Capítulo 10

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Yurim subió rápido al auto de su hermano mayor para escaparse de la lluvia que caía sobre Seúl esa mañana.

Ambos tendrían un día demasiado ajetreado debido a que Jungkook era profesor de tiempo completo y co-director en la escuela de artes, pero este año, sus responsabilidades como co-director incrementaron gracias a la demanda de nuevos alumnos y además necesitaba cubrir algunas clases pero se le dificultaría. Entonces, solicitó la ayuda de su hermana para llenar esos espacios en lo que terminaba de organizarse.

Yurim tan pronto subió al asiento de copiloto se recostó cerrando los ojos sin decir nada más.

—Ni los buenos días ¿Es en serio Yuri?

—Cállate, muero de sueño.

Jungkook enarcó una ceja luego de escuchar los quejidos de su hermana, pero ciertamente lucía agotada como para tener una riña matutina con él. Y sencillamente le desconcertó porque Yurim era muy cuidadosa con sus horas de sueño que nunca la verías bostezar.

—Por tu rostro parece que tuviste mala noche.

Yurim aún con los ojos cerrados se abrazó a si misma por lo frío que se sentía adentro a pesar de que la calefacción del auto estuviese encendida.

—Una alumna de Jimin.

—¿Uh?—logró decir.

—Sí, su padre es un abusador y además alcohólico, entonces, anoche le marcó a Jimin por ayuda, y los dos fuimos a ver qué ocurría, Jimin desde luego me pidió quedarme pero no sabía que tan peligroso era ese señor para mi marido. El caso es que tanto la alumna y su madre están en casa mientras se resuelve el problema.

—¡¿Enloqueciste?!—Jungkook externó con molestia.—No conoces a esas personas ¿Sabes las intenciones que pueden tener? Y si el padre abusador va hasta tu casa para armar escándalo. Cómo pudiste permitirlo.

—Yo sugerí que vinieran a casa, me sentí horrible de verlas así de vulnerables, y no es una desconocida, es la chiquilla del concierto.

—¡Una! Una vez la has visto y ya le abres las puertas de tu casa ¿No tiene más familia?

—Ah Jungkook, no te pongas pesado, sólo serán unos días.

—Eres demasiado noble, qué haré contigo.—lamentó.—Pero sí soy capaz de decirte una cosa, la chica esa es joven y bonita, te invito a que estés en alerta.

—¡Oye!—Yurim abrió los ojos y se incorporó únicamente para soltarle un golpe a su hermano mayor.—Jimin no es esa clase de idiotas, tenemos nueve años juntos, el próximo diez y nunca ha hecho esas cosas.

—Eso decía Soomi de mi, y mira como terminaron las cosas.—Jungkook guiñó un ojo con cierta diversión.—Los hombres no somos tan perfectos como les hacemos creer.

—Se me olvidó que le fuiste infiel a la pobre de Soomi, no merecía, mira que hasta yo tenía ganas de colgarte. Estuvieron juntos desde secundaria ¿Qué paso?

—El tiempo no define nada porque a veces las tentaciones pueden nublar nuestro juicio.

[••••]

Yurim esperó a que todos los alumnos salieran después de esa cálida bienvenida que dio en honor a su hermano que no pudo atender todas las clases establecidas en los horarios.

Menos uno que parecía estar hipnotizado siguiendo cada una de sus acciones con total interés.

Taehyung

Yurim al notarlo carraspeó sacando al chico del encantamiento en el que cayó desde que su nueva profesora entró al aula irradiando toda la alegría que le sobraba. Apenado, comenzó a levantar las cosas de su pupitre con torpeza dejando caer una pluma.

La mujer vio como el objeto salió disparado en el aire, y con suma delicadeza se agachó para recogerlo, al tomarlo rió por las decoraciones de ositos que lo adornaban.

—¿Ositos?—preguntó quisquillosa.

Las orejas de Taehyung tomaron un color rojizo por la manera tan absurda en que fue expuesto frente a la persona que más admiraba.

—Eh...fue un regalo de mi hermana menor.—rascó su nuca avergonzado.

—Oh ¿Tienes una hermana?—preguntó asombrada creyendo que sólo Hoseok era su hermano.

—Mi madre se volvió a casar, ella aún es pequeña, tiene ocho años.

—¿Y tú?—parecía evidente la pregunta, pero aún así Taehyung no logró entender.

—¿Yo?

—Sí, cuántos años tienes tú. Me di cuenta que sé muy poco sobre ti.

Claro, ellos en realidad han cruzado una que otra palabra en las tres o cuatro veces que coincidieron y sólo se limitaban a cordiales saludos o algún otro tema que involucrara la futura carrera de Taehyung y su hermano. Además, de que el mayor de los Kim solía ser algo discreto.

—Veintidós. Pensará que es ridículo que a mi edad empiece a estudiar artes, diferente a Hoseok quien es más joven.

—Nunca es tarde para comenzar. Estoy segura de que lo harás muy bien.—Yurim miró el reloj adornando su muñeca cayendo en cuenta que era casi hora de ir a casa.—Me despido, que tengas una tarde agradable, Taehyung.

El joven de pronto no se explicaba cuales eran esos absurdos latidos del corazón, necesitaba correr lo más lejos posible de Yurim antes de que sus estupideces se reproducieran por sí solas. Se estaba esforzando tanto por parecer correcto frente a su primer amor, ese amor que siente un fanático por su ídolo la primera vez que sabe de su existencia.

Taehyung se consideraba el más fiel admirador de Yurim desde que ella saltó al estrellato, se imaginó unas cuantas noches, si no es que todas, dando conciertos a lado de ella, pero creía que estaba muy lejos de ese glorioso momento por el sencillo hecho de considerarse para nada especial a pesar de ya haber recibido elogios de su parte, sin embargo, se encontraba decidido a esforzarse por conseguir todos sus objetivos, donde cantar a lado de Yurim era la meta.

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