El suave toque de una pequeña mano en su mejilla izquierda lo hizo abrir muy lentamente sus ojos.
El viento soplaba y golpeaba su rostro con demasiada fuerza. Jimin se incorporó lentamente para sentarse, parpadeando un par de veces para lograr orientarse. Miró un poco a su alrededor, comprendiendo que estaba devuelta en el gran prado verde, viendo nada más que cielo muy celeste y kilómetros de frondosa hierba.
Una risita familiar endulzó sus sentidos, provocando que Jimin girara su rostro demasiado rápido para ver a la niña que estaba a su lado sentada. Él la miró atónito por unos cortos segundos, hasta que finalmente logró procesar todo y reaccionar.
Ella estaba ahí. Su hija nuevamente estaba frente a él.
Es un sueño...
Separó los labios para decir algo, pero entonces la niña se abalanzó hacia adelante y rodeó su cuello con sus cortos brazos. Jimin sonrió, abrazándola también.
Su corazón saltó desbocado dentro de su pecho. Felicidad y miedo era lo que sentía.
Jimin le acarició el largo de su espalda, luego acarició su largo cabello negro. No pensó en nada, ni tampoco buscó respuestas lógicas a lo que estaba viendo y sintiendo, concentrándose únicamente en disfrutar de este grato momento.
La niña rió de nuevo, acurrucándose en el hueco del cuello y el hombro de Jimin. Aspiró una gran bocanada de aire y luego ronroneó gustosa.
Jimin fue ahora quien soltó una risita baja. Él también la estaba oliendo.
Su hija olía delicioso. El exquisito olor de una sana y jugosa cereza.
—Te quiero... —murmuró Jimin, apretando solo un poco sus brazos alrededor de su hija— Te quiero...
La niña se removió para apartarse y poder ver el rostro de Jimin.
—Pa... —logró balbucear, pero su atención se centró ahora en alguien más allá de Jimin, provocando que sonriera más ampliamente.
Jimin arrugó su entrecejo y quiso voltearse para mirar, pero ella se lo impidió al acunar su rostro con sus pequeñas manitos. Se inclinó y presionó sus labios rosados en una de sus mejillas, para luego dedicarle una encantadora sonrisa mientras comenzaba a correr torpemente lejos de él.
No te vayas...
Jimin se levantó rápidamente, volteandose para observar a su hija correr. Su cabello negro ondeaba al viento y sus manitos se agitaban contra la hierba.
La niña se detuvo frente al hombre que la esperaba, quien se agachó para tomarla entre sus brazos. Ella se acurrucó, abrazándolo por el cuello y volteando su rostro para mirar a Jimin.
Papá...
El pánico no lo abrazó esta vez, pero sí sintió una dolorosa punzada al comprender finalmente lo que significaba este extraño sueño.
Su padre estaba ahí, sosteniendo a una niña que él reconocía como su hija.
Su padre, un omega que se había suicidado hacía años estaba ahí, junto a su hija que ni siquiera nacía, que apenas se estaba formando en su vientre.
Yoongi levantó su mano y la agitó, despidiéndose de Jimin. Su hija, esa preciosa niña con sus genes y los de Jungkook perfectamente combinados, también se soltó de Yoongi para agitar su mano, todavía sonriéndole.
Jimin los observó, sus ojos ardiendo a causa de las lágrimas retenidas.
Todo está bien... todo está bien...
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With you Ω KM.
Fanfiction"Ningún alfa vale tanto como para clavar sus asquerosos colmillos en tu precioso cuello, para luego exhibirte ante la sociedad como su trofeo. Y ningún omega vale menos por rechazar los cortejos de algún alfa." -Kookmin. -Omegaverse. -Angst / Drama...