Capítulo 27.

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Un gruñido ronco escapó de sus labios levemente separados, mientras se removía bajo la ropa de cama para alcanzar su teléfono. Cuando lo alcanzó y sostuvo con su gran mano, miró la pantalla para ver quien le llamaba; con sus ojos entrecerrados y su ceño muy fruncido.

Era Jimin, por supuesto.

Reprimiendo un nuevo gruñido, Jungkook simplemente contestó.

—¿Por qué estás llamando a esta hora, Jimin? —la voz de Jungkook salió ronca y profunda a causa del sueño.

Te odio —Jimin le dijo, o eso entendió él.

Aparte de escuchar lo que parecía ser la voz de Jimin, porque sonaba totalmente distorsionada, había demasiado ruido que envolvía el lugar donde su omega se encontraba.

—Bueno, gracias por tu sinceridad. Adiós —Jungkook cortó, sin sentirse mal por ello.

Luego de eso, Jungkook no pudo seguir durmiendo, así que se levantó y fue al baño para darse una ducha, llevando consigo su teléfono y una muda de ropa limpia.

La ducha fue rápida, considerando que ya se había bañado antes de acostarse, y que solo era para espantar el sueño que aún lo abrazaba.

Cuando cortó el agua y tomó la toalla negra que había dejado sobre uno de los muebles más cercano, se secó el rostro y luego rápidamente el resto del cuerpo, antes de envolverla alrededor de su cintura. Fue ahí que su teléfono nuevamente sonó.

Y por supuesto, Jungkook tardó un poco en responder.

—¿Ahora qué? —preguntó Jungkook, su voz ya no sonaba tan ronca.

¡No puedes cortarme una llamada!

—¿Eso es todo?

Jimin hizo un ruidito estrangulado al otro lado de la línea, antes de volver a hablar.

Oh, no, claro que no.

—Entonces di rápido lo que sea que quieras decirme. No tengo tiempo para perderlo en estas llamadas sin sentido, Jimin.

Claro que tenía tiempo, más para él, pero sencillamente no iba a dejar que Jimin lo averiguara tan rápido. Tenía una reputación que mantener, maldición.

Eres tan engreído. Yo tampoco tengo tiempo para ti, pero quería que supieras cuanto te odio —las palabras salían rápidas y arrastradas, dificultando un poco que Jungkook las entendiera de inmediato.

—No tienes tiempo, pero sin embargo, me estás llamando a las... —apartó rápidamente su teléfono para verificar la hora— ¿Cinco de la mañana?

Oh dios, cállate.

—¿Tan mal lo estás pasando qué debes llamarme, cariño? —se burló, disfrutado saber aun sin estar al lado de Jimin, cual seria su reacción.

Jimin le colgó, sin añadir absolutamente nada más. Jungkook sonrió maliciosamente.

Dejando de lado el teléfono, Jungkook cepilló sus dientes y comenzó a vestirse, sin prisa, para luego ir a la cocina por una deliciosa taza de café recién preparado. Se sentó en uno de los taburetes y estaba dispuesto a echarle una cantidad minúscula de azúcar a su café humeante cuando una vez más, su maldito teléfono sonó.

Suspirando, Jungkook respondió.

Te odio, pero creo que amo a tu bonita polla —fue lo primero que escuchó, sin darle tiempo para decir una sola palabra— Y ahora mismo estoy tan mojado, deseando tenerte entre mis piernas, dentro de mí.

With you Ω KM.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora