Capítulo 30

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Cinco años después, París

Los pies descalzos del masculino rozaron la fina alfombra de terciopelo que adornaba la habitación de hotel.

Suspiró sin recordar cuántas horas había dormido en ese cómodo colchón después del exitoso concierto que ofreció y la recepción de celebración posterior en compañía de todas esas personas que ahora consideraba importantes en su vida, padres, hermano y nuevas amistades que fue cultivando durante los últimos cinco años.

Entre ellos aquella castaña que reposaba completamente desnuda sobre su cama. Taehyung miró con atención a la mujer que parecía ajena a su mundo, uno que ciertamente parecía coloreado de mucha vida a lado del masculino con el que ha compartido toda clase de aventuras, una chica que parecía amarlo con devoción.

Entonces, la pregunta rondó en la mente de Taehyung ¿Qué ha hecho por ella hasta ahora?

Su relación se limitaba únicamente a una atracción física, y parecían entenderse mejor en la cama que en la vida real, pero Taehyung trataba de autoconvencerse de que era lo mejor para él, aunque en su mente y corazón alguien más ocupara su lugar.

Taehyung miró las revistas y periódicos esparcidas por la mesita de centro, donde en todas él era el protagonista, en donde ahora el mundo y la música clásica giraban a su alrededor.

Hasta cierto punto, debería ser motivo para llenarlo de expectación por su nueva vida, y por tener a su lado a una extraordinaria mujer como lo era Yeonsoo, sin embargo, le causaba estragos verdaderamente preocupantes. A pesar de que todos los días se esforzara por amoldarse a los cambios significativos, había una pieza que se encontraba perdida para darle sentido a esa nueva etapa.

El chico tomó su móvil y rápidamente abrió la galería desplazando su pulgar hasta una carpeta que ciertamente la consideraba especial.

Yuri and me

A medida que todas las fotografías que había coleccionado de él y su mentora; como en su primer torneo, su primer premio, su primer álbum, su primer concierto, todos esos momentos que consideraba importantes, las ansiedades no tardaron en salir a flote.

Gracias a Yurim hoy podía recorrer cada recinto del mundo y ser ovacionado por el público, Taehyung había alcanzado la cúspide de la satisfacción personal, o eso creía.

—¿Taehyung?

Yeonsoo estuvo aclamando la atención del masculino, pero éste se encontraba totalmente ido hasta que por fin pudo tocar con la realidad.

El chico rápidamente bloqueó su móvil olvidando por un momento aquellos amargos sentimientos, y por unos segundos recorrió la figura de la chica, y mentalmente enlistó todas aquellas cosas que amaba de ella, pero no fue una tarea sencilla, en realidad se dio cuenta de que no conocía nada de ella, sólo cuestiones superficiales, y aún así la noche anterior tuvo la osadía de colocar una sortija de compromiso lamentándose por los arrebatos que constantemente cometía para reclamar el interés de Yurim, una mujer que durante los últimos años se dedicó arduamente a pulir los atributos de Taehyung como artista y volverlo el hombre más encantador sobre el escenario.

Años en los que cada día una capa de hielo cubría su corazón hasta marchitarlo y sólo dejar vagos recuerdos de la dulce soprano que cautivó por una década al público.

Yurim cumplió con la parte de su promesa volviendo a Taehyung el nuevo protagonista de los escenarios coreanos y el mundo, lo cual parecía tenerla satisfecha, por lo que consciente de sus capacidades como mentora tomó más presencia en la academia de su madre forjando a brillantes artistas en potencia.

Love AffairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora