano, tal vez buscando respuestas, pero el silencio de Hoseok demostró que él no tenía mucho por decir sobre el tema.

—Chicos, qué harán después.—Yurim alternó su mirada entre los hermanos Kim, entonces, Hoseok rápido contestó, él si tenía planes, que justo le contaría con premura a su hermano mayor pero no tuvo oportunidad.

—Iré con el resto de los chicos por una parrillada ¿Verdad Taehyung?

Yurim mostró inmediatamente decepción.—¿También tú Taehyung?

El silencio del chiquilló respondió a la interrogante de la mayor, quien amablemente les sonrió comprendiendo que eran jóvenes y necesitaban festejar a su manera.—Descuiden chicos, nos vemos el lunes.

Yurim dio la media vuelta perdiéndose por el gran pasillo. En el fondo se lamentó por lo patética que estaba siendo su vida, porque en mejores circunstancias terminaría ese día bebiendo una copa de vino con Jimin, mientras buscaba refugio en el pecho de éste. Pero no tenía nada de eso, sólo le quedaba llegar a casa de su madre y encerrarse en su cuarto, porque hasta su progenitora tenía mejores planes esta noche, como todos.

La chica salió en medio de los estudiantes que notaron la precipitada partida de Yurim. Se veía molesta e incómoda que ni siquiera se tomó la molestia de despedirse.

—¿Crees que se haya decepcionado de nuestra actuación?—los estudiantes se reunieron en un círculo cotilleando sobre la repentina actitud de su profesora.

—No, ella incluso nos felicitó. Más bien creo que le están ocurriendo cosas, quizá no se dieron cuenta, pero no vi por ningún lado a su esposo, el hombre nunca falta a sus eventos.

—Ahora que lo dices, su ánimo tampoco es bueno, al menos no como fue en un principio.

Los hermanos Kim se acercaron a sus compañeros al ver como todos en círculo comenzaron a sacar conjeturas de la soprano. Situación que tomaron con desaprobación, si bien, ellos le tenían una alta estima que lo tomaban como ofensa el que se expresaran así de Yurim.

—El otro día se desmayó por resaca ¿Crees que tenga problemas de alcoholismo?

—Si ella está bien o mal, es algo que como alumnos no nos corresponde cuestionar.—Taehyung fue el primero saliendo en defensa de su profesora.

Y con ojos filosos advirtió a sus compañeros antes de salir corriendo detrás de Yurim, una tarea demasiado difícil entre las personas que se encontraban aglomeradas en la entrada del teatro principal de la escuela de artes.

Al final, entre empujones logró salir y miró a su alrededor, pero no había ni un rastro de la mujer.

—El estacionamiento...—se dijo así mismo.

Muy probable Yurim aún no dejaba el sitio, porque sólo pasaron unos cuantos minutos, unos que eran eternos para el chico que terminó por retractarse y aceptar cualquiera que haya sido la invitación de la soprano.

El joven sentía como si caminara en una cuerda floja arriesgándose por un sentimiento que seguramente nunca sería correspondido, pero sólo una vez quería ser egoísta, y de suceder, probarse así mismo de todo lo que era capaz de lograr.

Si ese hombre algún día deja de sentir algo por Yurim, entonces, me convertiría en esa persona digna de estar a su lado.

A varios metros por fin encontró a Yurim, que parecía cambiarse los tacones por algo más cómodo, pero sus expresiones aclaraban una especie de frustración que ya no podía ocultar, e incluso Taehyung se sintió con la necesidad de canalizar a la mujer para servir de ayuda aunque sólo entendiera un tercio de sus problemas.

Con mucha cautela Taehyung observó las acciones de Yurim, desde aquella batalla porque los tenis encajaran a sus pies, hasta gritos ahogados de impotencia.

Definitivamente no la estaba pasando bien, y de cierta manera los alumnos nunca mintieron. 

—Déjeme hacerlo por usted.

Con valentía, se hincó tomando el tobillo de la femenina para ayudarle con su problema, haciendo que el pequeño roce de pieles llenara de calor a Taehyung.

En cambio, a Yurim le llenó de completa vergüenza que las delicadas manos de Taehyung fuesen tan generosas con ella, y el hecho de tratarla como si de una princesa se tratara, hizo que el interés que sentía por ese prodigio aumentara dos niveles más.

Ambos estaban absortos en lo que Taehyung hacía, que fueron ajenos a esa otra persona que abatidamente veía la escena.

Jimin retrocedió esa noche, y aquellas flores en mano que trajo para Yurim fueron arrojadas a la basura.

Porque así de amarga se volvió su noche.

Love AffairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora