Capítulo 5

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Jimin aprovechó que las próximas dos horas no tendría que impartir clases, así que decidió avanzar con la revisión de los ensayos de la clase B.

Para vencer el aturdimiento del trabajo colocó una playlist con todos los éxitos de Yurim, sin duda escuchar la voz de esposa le levantaba el ánimo.

Ella es magnifica.—se dijo así mismo.

—P-profesor Park.

Una voz femenina hizo que Jimin dejara de prestar atención a la pila de papeles cuando encontró el ruborizado rostro de Hanbyul llamarle.

Jimin inmediatamente sonrió por la repentina presencia de su alumna y con la mano señaló una silla para que ella tomara asiento.

Hanbyul antes de tomar asiento y un poco nerviosa colocó sobre el escritorio de Jimin varios recipientes tomándolo desprevenido.

—Señorita Kwon ¿Esto es?

Hanbyul aclaró su garganta antes de pronunciarse.

—Le conté a mi madre que usted dirigirá mi trabajo escrito, así que es un símbolo de agradecimiento.

—Pues si es el caso, con gusto probaré la comida de su madre.—expresó agradecido por el detalle.

Hanbyul rápidamente abrió los recipientes para que su profesor comenzara a ingerir los alimentos que ciertamente se veían apetitosos para el hombre que por demás estaba muy hambriento.

Por unos instantes Jimin recordó que sólo había desayunado un yogurt de manzanas porque era el día libre de la señora Jung, y Yurim salió muy temprano a la academia de su madre como para detenerse a cocinarle el desayuno a su esposo. Entonces, el estomago de Jimin gruñó sin poder aguantarse más.

—Parece que está hambriento profesor.

—Sí, tuve unos inconvenientes para desayunar.—pasó una mano detrás de su cuello apenado.

Hanbyul arrugó la nariz un poco molesta de escuchar eso, ella era demasiada cuidadosa con las horas de comida y evitaba mal pasarse gracias a lo rigurosa que su madre era con ella y a su alimentación, así que muy curiosa preguntó.

—¿Eso es por qué...?

—La persona que cocina para mi se tomó el día libre.—Jimin respondió como si no fuese un gran problema y claro que no lo era, el hombre pudo buscar otras alternativas para saciar su hambre, pero entre su desidia y trabajo, prefirió esperarse a la hora del almuerzo.

—¿Se refiere a Yurim?

—No. Ella es una mujer ocupada y odia cocinar, sinceramente no es su fuerte.—Jimin pausó un momento recapacitando con que eso fue tan revelador, usualmente no hablaba de su vida privada ni con sus amigos, pero a lado de Hanbyul las palabras salían naturalmente.

Hanbyul formó una "o" con sus labios por imaginar todo el tiempo que Yurim era una mujer hogareña con lo delicada y amable que era, pero eso sólo demostraba lo prejuiciosa que esta siendo con la esposa de su profesor cuando bien él también podía ser un adulto funcional.

—No sé por qué estoy diciéndote esto.—musitó Jimin.

El profesor se llevó el primer bocado, probó y dejó escapar un leve suspiro.—Está delicioso, deberías probar.

Hanbyul se negó, entonces, Jimin insistió tanto hasta que logró convencerla de comer con él.

Jimin se preguntó ¿Hace cuánto no desayunaba con alguien?

Todas las mañanas desayunaba, pero era en completo silencio y sin la presencia de quien se supone era su compañera de vida. Estaba ya demasiado acostumbrado a despertar sin el cuerpo de Yurim a su lado, pues ella seguía una rutina muy estricta de acondicionamiento físico por las mañanas y dietas especificas por su trabajo, que incluso no se permitía ni un resfriado.

Así que, Yurim cada mañana salía a correr con su madre, quien para la mala suerte de Jimin vivía en el mismo barrio lujoso. Después, ambas desayunaban juntas y pasaban el resto del día perfeccionando las habilidades de Yurim. Y si algo se le debía reconocer a la señora Jeon, fue lo rigurosa que siempre ha sido con la carrera de su hija con el único objetivo de hacerla mejor.

Pero, aunque todo parecía bien intencionado, para Jimin no era así. Más bien le hacía pensar que eran formas de manipular el carácter de su hija y dividirlos como pareja, algo que con el paso del tiempo iba entendiendo mejor que nadie, sólo que él mismo se anima a seguir y esperar a que todo mejorara para ellos.

Sin embargo, Jimin y Yurim estaban lejos de ser una pareja normal.

La traviata.—expresó Hanbyul sacando a Jimin del ensimismamiento que por un momento olvidó que esa playlist seguía reproduciéndose.—Es de mis favoritas.

La traviata.—Jimin repitió.—Yurim ha dicho que tiene dificultades para cantarla a dueto con Jungkook, así que está obsesionada por encontrar al compañero ideal para recitarla. Un barítono, algo así me comentó.

—Jungkook es un contratenor, debe ser algo difícil, pero ¿Cree que algún día Yurim encuentre a su compañero ideal?

Compañero...—susurró para sí mismo, al mismo tiempo que se preguntaba por qué de repente le había incomodado escuchar algo así. A pesar de que no era para nada inofensivo, después de todo los artistas siempre buscaban probarse con nuevos retos y Yurim no era la excepción. Sólo que estaba acostumbrado ver a su esposa recitando con su hermano siempre que sugerían dúos para los conciertos, que un día verla con alguien más era impensable.

Entonces, por qué de repente se sentía así de celoso. Así que, para su no tan grato gusto una palabra pasó por su mente.

Infidelidad

¿Qué era la infidelidad?

—Profesor Park ¿Está bien?—la dulce voz de su alumna lo llamó con esa manera tan encantadora de dirigirse a él.

Detenidamente la observó con cautela prestando más atención a cada detalle en su rostro, desde sus avellanadas orbes, hasta ese rojizo matíz natural en sus labios. Hanbyul era bonita.

Entonces, Jimin tragó duro.

Por supuesto que ahora lo sabía.

Love AffairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora