((🤍)) S o r a L i x

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— Hola, soy Felix

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— Hola, soy Felix. Es un gusto conocerte, noona — Saludó el pecoso de cabello rubio con una sonrisa. La pelinegra lo miró y sonrió levemente.

— Solo dime Sora, no estoy acostumbrada a que me llamen noona — Su tono de voz era seco, y parecía que estaba molesta, así que el menor no dijo nada y se quedó callado, y la ojiazul lo notó. — ¿Cuántos años tienes, Felix? — Preguntó, tratando de no sonar muy seca, porque había notado la incomodidad del menor.

— Tengo diecinueve, cumpliré veinte en unos meses. ¿Tú cuántos años tienes? — La miró a los ojos y se quedó embobado. Era difícil ver coreanos con los ojos de colores, a no ser que fueran lentes de contacto, o que no fueran coreanos del todo o tuvieran descendencia de otro país.

— Tengo veinte, y en unos meses veintiuno. Y si vas a preguntar por mis ojos, sí, son naturales. Mis padres eran de Estados Unidos, y yo nací aquí. No parezco americana porque los genes de mis abuelos son coreanos, y ganaron más ellos que los de mis padres — Ni siquiera le había preguntado, pero tenía ganas de hacerlo, y ella aún así había aclarado sus dudas. — Los demás también. Los padres de Eunwoo eran alemanes, los de Jaehyun eran rusos, los de Haneul eran mexicanos, los de Wooyoung eran albaneses, los de Sunhee eran españoles, y los de Minyeong eran franceses. Somos de todo un poco, en resumen. Todos nacimos aquí pero teniendo descendencia de otros lados del mundo — Explicó. Felix la miró asombrado.

— ¿Es por eso que Minyeong noona, Jaehyun hyung y Sunhee tienen rasgos que no son coreanos? — La pelinegra asintió.

— No todos los días ves coreanos con ojos azules, grises y verdes — Ambos rieron, y Felix notó que la ojiazul hacia un intento por no sonar muy grosera en su hablar, y es algo que apreció mucho.

— Noona — La pelinegra lo fulminó

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— Noona — La pelinegra lo fulminó. — Lo siento. Sora.

— ¿Qué pasa? — Preguntó mirándolo ahora bien, haciéndolo sonreír.

— ¿Quieres ir por un helado? — Preguntó con una sonrisa tan tierna que Sora no pudo negarse.

— Bien, pero no me sonrías así, me darás un coma diabético — El pecoso rió y asintió, tomándola inconscientemente de la mano para arrastrarla hacia el auto.

🤍┆𝙂𝙊𝘿'𝙎 𝙈𝙀𝙉𝙐¹ ─── 𝘓𝘦𝘦 𝘒𝘯𝘰𝘸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora