—Park Jimin, tienes visitas.
El rostro del hombre se ensombreció luego de escuchar a uno de los custodios requerir de su presencia.
Jimin cerró uno de los tantos libros que tenía de reserva para pasar su tiempo de ocio mientras los días se contaban de uno a uno.
—No pedí audiencia contigo.
Jimin fue sincero en cuanto vio a su abogado, si bien era un excelente en su labor, no lo consideraba un aliado al que deseaba verle la cara con regularidad. Su relación era estrictamente clientelar.
—Apuesto que por cada visita los intereses suben, no es así Namjoon.
—Pronto dejarás de saber de mi, solo si firmas esto.
Por supuesto Jimin lo miró con recelo, él también es un profesional en la rama y que de repente tuviese que firmar un documento que salió de la nada, le causaba inseguridad.
—¿Reducción de condena por buena conducta?
El rostro de Jimin se iluminó al leer párrafo por párrafo tan brillante solución a sus problemas. Tenía la oportunidad en sus manos de salir y reclamar a su hija que ahora se encontraba bajo el amparo de su ex esposa.
—Lo tomas o lo dejas.
—Cuánto tiempo se necesita para tener una respuesta del juez.
—De diez a quince días. Si todo sale bien, podrías estar con tu hija el mes próximo.
Volver a ver a su hija era la oportunidad perfecta para estar cerca de Yurim, lo que sabía de ella era escaso, únicamente tenía acceso a su vida por aquellas revistas de arte, en el que días atrás se tocó el tema de un posible regreso a los escenarios y de lo bien que se desempeña como mentora de grandes promesas, por ejemplo, su dolor de cabeza más grande: Kim Taehyung.
Ese nombre lo ha escuchado tanto los últimos cinco años, ha visto la evolución del chiquillo en el medio y una que otra vez escuchado sus agradables interpretaciones. Además, el jovencito era conocido por su cercanía con Yurim, haciéndolo un activo poderoso en el mundo de la música clásica.
—Hora de jugar a la familia feliz. Porque ellas nunca dejarán de ser mías.
[••••]
—¿Está todo listo?
Yurim preguntó por tercera vez a su compañero, quien se encargó de preparar una comida decente y el postre perfecto para un menor.
La mujer sabía con antelación que en Taehyung podía contar siempre que lo necesitara, el chico estaba dispuesto a todas horas para socorrer a la afligida mujer que estaba en espera de una niña de la que sabía muy poco. Alguien que en realidad no tenía ni la menor idea en los temas de crianza.
—Tranquila, todo saldrá bien.
Yurim tomó el brazo de Taehyung con fuerza y en súplica dijo lo siguiente:
—Podrías quedarte solo por hoy con nosotras. Creo que tienes más tacto con los niños que yo misma.
Taehyung se echó a reír estruendosamente que poco faltó para que los vecinos del piso de abajo lo escucharan.
—¿Te has escuchado? Mi experiencia más cercana con niños fue cuidar al sobrino de Yoongi por mil wones cuando apenas era un pobre estudiante. Y contigo, porque a veces eres como una niña pequeña que necesita mimos.
El pulgar de Taehyung se encargó de tocar fugazmente la nariz de Yurim provocando que esta lo mirara con recelo.
—Oye, soy mayor que tú por si lo olvidas de repente.
—Nunca olvidaría los detalles de la chica que me gusta.
El rostro de Yurim se coloreó de rojo carmesí ante la cínica confesión de Taehyung, pues el chico había decidido abiertamente comenzar hablar de lo que sentía por ella sin vergüenza alguna.
—Dices que te gusto, pero dejé de ser interesante hace mucho tiempo.
—Eres más interesante de lo que imaginas. Y quiero que dejes que creer que no voy en serio, porque ya no sé qué excusa inventar para estar cerca de ti.
Las palabras de Taehyung comenzaban a crear efectos en Yurim, la chica simplemente se sentía fascinada por aquellas sensaciones que creyó nunca más sentir y que Taehyung en un chasquido se encargó de avivarlas con más fuerza que nunca.
Pero ese momento tan intimo se vio ofuscado cuando el timbre del departamento los sacó del juego tan vicioso en el que habían caído inevitablemente.
Yurim torpemente corrió hasta la puerta para recibir tan esperada llegada mientras era observada por un Taehyung divertido.
—Es linda.—murmuró para sí mismo.
Cuando Yurim abrió la puerta, aquella niña de ojos traviesos apareció con la mujer de servicios infantiles.
—Por favor, pasen.
Yurim dejó entrar a las nuevas presencias, entonces, comenzó a intercambiar algunas inquietudes con la abogada, quien no dudó en despejar todas sus dudas con total paciencia.
Entre ratos, Yurim miraba por el rabillo del ojo a la niña, misma que no la había dejado de apreciar desde que puso un pie en lo que sería su nuevo hogar.
Naeun, fue otra víctima del encanto natural que Yurim tenía. A pesar de ser alguien de pocas palabras, era amable y dulce en todo momento.
Pero el ambiente se tornó confuso cuando una figura masculina y jovial apareció desde el umbral de la cocina con una charola llena de aperitivos.
Taehyung se ganó la atención de la menor y de la abogada de servicios infantiles, haciendo que esta preguntara de inmediato.
—Escuché que tiene un hermano, no pensé que estaría acompañándonos, eso es bueno, podría ayudar a Naeun a trabajar en sus relaciones interpersonales.
Yurim estaba apunto de darle la razón a la mujer para no entrar en detalles sobre el verdadero papel que asume Taehyung en su vida, sin embargo, él no estaba tan complacido por la categoría en donde querían encasillarlo en ese momento, así que tendría que dar dos pasos adelante si quería salir de esa espantosa categoría donde estuvo recluido por cinco años enteros.
¿Alumno? No
¿Amigo? Tal vez
—En realidad, soy novio de Yurim.
—¡Taehyung!
ESTÁS LEYENDO
Love Affair
FanfictionSu gloriosa voz y su esposo eran aquello que le daban un sentido de pertenencia en este mundo a la prima donna coreana, pero un día aquel recital en el que estuvo atrapada toda su vida se desvenece frente a sus ojos cuando el amor de su vida dice es...