Capítulo 19.

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El edificio donde se encontraba ubicado el departamento de Jeon, dejaba muy en claro que no cualquiera vivía ahí. La infraestructura y las decoraciones gritaban poder y dinero.

Cuando Jimin atravesó la gran puerta de roble oscura, su boca se abrió ante el asombro. Avanzó lentamente hasta la sala de estar, totalmente absorto en la decoración del departamento.

Y es que era increíble, joder.

Ni siquiera el departamento de Taehyung le había impresionado tanto.

Observó con fascinación los grandes ventanales, que le privilegiaban de una preciosa vista tanto de día como de noche. Luego giró su rostro hacia su izquierda, y se encontró una pared cubierta por libros.

Woow, esto es genial.

Le encantó como Jungkook tenía su departamento. Debía reconocer que tenía excelente gusto.

La mayoría de las paredes estaban pintadas de blanco, mientras que el resto de un color gris oscuro. En la sala de estar habia un gran sofá negro y otros dos más pequeños de color blanco. Una alfombra afelpada de color gris oscuro y una mesa de centro de madera con algunas decoraciones verdes. No había televisor en la sala de estar, ni algún aparato de música.

—Bueno, bienvenido a casa —dijo Jungkook mientras cerraba la puerta principal, luego de que su chofer y guardaespaldas se retiraran, dejándolos finalmente solos.

Jimin se giró para encontrar esa mirada oscura y penetrante del alfa. Cuando lo hizo, Jungkook le regaló una pequeña sonrisa que hundió su estómago.

Y antes de hablar, Jimin tuvo que carraspear su garganta.

—Tu departamento es muy bonito —confesó, sintiendo como el calor subía hasta sus mejillas.

Jungkook tarareó, tomando la maleta vieja de Jimin.

—Gracias, supongo.

Suspirando, Jimin desvió sus ojos del alfa para fijarlos en la escalera que había en un rincón. Cada peldaño y baranda eran de un grueso cristal, mientras que el esqueleto de esta era de un acero de color negro.

—Bueno... —Jungkook murmuró, haciendo que Jimin volviera a mirarlo— ¿Vamos a tu habitación?

—Sí, claro.

—Bien, vamos al segundo piso.

Jimin siguió a Jungkook en completo silencio, sin dejar de apreciar cada detalle del departamento, hasta que se detuvieron frente a una puerta negra en medio del gran pasillo en el segundo piso.

—Esta será tu habitación —comentó Jingkook mientras abría la puerta— Mi dormitorio está justo al lado, por si necesitas algo.

—Mmh... vale.

—Entonces... Ponte cómodo.

Jimin entró lentamente, encontrando un amplio dormitorio de color blanco y con algunos cuadros decorando las insipidas paredes, con una gran cama de dos plazas y dos puertas en cada esquina.

—Oh...

Jungkook frunció el ceño ante la extraña reacción de su omega.

—¿No te gustó tu habitación?

Jimin negó con su cabeza.

—No es eso —sonrió, aun cuando le estaba dando la espalda a Jungkook— Es solo que, esto es... demasiado aburrido —refunfuñó Jimin.

Entonces Jungkook soltó una risita ronca. Por supuesto que iba a ser aburrido para su omega.

—Puedes cambiarle el color o decorarla a tu gusto.

With you Ω KM.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora