—Por qué nos citaste con premura Seokjin, estaba a punto de ir a casa y hoy no es día de reunión.—Yurim tomó asiento a lado de Jungkook mientras se quejaba.
Regularmente el grupo de cuatro amigos: Seokjin, Yoongi y los hermanos Jeon se reunían al menos cinco veces al mes para cenar juntos en el mismo sitio, que incluso los trabajadores les tenían una mesa reservada por tenerlos bien identificados como los tres cantantes y el pianista.
—Me casé. Y les juro que esta vez es la definitiva.
Sus amigos se miraron unos a otros procesando por un momento eso que escucharon de la nada, luego bufaron con resignación.
"Siempre dice lo mismo", pensaron.
—¿Cuántas veces van, cuatro? Eres mi amigo, pero a veces creo que eres un reverendo imbécil.—Yoongi lo acusó antes de empinarse la copa de vino bebiendo todo su líquido.
—¡Ni siquiera nos invitó!—esta vez le tocó a Yurim reclamar.
—Él ya sabe que estamos cansados de asistir a sus bodas.—el más tranquilo fue Jungkook, estaba por demás cuestionar las decisiones de un adulto, al final no era él la persona del problema.
Seokjin se había casado al menos cuatro veces, justo como Yoongi lo dijo, pero en las tres primeras nada le funcionó porque sus ex parejas señalaban que era un hombre muy ocupado y que necesitaban sentirse cuidadas por su esposo.
Desde luego, trató de pausar su carrera para atender sus asuntos del corazón, pero terminaba regresando a lo que más le hacía feliz. En varias ocasiones sus amigos le sugirieron relajarse un poco y dejar que el tiempo le permitiera conocer a la persona que más se amolde a su ajetreado estilo de vida, pero echó por la borda esos consejos mientras se esforzaba por buscar el amor.
—Y cómo se conocieron.—la única de los amigos con excepción del recién casado, es quien más estaba emocionada por escuchar la nueva historia de amor que Seokjin tenía por contar.
—Una chica que vive en el departamento de junto y un día se acercó a mi con la intención de que le diera clases particulares de canto.
—¿Una alumna eh?—Jungkook se burló, pero fue al único al que le causó gracia su propio comentario, mientras Yoongi y Yurim compartieron una mirada cómplice y algo amarga recordando la última charla que sostuvieron.
—Degenerado.—reclamó Seokjin.
—¿Es menor?—Esta vez le tocó a Yoongi sumarse a la ronda de preguntas.
—En realidad es mayor que yo por dos años.
—Es la primera vez que sales con alguien mayor que tú ¿Algo cambió?
—Ella es la primera persona que no me cuestiona por mi carrera y eso hace que no quiera alejarme de su lado para darle todo. No me siento presionado saben.
—Entonces, cuando te sientes presionado por cierto tema ¿La relación está condenada al fracaso?—Yurim de repente se sintió interesada por las palabras que su amigo compartía con el resto y hasta cierto punto lograba comprender a Seokjin porque nunca se sintió libre de hacer las cosas que más le apasionaban.
—¡Sí!—los tres hombres respondieron al unísono.
[••••]
Hanbyul llegó al departamento de los Park y gritó el nombre de su madre pero no obtuvo respuesta más que un profundo silencio.
—¿No hay nadie?—se preguntó así misma.—Es imposible, todas las luces están encendidas.
De pronto, Hanbyul identificó el ruido del agua cayendo de la regadera que provenía de la habitación de Yurim y Jimin, entonces, para asegurarse una última vez miró hacía la entrada donde sólo un par de zapatos masculinos se encontraban ahí.
—Oh, eras tú.—la voz de Jimin sorprendió a Hanbyul haciendo que se sobresaltara del susto. Pero no fue tan impresionante como la imagen que tenía frente a sus ojos.
Jimin acababa de salir de tomar una ducha, su cabello mojado lo demostraba. Lo cual hizo que el ambiente se tornara tenso y eso lo explicaban los rostros expectantes de Jimin y Hanbyul porque no era fácil para ambos.
Los dos llegaron a un punto sin retorno, como una droga para cada uno, Jimin sabía lo incorrecto que significaban sus actos aunque le profesara un te amo cada noche antes de dormir a Yurim, un te amo que ahora le sabía amargo por el simple hecho de mentirle a la persona que más confía en él.
Pero Yurim no era esa persona que desayunaba cada mañana a su lado, no era quien le decía cualquier trivialidad para sacarle una sonrisa, tampoco a quien le contaba sus secretos más profundos, eso que jamás le ha confesado a alguien más. Porque, había otra persona que hacía todo eso por su esposa.
Cómo es que la simple presencia de Hanbyul lo pusiera de buen humor.
Hanbyul peligrosamente pasó su mano por los cabellos húmedos de Jimin con la intención de sentirlo una vez más, aquel pequeño gesto hizo que tragara duro porque sabía que no era capaz de contenerse con esa chica, por primera vez se sentía débil y completamente desnudo con alguien que comprendía mejor que nadir como se sentía a pesar del poco tiempo que han pasado juntos.
Ni siquiera una década a lado de Yurim el hombre era capaz de abrirse completamente a ella, le daba vergüenza mostrarse imperfecto con alguien que era perfecta. Quizá las circunstancias de la vida de ambos eran distintivas, entonces los dos convergiendo estaba muy lejos de suceder.
Jimin se apartó de inmediato temeroso por lo que pudiera suceder si seguía dejándose llevar.
—Profesor Park, acaso tiene miedo.
El móvil de Jimin comenzó a recibir llamadas con urgencia interrumpiendo el momento entre los dos, iba a ignorarlo, pero estaban siendo insistentes, así que tomó la llamada cuando vio el identificador.
Kim Seokjin
—Oye Jimin, surgió un problema y Yurim está demasiado ebria, podrías venir por ella.
Jimin tenía deberes que enfrentar, como salir en busca de su esposa, si él mismo no cuidaba de ella, quién más lo haría por él mismo.
Sin decir algo al respecto salió corriendo del apartamento mostrándose preocupado, causando cierta molestia en Hanbyul, después de todo Yurim era la mujer que Jimin eligió para pasar el resto de su vida.
Y aún así era insoportable para la chica, tan insoportable por ser la tonta que esperó el regreso de Jimin creyendo que no era un asunto delicado y retomarían la charla, pero al verlo entrar con Yurim en brazos por lo ebria que estaba, se dio cuenta de lo patética que se vio esperando por algo de migajas.
Fue tan horrible como escuchar la manera en como Jimin debía cumplir con sus deberes como esposo durante la noche mientras ella lloraba detrás de la puerta.
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Love Affair
FanfictionSu gloriosa voz y su esposo eran aquello que le daban un sentido de pertenencia en este mundo a la prima donna coreana, pero un día aquel recital en el que estuvo atrapada toda su vida se desvenece frente a sus ojos cuando el amor de su vida dice es...