Capítulo 54.

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—¿Qué estás viendo? —el tono de voz de Jungkook, todo gruñón y varonil, mandó un electrizante escalofrío por todo su cuerpo.

Aun cuando su corazón bombeaba con fuerza ante la presencia de su alfa, Jimin no se molestó en acomodarse en el sofá para poder mirarlo. Él simplemente siguió ahí, en la cómoda posición que había elegido hacía más de media hora.

Era un martes por la tarde, y Jimin había decidido que perdería su tiempo viendo televisión hasta que le doliera la cabeza.

—Una película... —respondió, sin poder ocultar lo desanimado que se sentía.

Ese día no había ido a visitar a su padre, ya que este tenía cita con su terapeuta, así que no había hecho mucho durante el día, aparte de mandar mensajes al chat grupal que tenía con Seokjin y Taehyung, donde habían organizado una salida para los siguientes días. Y debía admitir que los extrañaba, así como también extrañaba aquellos tiempos donde solían compartir gran parte de sus días juntos, cada día, cuando se reunían por las mañanas y se separaban a altas tarde de la noche.

Jungkook torció los labios con disgusto, sintiendo a través del vínculo que el estado de ánimo de su omega no era el mejor. Y él quería cambiar eso, maldita sea. Quería arrancar de raíz aquello que le estuviera perturbando su paz, para luego meterlo dentro de una cajita de cristal y así poder protegerlo siempre, de quien sea y de lo que sea.

—¿Qué película es? —preguntó el alfa, dejándose caer en el sofá, a un lado de Jimin.

—Mhm... —tarareó Jimin pensativamente, removiéndose en su lugar, provocando que el olor del perfume que Jungkook solía usar acariciara sus fosas nasales. Ese día, así como los otros días anteriores, Jimin había comenzado a sacar la ropa de Jungkook para usarla. Tomaba todo, sin permiso de nadie, incluso cuando la ropa le quedaba demasiado grande. Y es que se había dado cuenta que lo extrañaba más de lo que pensaba, e inconscientemente, hurgaba en su armario y tomaba todas las prendas que fueran necesarias— No me acuerdo, pero hay gigantes y reyes.

Jungkook miró la pantalla, viendo las imágenes que se proyectaban. No tenía ni puta idea de qué película era, porque no era un gran fan de las películas, series o lo que fuera que pasan en la televisión. Solo leía noticias, pero las que realmente le interesaban, como cosas referente al ámbito político.

Apartando la mirada de la pantalla, Jungkook posó sus ojos en Jimin, quien se veía jodidamente adorable con su ropa.

—Ven aquí —ordenó, palmeando sus piernas, invitando a su omega a subirse a su regazo.

Y fue verdaderamente vergonzosa la rapidez con la que Jimin se movió hacia Jungkook, trepando su cuerpo como si fuera un mono bebé, aferrándose a él.

Jungkook simplemente sonrió, envolviéndolo con sus brazos.

—Te extrañé... —dijo el alfa, enterrando su nariz en los cabellos revueltos de su omega, aspirando su delicioso olor— Mucho, de hecho.

Había estado fuera de casa desde temprano, acompañando a Jongsuk en los últimos detalles de lo que sería la ceremonia para presentarlo oficialmente como el nuevo presidente de Corea. Jongsuk estaba visiblemente nervioso y asustado, creyendo que quizás no sería capaz de cumplir correctamente con su rol como nuevo gobernador, pero Jungkook se encargó de darle los ánimos necesarios, aconsejándole sabiamente a ignorar los rumores malintencionados que empezarán a llegar a sus oídos.

Luego de eso, se había reunido con Yongsun para tomar un café, charlar y pasar un poco de tiempo juntos. Pero si debía ser completamente sincero, a Jungkook le daba exactamente lo mismo si la veía o no, aun cuando a su amiga no parecía darle lo mismo.

With you Ω KM.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora