Capítulo 13 (un trocito más)

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- ¿Dónde están mis vestidos?

- Señorita, son los que hay en el baúl.

Su madre había actuado a su espalda, una vez más.

Rachel contuvo un suspiro al ver que las criadas junto con su doncella organizaban su armario. Los colores de los vestidos, de día y de noche, se burlaron de ella y de su propósito de pasar lo más desapercibida posible. A ella que le hubiera gustado tener sus vestidos grises. Solo tenía uno, el que se había puesto. Ya era de extrema dejadez, si lo usaba en cada reunión que se celebraba dentro y fuera de la casa. Porque había actividades de variedad, de las cuales debía participar sin poder excusarse.

Se sentó en la cama, haciendo plof, y no pudo evitar pensar que la habitación asignada para ella sola era perfecta. Ni muy sobrecargada, ni austera. Era sencillamente delicada. Alguien la había renovado o pintado porque la pintura no había envejecido. Había golondrinas en las paredes, como que volaban por el cielo azulado, blanquecino y rosado. No podía quejarse tampoco de las vistas, que daban a la parte trasera de la casa, y se podía ver Devonshire.

- Pareces que vas al cadalso - dijo una voz femenina que rompió la deriva de sus pensamientos. Se sorprendió ver a una de las hermanas del marqués, ¿era la mayor, la mediana o la pequeña? La pequeña Sophie no podía ser -. No es la imagen propia de una joven, al menos que una quiera escaparse de aquí.

- Pensé que estaba sola. Lo siento si me he demostrado desagradecida.

- No te preocupes - sin invitación alguna, se sentó a lado de ella y se percató dónde estaba mirando -. Son muy hermosos. ¿No te gusta ninguno?

Rachel titubeó dado que no tenía confianza con ella. No obstante, su carácter jovial y abierto, hacía que no fuera una extraña completa. Además, había coincidido con ella en más de una ocasión.

- Puedes decírmelo, no se lo voy a contar a Adam, aunque sea mi hermano.

La mención de dicho caballero, hizo que esbozara una mueca que no pasó desapercibida.

- Perdóname de nuevo. No me he acordado que es su hermano.

La joven soltó una carcajada llana y sincera.

- Por Dios, no me trates de usted. Tenemos casi la misma edad. Por mi hermano, sé libre en opinar lo que quieras. Sé que puede ser muy adulador con las mujeres. Puede ser que se deba a que tiene un encanto innato que lo ha heredado de mi padre.

Se podía decir que todos los hijos del duque había heredado ese rasgo tan encantador. Si la miraba con más detenimiento, podía jurar que tenía un aro dorado en su cabeza.

- Sí, puede serlo.

- Y muy persistente que roza hasta la pesadez - apostilló sin remordimiento -. Aun así, lo adoramos, aunque tenga mil defectos y nos desquicie.

Rachel se percató de una sonrisa que estaba naciendo cuando la reprimió al instante.

- Sí, es cierto.

- Creo recordar que tienes una hermana, casada con lord Darian, ¿no es así?

- Sí, no ha podido venir por su segundo embarazo - se le notó en la voz la nostalgia -. Sé que estará bien; mi cuñado hará todo lo posible para que lo esté.

- Bueno, puede contar con nosotras, con mis hermanas y conmigo. Si está incómoda en algunas actividades, no dudes en comunicárnoslo. Acudiremos a tu ayuda.

¿Había dicho que era encantadora?

Lo era.

También, su hermano.

Movió la cabeza, ¿de dónde había venido ese pensamiento?

- Veronique, no molestes a nuestros invitados - dijo de repente el susodicho, el protagonista de su conversación e inquietudes.

Rachel se quedó sin palabra que articular, ¿qué podía decir si había aparecido de repente?

- Ah, señorita Shelford, no te había visto. Espero que esté la habitación a tu gusto - no le dio tiempo a darle una respuesta porque añadió: -. Veronique, ven comigo.

- ¿Ya? Pero si estábamos conversando tan tranquilamente hasta que has aparecido tú - hizo un mohín y se puso en pie -. Este hermano mío. Lo que te dije, encantador como él solo, pero desquiciante.

Adam puso los ojos en blanco y esperó a que estuviera dispuesta a marcharse.

Los dos hermanos se fueron y ella se quedó mirando a la puerta, por donde se habían ido.

¿Qué iba a hacer?

Siénteme (breve)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora