Capítulo 11

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—¡Estoy en casa!

Yurim colgó el abrigo en el perchero de la entrada principal y con la mirada buscó indicios de presencia humana en casa, encontrando a la señora Kwon en la cocina en lo que parecía estar preparando la cena.

Yurim se exaltó en su lugar avergonzada por no ser ella quien tuvo la delicadeza de tratar adecuadamente a las visitas.

—Oh no no no, señora Kwon, déjeme hacerlo.—Yurim corrió a lado de la mayor y tan rápido se colocó el mandil.

—Es lo menos que puedo hacer por su generosidad. De verdad, no encuentro la forma de agradecerle. Escuché un par de veces en televisión sobre lo bondadosa que era, pero esto superó mis expectativas. Que su hogar sea bendecido.

—Descuide, lo hago con mucho gusto.—el resto de la tarde-noche, Yurim y la señora Kwon se dedicaron a preparar la cena antes de que Jimin y Hanbyul llegaran de la facultad.

Yurim pensó que esta era la primera vez en muchos años cocinando con alguien mayor, la última persona con la que compartió un momento así de agradable fue con su abuela, así que por unos momentos sintió extrañarla, quizá por esa razón se volvió una abnegada a la cocina. Porque todo le terminaba recordando a esa persona tan importante en su vida.

—Eres muy buena en la cocina ¿Lo haces a menudo?—preguntó la señora Kwon luego de ver las verdaderas habilidades de Yurim, no hacía falta decir algo más, era perfecta.

—No me gusta. Pero no son motivos para que sea mala aunque parezca que sí.

—¿Por qué?

—Razones personales.

La puerta del apartamento se azotó seguida de las voces de Jimin y Hanbyul que parecían tener una charla animada luego de un largo día de trabajo y estudio.

Yurim al escuchar se limpió las manos dirigiéndose a la sala para recibir a su esposo con gran entusiasmo.

—¡Cariño!—le llamó.

El rostro de Jimin se iluminó al ver a su esposa recibirlo pensando que sin duda llegar a casa eran de sus momentos favoritos, pero no tanto como abrazarla mientras sentía su dulce aroma.

Hanbyul atenta a la amorosa escena retrocedió con vergüenza para ir en busca de su madre, esto sin poder admitir que le afectaba ver a su profesor siendo un gran marido.

¿Cómo es que fue tan tonta creyendo que ese beso había significado algo? ¿O cómo es que por un momento se creyó importante sólo porque su profesor fue a socorrerla? Definitivamente, se sentía usada, porque a los ojos Jimin claramente sólo existía Yurim, y ella sólo era la alumna en aprietos.

Después de todo tendría que lidiar con eso y más el tiempo que pasara acogida en el hogar del matrimonio Park.

A la hora de la cena fue aún más incómodo para Hanbyul mientras se reprimía mentalmente por tener toda clase de pensamientos con el esposo de Yurim, quien no dudó en ofrecerle su ayuda.

A medida que más la observaba se daba cuenta de que era pequeña a su lado, Yurim era el epítome de la sofisticación y el éxito, era hermosa, con clase, y además tenía un marido que parecía amarla mucho al igual que una madre y hermano amorosos.
Yurim tenía todo, entonces, porque en el mundo habían personas que no tenían nada como ella.

Hanbyul cerró los ojos deseando sólo por una vez ser Jeon Yurim. Quería meterse en su piel y sonreír así de despreocupada y serena sin tener que pensar en el mañana, sin tener miedo de lo que pasaría el día que regrese a su miserable hogar que su padre destruyó.

—Hanbyul ¿Estás bien?—Yurim le llamó angustiada por el repentino comportamiento de la chiquilla. Entonces, Jimin y la señora Kwon fijaron inmediatamente su atención a la más chica de la mesa.

—Me duele un poco el estomago.—mintió.

—¿Es grave?—esta vez fue Jimin el que preguntó dejando sus palillos a un lado y ahora con sus manos disponibles colocó una de ellas en la frente de Hanbyul.

Aquel ligero roce de pieles fueron suficientes para encender aún más ese tumulto de raras sensaciones que crecían por ese hombre que parecía estar preocupado por ella. Algo que en el fondo le decía que estaba bien sentirse así, que merecía tener aunque sea un poco de su compasión y atenciones que gran parte de su vida han sido de Yurim.

Hanbyul se preguntó cómo sería su vida si a lado pudiese tener a un hombre tan amable y protector, justo como Jimin lo ha sido con ella desde la primera vez que cruzaron palabras.

Nunca había sido egoísta, pero las personas puede cambiar cuando las tentaciones se convierten en sentimientos negativos. Justo como Hanbyul experimentó durante los últimos días.

—Jimin, llévala a su habitación, yo buscaré algunos fomentos de agua fría, parece que tiene fiebre.—pero si Yurim seguía siendo tan noble, cómo podría Hanbyul comportarse desagradecida con la persona que menos merecía infelicidad.

—Pero si Yurim ha sido feliz toda su vida ¿No está mal si llora un poco?—Hanbyul se dijo así misma.

Love AffairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora