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ㅤㅤㅤ| Sábado, 24 de Octubre del 2020 📆
ㅤㅤㅤ| Seúl, Corea del Sur 🇰🇷
ㅤㅤㅤ| Stray Kids House📍
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Stigma pasó la noche con Stray Kids en la fiesta, y por primera vez en sus vidas se dieron el lujo de emborracharse hasta el fondo, y si no fuera porque tienen el ADN alterado, les hubiera dado un coma etílico por tanto alcohol en su sistema.
Los Kids se hicieron cargo de los chicos y los llevaron a casa, cuidando de ellos hasta que se despertaran por la mañana.
Minyeong fue la primera en despertarse esa mañana de sábado, y su cabeza dolía como el demonio, y para colmo, no recordaba nada de lo que había pasado después de las doce de la madrugada.
Miró el reloj a su izquierda y vio que eran las nueve de la mañana, pero notó que no estaba en su pequeña habitación, sino en una el triple de grande que la del apartamento, y entonces entendió donde estaba al reconocer el lugar.
La habitación de Minho.
Notó que sus cosas no estaban, y por un momento sintió que él realmente no la había perdonado aún, y eso provocó que la resaca se fuera de su cuerpo para dar paso a la tristeza.
Tampoco habían indicios de que él durmió con ella, pero sí notó que tenía una camiseta de él puesta en lugar de su vestido. Sintió su aroma en el aire, y suspiró al llenar sus pulmones del delicioso olor que aquel hermoso y encantador hombre tenía que la volvía completamente loca.
Vio como la puerta se abría suavemente, y por esta entraba el dueño de la habitación con una bandeja de comida. Minyeong sintió su corazón explotar cuando el mayor le sonrió y dejó la bandeja en la mesita de noche, donde estaba el retrato de ellos.
Eso Minyeong lo notó, pero no dijo nada.
— ¿Cómo amaneciste? — Le preguntó suavemente, colocando la bandeja en las piernas de la pelirroja y sentándose a un lado de la cama.
— Bien... No tengo tanta resaca, pero aún así me duele la cabeza — Respondió con una mueca. El castaño le sonrió con pena y de su cajón sacó una pastilla que luego le entregó junto al vaso con agua que estaba en la bandeja, al lado del jugo de fresas y los waffles que le había preparado especialmente a ella.
— Tómala y come, así te sentirás mejor — La chica asintió y se tomó la pastilla, para luego empezar a comer en silencio. Un silencio tranquilo y para nada incómodo, como si todo estuviera bien entre ellos. Como si nada hubiera pasado anoche.
Minho notó la mirada perdida que poseía la ojiverde, y luego entendió que le sucedía al descubrirla viendo la habitación con melancolía.
— Al principio estaba molesto y quité todo lo que fuera tuyo. Pensé en tirarlo, pero a las horas me arrepentí y lo dejé junto a las cosas de Haneul, Eunwoo y Sunhee — Eso último la hizo mirarlo, ya que no sabía que los tres mencionados estaban pasando por lo mismo. — De hecho, la caja que vez allá al lado del armario es la caja donde están tus cosas. La traje cuando regresé del hospital.
