Extra 5.

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Jungkook y Jimin.









Las apariciones en público del presidente Jeon Jungkook no solían ser muy a menudo, así que cuando asistía a eventos donde su presencia se requería sí o sí, la gente se aglomeraba y la seguridad aumentaba considerablemente para evitar algún tipo de desastre mayor.

—Señor, estamos llegando —su chofer informó, sin perder la concentración de su labor. Jungkook miró por la ventana polarizada del auto y no pudo reprimir una mueca de disgusto.

Cuando el auto finalmente se estacionó y se detuvo, él respiró profundo y luego soltó todo el aire lentamente, intentando regularizar de esta forma la tensión en su cuerpo.

—¿Listo? —preguntó el chofer, un beta, mirando a Jungkook a través del espejo retrovisor.

No.

Fue lo que pensó Jungkook. Porque mierda, odiaba los eventos donde debía asistir y sonreír como un idiota ante gente que en su vida habia visto, pero este era su deber, maldición.

—Vamos —dijo Jungkook, abotonando su chaqueta negra. La puerta del auto se abrió y él salió, siendo recibido de inmediato por eufóricos gritos de todo tipo, con gente agitando la bandera del país u otras cosas con mensajes escritos que Jungkook jamás leía.

—Por aquí, señor —uno de sus hombres lo guió hacia el interior del edificio donde lo esperaban. El evento era la inauguración de un nuevo hospital en uno de los pueblos que Jungkook había mandado a reconstruir.

Jungkook siguió a su guardaespaldas y detrás de él avanzó el resto de sus hombres, todos resguardando la seguridad del presidente.




Ω




La ceremonia de inauguración había sido más que agotadora, pero por más cansado que estuviera, no podía faltar a estos eventos ya que estaban pautados en su gira presidencial.

—Señor, su cena —dijo alguien desde afuera de su habitación. Se estaba hospedando en un pequeño y acogedor hotel junto a todo el personal político y de seguridad que le acompañaba, solo por esta noche, para descansar y así al día siguiente seguir su viaje por el país.

—Pasa —dijo Jungkook cuando abrió la puerta y vio a uno de sus hombres de seguridad cargar con un paquete grande donde iba su comida. No habían llegado hacia mucho, por lo que aun vestía su traje negro. El hombre entró y dejó el paquete sobre una pequeña mesa que se encontraba entre los sofás de la habitación, luego se enderezó y miró a Jungkook.

—¿Necesita algo más, señor?

—No. Ve a descansar que yo haré lo mismo.

El hombre asintió con la cabeza e hizo una pequeña reverencia de respeto.

—Que descanse entonces, señor —dijo, luego se marchó, cerrando la puerta desde afuera.

Jungkook soltó un largo suspiro cuando quedó finalmente solo y comenzó a quitarse la corbata que parecía estar estrangulándolo, lanzándola sin cuidado hacia la cama. Luego se desabotonó la camisa y también la lanzó. Cuando estuvo a punto de quitarse el pantalón de tela, su teléfono vibró en el bolsillo derecho.

With you Ω KM.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora