Yurim
—Por tu cara parece que tuviste un mal día, escuché a tu hermano decir que te desmayaste.—mi madre acunó mi rostro mientras buscaba algún indicio anómalo en mi estado de salud con una severa preocupación.—Y cuando me llamaste pare decir que pasarías la noche aquí, pensé lo peor. Ven, la señora Wang preparó la cena para ti.
Aquella mujer que todos los días parecía una amenaza con ese rostro tan imperturbable, de repente se volvió la mujer más compasiva, y anhelaba recostarme en su regazo para contarle todo lo que pasó, pero de imaginar que tal vez podría alterarse me hacía querer no tocar el tema y sólo quedarme en la que una vez fue mi casa.
En su lugar, terminé recostada sobre las sábanas de una fría cama que se sentía ajena a pesar de dormir aquí por veintiún años. Pero todo era temporal, quien me aseguraba que no volvería y que esta no sería mi última noche después de que mi entorno comenzaba a experimentar ciertos cambios.
Dejé escapar unas cuantas veces aire de mis pulmones y cerré los ojos para caer profundamente dormida.
[••••]
Otra vez era de día y la señora Wang me lo hizo saber al momento que abrió las persianas de mi habitación haciendo que la iluminación entrara con fuerza.
—Yurim. El hombre está aquí.—dijo tan fuerte cargada de esa aura autoritaria que siempre utilizaba para dirigirse a Jungkook y a mi, una vez nos confesó que su comportamiento tenía razón de ser, pues había sido invitada por nuestra abuela para coadyuvar en nuestra crianza mientras nuestros padres trabajaban todo el día y evitar que creciéramos como dos malcriados.
Así que, fue inevitable pues la abuela y la señora Wang llenaron esos espacios que nuestros padres ausentes dejaron desde que éramos pequeños.
—Qué hombre.—pregunté tallando mis ojos tratando de aliviar esa borrosa vista luego de despertar.
La señora Wang iba a responder, cuando la puerta de mi habitación se abrió con violencia.
—Ah.—solté al ver a Jimin entrar mientras me lanzaba una mirada demasiado sombría para mi gusto.
Esperó a que la señora Wang saliera y cerró la puerta de un portazo. Caminó unos cuantos centímetros cerca de la cama, despeinó sus cabellos un par de veces decidiendo cuál sería su próximo discurso.
—Siete años.—dijo por fin.—Siete años viviendo bajo el mismo techo y has decidido no llegar a dormir sin siquiera avisar ¿Cuándo he hecho algo así?
—¿Y tú crees estar en posición de reclamar algo así? La que debería hacerse la ofendida soy yo.
—Nada se compara con lo horrible que me sentí anoche sin saber de ti. Si no fuera por tu madre que me avisó.
Que indignante, se supone que no debía dejar que estas situaciones me afectaran porque comenzaban a permear en otros ámbitos de mi vida. Pero Jimin estaba más empeñado por encontrar otros culpables que no fuese él mismo.
—Entonces, desde cuándo comenzaste a mentirme. Hubiera sido fácil decirme que tendrías un tiempo de calidad con Hanbyul a pesar de que prácticamente la vez todo el día.
—Y qué hay de ti. Antepones los intereses de la academia de tu madre y tu carrera sobre nuestra familia.
—Te lo hice saber desde que nos casamos, te advertí que mi carrera era todo para mi, porque está arraigada a lo que soy ¿Te gustaría que yo te cuestionara sobre la tuya? Hasta donde sé nunca lo he hecho.
—Sabes qué. Haz lo que quieras y vuelve cuando estés más tranquila.
De la misma forma en como entró, desapareció dejándome con un mal sabor de boca, pero si ya habíamos llegado a este punto, nadie me impedía ir detrás de él. Entonces, mi madre entró pareciendo haber esperado el momento oportuno como si fuera una extensión de mi conciencia para reprenderme.
—Deja de arrancar la piel de tus labios, es un hábito desagradable. Está sangrando.—Mi madre me tomó del mentón y con un pañuelo comenzó a limpiar el área afectada.—Hace cuánto no lo hacías.
—Secundaria tal vez.
La verdad es que no recordaba, pero en el pasado hice un abuso de ese mal hábito, que incluso se volvió molesto para mi madre cada que veía magulladuras en mis labios.
—Mamá, déjame ir.—traté de apartarme de ella, pero afianzó más su agarre sobre mi mentón.
—Sólo vino a perturbarte cuando fue el único que cometió un error.—advirtió.
—Ni siquiera me dio tiempo de preguntar por qué lo hizo.—reproché.
—Entiendo que necesites preguntarlo, pero ¿Acaso no es evidente?—alzó la voz.—Tenía intención de ocultarlo ¿Para qué?
—Estoy segura de que tiene una razón, al menos necesito escucharlo.
—Pero no vestida en pijama.—con una mirada juzgadora me escaneó de arriba abajo, que hasta sentí vergüenza de mi, porque prácticamente así enfrenté a Jimin hace unos minutos, por lo que, toda confianza desapareció en mi.
—Sólo ten en cuenta que, cuando las parejas comienzan a ocultarse cosas, el daño se vuelve irreversible. Pueden estar juntos, claro, pero las dudas estarán dando vueltas entre ambos hasta que todo termina siendo un desastre.
De pronto, la curiosidad sobre el matrimonio de mis padres se volvió un tema de interés, y es que tenía tantos recuerdos borrosos de ambos conviviendo como pareja que es ahora imposible imaginar si entre ellos hubo amor o sólo era obligación.
—¿Mi padre y tú fueron el caso?
—Tu padre tuvo muchas amantes, y eso lo sabía ¿Me hizo infeliz? Claro. Pero yo lo decidí, así que no habían más culpables que yo misma.
—¿Y por qué no simplemente le pediste el divorcio?
—En nuestra época el divorcio era impensable para las parejas, más si eran figuras públicas y habían niños de por medio. No tuve más remedio que estar a su lado hasta el final a cambio de mi propia miseria ¿Quieres eso para ti?
—Pero Jimin y yo nos amamos ¿Cómo podría?
Mi madre escuchó en silencio aquella declaración, luego negó con una noble sonrisa en sus labios sin decir algo más sobre el tema. Era como haberlo cerrado bajo candado para que dejara de cuestionar sobre los amoríos de mi padre que ciertamente apenas tuve conocimiento, y también para que yo abandonara el tema de Jimin.
—El desayuno está listo.
Así fue una de las tantas mañanas que pasé en casa de mi madre, para esto habían pasado dos semanas, en las que dolorosamente no tenía ni siquiera algún texto o llamada de Jimin.
Él finalmente demostró estar aún más indignado que yo, porque incluso le llamé un par de veces pero terminaba desviando la llamada. Y comenzaba a creer que tal vez lo había terminado cansado.
Entonces, el miedo nació en mi.
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Love Affair
FanficSu gloriosa voz y su esposo eran aquello que le daban un sentido de pertenencia en este mundo a la prima donna coreana, pero un día aquel recital en el que estuvo atrapada toda su vida se desvenece frente a sus ojos cuando el amor de su vida dice es...