Capítulo 18

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Jungkook ciertamente quería moler el arrogante rostro de Jimin, pero las palabras que su madre siempre le decía se le vinieron a la mente.

A los golpes, sólo los animales.

Pero ese arrogante y bonito rostro de Jimin estaba ahora lleno de terror al ver la colosal presencia de Jungkook en el marco de la puerta comiéndoselo vivo.

Jungkook llegó al departamento de los Park con la intención de persuadir la situación entre su hermana y Jimin, quería entender la postura de su cuñado porque ciertamente Yurim la estaba pasando muy mal aunque demostrara lo contrario, pero nunca imaginó que los miedos de cualquier relación fría se hicieran realidad.

—Fuera de aquí.—Jungkook ultimó a la jovencita que también estaba llena de temor por lo que ese hombre con el cuerpo de un hércules podía causar. Sin embargo, no se movió.

—Hanbyul, por favor.—esta vez fue Jimin el que le solicitó dejarlos solos.

Renuente, Hanbyul salió de la habitación siendo sorprendida por la madre de ésta, quien la miraba con reproche y desilusión. Ahora ni siquiera tendría cara para enfrentar a Yurim, la mujer que sinceramente las acogió en el peor de los escenarios.

La puerta de la recamara fue azotada por Jungkook, tendría una larga charla con Jimin sobre el asuntillo y muchas preguntas que hacerle, que en su mayoría las respuestas eran evidentes.

El hermano mayor de los Jeon jaló la silla del tocador y se sentó de brazos cruzados sin dejar de juzgar a Jimin, le parecía patético que se mostrara tan asustado cuando tuvo la irreverencia de burlar el honor de su querida hermana.

Jimin quiso hablar, pero fue interrumpido de inmediato por Jungkook.

—Ni siquiera se te ocurra culpar a Yurim.

—Por favor Jungkook, deja que yo le explique todo. De verdad he querido hacerlo pero ni siquiera me atrevo a verle la cara.

—Más te vale que le pidas el divorcio y desaparezcas muy lejos donde nadie te recuerde.

Jimin vaciló por un momento al no esperar una advertencia así de Jungkook, desde luego no era el indicado para decidir el futuro de su familia, una cuestión que sólo le correspondía a Yurim, y sólo si ella se lo pedía, accedería.

—Eso jamás.—respondió con altanería.

—¿Pretendes traer a mi hermana aquí y jugar a la casita con tu amante, la madre y ese bastardo?

—Nunca los pondría en una situación así, pero voy arreglar esto, ¿Qué todas las parejas no pasan por lo mismo?

Jungkook no le podía creer el cinismo que tenía, y se sorprendía del control que estaba teniendo consigo mismo, de lo contrario su cuerpo ya estaría en el piso, pero por el bien de todos escucharía las estupideces de Jimin.

—Hay un hijo de por medio, y dudo que Yurim se quede de brazos cruzados dejando que visites a tu otra familia todos los fines de semana. Y si eso llega a suceder, me voy a encargar de que abra los ojos. Jimin, sólo vete lejos y no hagas la vida de mi hermana más difícil de lo que ya es, y tampoco la tuya, porque si mi madre por un error se llega a enterar, no se lo va a pensar dos veces para aplastarte.

Jimin se desplomó en el suelo revolviendo sus cabellos, estaba acorralado y desesperado por redimirse con la mujer que le ha entregado tanto durante casi diez años. La amaba, pero ahora ni siquiera recordaba por qué motivo decidió destruir eso que tanto protegieron.

Su familia estaba completamente destruida. Él se encargó de destruirla.

El túnel no mostraba una salida victoriosa para él y Yurim, en el fondo quería seguir a su lado sosteniendo su mano, pero la ilusión de ser padre era más grande que esos sentimientos de antaño por la chica. Entonces, tenía que renunciar a uno de los dos, y la decisión era tan dolorosa de aceptar.

—Dame unas semanas.—finalmente se rindió.—Le confesaré todo a Yurim, le pediré el divorcio y me iré lejos. Pero, por favor, déjame estar con ella hasta entonces.

—No.—sentenció Jungkook.—¿Qué vas hacer? Actuar como un esposo amoroso sólo para un día llegar y destruir esta falsa historia de amor. Tienes hasta el concierto de aniversario de Yurim para decirle todo. Pero mientras, mantente lejos, no quiero que la sigas lastimando, aunque ya es muy tarde porque ya lo está. Y no, no le diré nada, esa es tu obligación.

Jungkook se levantó la silla y salió tan rápido como pudo al sentir que el aire le estaba faltando porque hoy más que nunca odiaba a Jimin, y temía por el bienestar de Yurim, pensaba como se iba a tomar un episodio así en esa perfecta vida en la que estaba atrapada.

Consideraba el amor tan sincero que ella le profesaba con devoción a Jimin, entonces, por unos segundos la idea de regresar y decirle a ese hombre que nunca más le dijera a Yurim sobre ese hijo, se le pasó por la cabeza. Pero tarde o temprano ella lo sabría, y jamás sería capaz de traicionar a su hermana.

—Así se siente el sabor del karma.—se dijo así mismo recordando la forma tan cruel en como se comportó con su ex novia en el pasado.—Bien dicen que todo se regresa.

Jungkook jamás se le ocurrió que su hermana viviría algo que en el pasado él también cometió.

—Que ironía.

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