Extra 3.

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Jimin y Jungkook.







Jimin observaba desde el sofá donde estaba sentado, con un vaso de refresco en una de sus manos, como se celebraba el cumpleaños número dos de Malva.

La niña llevaba puesto un hermoso vestido amarillo con alas en la espalda, unas medias de abeja y un par de zapatitos negros de charol. Se veía preciosa. Ella era toda una abejita mimada, no solo por sus padres, sino también por sus abuelos.

—¿Dónde está mi niña hermosa? —Misuk preguntó apenas llegó, haciéndole gracia a Malva. Ella por supuesto, inmediatamente gritó de felicidad y agitó sus manitos para que su abuela la tomara en brazos. La omega la cargó de inmediato, besando una de sus redondas mejillas.

Jimin apartó la vista y bebió un sorbo de su refresco.

La fiesta de cumpleaños se estaba realizando en la casa de Taehyung y Seokjin, que quedaba al lado de la casa donde vivía Jiyoon y su padre.

—¡Pastel, pastel! —chilló un niño con emoción. Jimin lo miró, sin tener idea de quién se trataba. Sinceramente, no se explicaba cómo es que sus amigos habían conseguido tantos invitados pequeños.

—Aún no, cariño. Falta un poquito —Jiyoon le explicó, mientras Taehyung colocaba el pastel con decoraciones de abejas y flores de colores sobre la mesa principal. El niño que llevaba un disfraz de conejo, puchereó decepcionado.

Awww, adorable.

—Hey, que haces aquí tan solo —Seokjin llegó, cargando consigo un montón de vasos plásticos de diferentes colores.

Inmediatamente Jimin sonrió mientras lo miraba.

—Disfrutando del cumpleaños —respondió, encogiéndose de hombros.

Se sentía un poco extraño por estar ahí solo, sin Jungkook, en algo que claramente era familiar. Pero su prometido no podía tomarse el día libre para asistir a un cumpleaños, no cuando debía cumplir con sus obligaciones de presidente.

Seokjin soltó una risita suave, dejando los vasos en el mueble más cercano y tomó asiento a su lado.

—¿Seguro? —preguntó con preocupación— ¿Nada que te moleste o preocupe?

—Oh, no. Claro que no —negó rápidamente— Solo estoy un poco estresado y cansado, lo de siempre.

Seokjin lo miró en silencio por unos cortos segundos, buscando en su rostro algún indicio de que quizás estuviera mintiendo. Cuando no encontró nada, suspiró y se acomodó el cabello hacia atrás.

—Lo sé y te he extrañado, ¿sabes? —lo abrazó, juntando sus cabezas— Yo también estoy medio estresado. Ser papá y trabajar es jodidamente difícil y agotador.

A Seokjin le iba bien como actor de comerciales o de extra en algunas telenovelas nacionales donde aceptaba salir. Solía firmar contratos para papeles pequeños, y por más que le insistieran sobre su talento y belleza, él se negaba a algo más serio y duradero ya que le gustaba pasar tiempo en casa, con su familia.

Jimin soltó una risita divertida. Le gustaba escuchar a Seokjin quejarse dramáticamente de todo, porque en el fondo sabía que aunque era en parte cierto, tenía ayuda de todos lados. Sus amigos no estaban solos en esta caótica etapa de ser padres primerizos y lidiar con los cambios de ánimos de una niña de dos años que parecía manipularlos a su antojo.

With you Ω KM.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora