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— No sé como tomarme lo de antes. No sé si te caigo bien o te caigo mal, pero que el respeto no se pierda. Soy Minyeong — Estiró su mano hacia el pelinegro, que la miró de reojo y suspiró, aceptándola.
— Minho. Y lo siento por eso, mi novia es muy intensa y actúa sin pensar.
— Y demasiado celosa. ¿Es por eso que me miras mal cuando ella está? — Suspiró nuevamente, pensando que ella no se daría cuenta.
— Sí, otra vez, lo siento — Se disculpó, tratando de darle una pequeña sonrisa para no verse muy grosero, aunque no le gustara para nada tener a alguien persiguiéndolo siempre.
Minyeong lo miró a los ojos, y por un momento olvidó lo que estaban hablando cuando se concentró en sus ojos cafés, que igualmente la veían embobado. Comenzó a observar con detalle el rostro del chico, notando un bonito lunar en el final de su nariz. Era de tez blanca, nariz puntiaguda pero tierna, ojos cafés, cabello negro perfectamente peinado hacia abajo, y labios ni finos ni gruesos, eran sumamente perfectos y rosados, hasta podía decir que se veían muy suaves.
Minho también la observaba sin pudor. Piel pálida, ojos grandes y verdes, de un color tan precioso que era perfecto, pequeñas y casi invisibles pecas en sus mejillas y nariz, que si la mirabas con detalle, podías apreciarlas bien. Nariz perfilada hacia arriba, cabello largo y ondulado de un bonito color entre rojo y naranja, un perfecto pelirrojo. Y finalmente bajó a sus labios, grandes, rosados y bonitos a simple vista.
— Deberías ser ilegal por ser tan malditamente guapo — Su comentario lo sacó de su trance y logró explotar sus mejillas en un tono carmín que le pareció demasiado tierno a la pelirroja, que rió al notar la expresión tímida y nerviosa que había adoptado el contrario, pese a estar serio hace unos segundos.
Ni siquiera lo dejó hablar cuando pasó a su lado y dejó un beso en su mejilla, para irse con una sonrisa victoriosa.
Minho llevó su mano hacia la mejilla en cuestión y sonrió como idiota, para después mirar su reflejo en el vidrio frente a él y sacudir la cabeza con nerviosismo.
Se había preocupado por ese momento, porque ni su novia podría llegar a tener ese efecto en él, y eso lo asustaba.
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