—No puedo creer que te hayas robado el cartel de Yurim.
Hoseok miró con diversión la imagen de Yurim pegada sobre la pared de la habitación que compartía con su hermano mayor, quién fielmente se consideraba el más grande fan de la legendaria Jeon Yurim.
—No me lo robé, me lo gané en un giveaway.—Taehyung corrió a su escritorio y tomó el álbum más reciente de la soprano.—También éste.
El mayor de los Kim se veía entusiasmado al mostrar sus nuevas posesiones que incluso las consideraba como un tesoro. Y Hoseok juraría que lo estaba perdiendo, así que lo miró con una cara preocupada.
—¿Participas en esas cosas?
—No puedo costearme un álbum, así que necesito buscar otras alternativas para mostrarle mi apoyo a Yurim noona.
—Pudiste pedirle uno, por lo que sé ahora son muy cercanos.
—Suficiente tuve con recibir gratuitamente las entradas para su concierto conmemorativo.
Taehyung estaba más que listo para el concierto con ese traje malgastado que usualmente ocupaba para las grandes ocasiones, pues en pocas horas estaría en primera fila vitoreando a la mujer que ocupaba sus pensamientos las veinticuatro horas del día.
—No deberías cuestionarme, también estarás ahí.
Hoseok levantó las manos en sinónimo de derrota, para después salir de la habitación, no sin antes echarle un vistazo a su hermano que locamente no dejaba de verse al espejo mientras arreglaba su corbata.
—Nunca cambiará.—se dijo así mismo mientras sonreía completamente enternecido por las actitudes de Taehyung siempre que se trataba de Yurim.
[••••]
Los hermanos Jeon se encontraban en la sala de espera tomándose el tiempo antes de que iniciara el concierto conmemorativo a los diez años de carrera inenterrumpida de Yurim.
La mujer estaba con los nervios por el cielo, después de todo obtendría esta noche la completa atención de los medios nacionales e internacionales que esperaban una impecable actuación de la prima donna coreana.
—Te he acompañado en todos tus conciertos desde que tu carrera despegó, y esta es la primera vez que tengo que hacer algo tan ridículo como soplarte las manos. Esto no es propio de la prima donna ¿No se supone que debes estar familiarizada con las grandes audiciencias?
—Por Dios Jungkook, sólo tienes que soplar otros cincuenta minutos más, juro que te pagaré la cena en el pavillon ledoyen la próxima vez que vayamos a París.
Jungkook rodó los ojos resignado con la situación y no tuvo más remedio que seguir abanicando. Pero ¿Qué esto no era lo que los compañeros de escenario hacían todo el tiempo?
Apoyarse
Jungkook y Yurim han recitado juntos desde que eran niños, por ejemplo; en las cenas de navidad que la familia Jeon organiza cada año, en los cumpleaños de su madre o incluso en el funeral de su padre.
La señora Jeon siempre ha señalado la exquisita conexión de sus hijos en el escenario, que los llevó en más de una ocasión a dar conciertos en dúo, justo como hoy donde Yurim se tomó la cortesía de invitar a su hermano mayor para abrir el show, quien durante toda su vida se mantuvo fiel a la soprano.
—Por cierto, dónde está el imbécil de Jimin, tendría que haber llegado hace una hora.
Jungkook estaba muy ansioso porque el plazo que le dio a Jimin para confesar el egaño a Yurim se terminaba precisamente esa noche, así que no lograba poner en orden su cabeza ante el desenlace tan fatal que se avecinaba. Y luego se reeplanteó si era tan buena idea de coaccionar una confesión así.
De lo que estaba seguro, es que la dicha de su hermana se opacaría por las mentiras, pero jamás estaría de acuerdo que la farsa alcanzara otro nivel en la cúspide y que más tarde fuese inevitable sobrellevar.
Como si lo hubiese invocado, Jimin entró a la sala de espera, entonces, Jungkook al verlo le escaneó de arriba abajo para después lanzarle un gesto desaprobatorio haciendo que Jimin se tensara en su lugar.
Naturalmente Jimin todo el tiempo realizaba sus apariciones con una enorme sonrisa amorosa y un ramo de flores, pero esta vez, ni sonrisas, ni flores para Yurim. Todo lo que podía sentir era una presencia demasiado gélida por parte del hombre que la llenó de amor por tantos años, producto de un terrible miedo que lo acompañó desde que puso un pie en el recinto.
El miedo de perder a la persona que más atesora, quien era su mundo entero.
Jungkook se levantó con la intención de dejarlos solos, pero antes de desaparecer le brindó un ligero apretón de hombros a su hermana, como una muestra de ese inmenso cariño y apoyo.
Jungkook pasó a lado de Jimin con la intención de ignorar su presencia, pero en el intento retrocedió para asegurarse de que su hermana obtuviese la verdad de los propios labios del hombre esa misma noche.
—Espero tengas las agallas para decirle, así como las tuviste para mentir.
Jimin apretó los puños cansando de la actitud tan hostil que Jungkook le mostraba cada que se encontraban, pero ahora el mayor de los Jeon tenía tantas razones para escupirle en la cara si quería, y eso de cierta manera lo hizo sentir acorralado, porque antes necesitaba tener la certeza de que el amor que Yurim le tiene era tan grande como para otorgarle el perdón.
Sin embargo, la felina mirada de Yurim clavada sobre el rubio, hizo que todos sus miedo comenzaran a materializarse. Ella se veía imperturbable, como si estuviese ya en la espera de escuchar lo peor, y eso no era para nada positivo en medio de una situación así de compleja donde casi diez años de relación estaban en juego.
—¿Qué es lo que tienes que decirme Jimin?
—Tendré un hijo.
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Love Affair
FanfictionSu gloriosa voz y su esposo eran aquello que le daban un sentido de pertenencia en este mundo a la prima donna coreana, pero un día aquel recital en el que estuvo atrapada toda su vida se desvenece frente a sus ojos cuando el amor de su vida dice es...