Hoseok finalmente se levantó del sillón, luego de haber pasado horas en la misma posición.
No podía creer que finalmente se había quedado solo.
Está bien, me lo merezco. Es mi culpa, es mi culpa...
Su lobo se mantuvo en silencio, así que Hoseok asumió que había caído en algún tipo de sueño profundo. Ni siquiera su lobo parecía tener ganas de seguir junto a él.
Avanzó perezosamente hasta su habitación, sin querer detenerse en la de su hijo. Su cachorrito. No se molestó en quitarse la ropa, simplemente se acostó y se hizo un ovillo en el lugar que alguna vez ocupó Yoongi.
Yoonie...
Cerró los ojos, deseando no volver a abrirlos más.
—Te odio, papá.
Sollozó contra la almohada cuando recordó las palabras de su hijo. Jimin lo odiaba, así como él mismo se odiaba por todo lo que había hecho mal en el pasado.
Abrió los ojos y parpadeó con rapidez, intentando de esa manera apartar las lágrimas que nublaban su vista. Miró entonces la delgada argolla de oro en su dedo anular. No era suya, sino de Yoongi. La acercó a sus labios para presionarla contra ellos.
—Lo siento, lo siento... —sollozó nuevamente— Perdóname. Por favor, perdóname...
Hoseok sentía que ya no podía más. Su lucha por seguir adelante parecía ser totalmente inutil. Estaba solo, por sus propias malas acciones, y nadie parecía necesitarlo. ¿Para qué seguir viviendo, entonces?
Solo quería dejar de respirar y tocar las puertas del cielo, pero sabía perfectamente que no iría al mismo lugar donde se encontraba su omega.
Ω
Luego de apagar las luces y quedar en completo silencio, Jimin se deslizó entre las suaves y perfumadas sábanas blancas y cerró los ojos, intentando apagar su cerebro para quedarse finalmente dormido.
No pudo.
Intentó contar ovejas. Contó hacia atrás desde el trescientos, de tres en tres. Vacío su mente y dejó de pensar en cualquier cosa. Intentó todas las técnicas absurdas que alguna vez leyó en internet.
Nada funcionó.
Respirando profundamente, Jimin se acurrucó en el centro de la gran cama. Era tan grande en comparación a su desgastada y pequeña cama. La habitación también era demasiado grande para su propio gusto, haciéndolo sentir tan pequeñito y solo.
Basta. Estoy bien. Esto está bien.
Intentó convencerse a sí mismo, pero el recuerdo del rostro triste de su padre hundió su corazón. Se había negado rotundamente en pensar en él, pero ya no podía más. Era su padre, después de todo. Su única familia.
—Lo siento, papá... —murmuró bajito, con la culpa instalada en su pecho.
Mierda, no debía sentirse culpable por dejarlo. Él ya era un adulto, responsable con sus estudios y con sigo mismo, y casi totalmente independiente.
Se removió en la cama, incómodo, disipando sus pensamientos sobre su padre. Necesitaba dormir, considerando que dentro de unas pocas horas debía levantarse para ir a la universidad.
No supo exactamente cuánto tiempo pasó en la misma posición, sin moverse y con los ojos cerrados, hasta que finalmente aceptó que perdió la absurda batalla consigo mismo por intentar dormir.
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With you Ω KM.
Fanfiction"Ningún alfa vale tanto como para clavar sus asquerosos colmillos en tu precioso cuello, para luego exhibirte ante la sociedad como su trofeo. Y ningún omega vale menos por rechazar los cortejos de algún alfa." -Kookmin. -Omegaverse. -Angst / Drama...