*Charles view*
Son ya las 3 de la mañana, voy por mi sexta copa o eso creo. Durante estas últimas mis sentidos no estaban al 100% pero pude ver como Max se acercaba cada vez más a mi Li. Ese cabrón no se va a salir con la suya.
Vi que se la pegó al cuerpo, su mano apoyada en su espalda baja y con la boca en su oído. Sabía que Li no estaba contenta con eso por sus manos que estaban en el pecho de Max intentando separarlo. Esa es la gota que colmó el vaso.
Suelto mi vaso en la mesa y me dispongo a ponerle los puntos sobre las íes al infeliz de Max.
-Suéltala gilipollas- grito para que se me escuche por encima de la música.
-O si no qué? Me vas a pegar? Te crees un príncipe azul que va a salvar a su princesita eh- Arrastra sus palabras por culpa del efecto del alcohol.
Mi cuerpo temblaba de furia, mis puños no podían estar más apretados, mi mandíbula apretada y en menos de un segundo mi puño ya estaba contra su mandíbula, haciendo que caiga al suelo.
*Lía view*
En cuanto Charles me quitó a Max de encima corrí hacia él acurrucándome en su pecho mientras me arropaba con sus robustos brazos.
Pero esto duró unos segundos cuando Pierre era ahora el que me abrazaba y pude ver como Charles se volvía a abalanzar sobre Max que hacía el intento de levantarse pero sin resultado alguno.
-Tranquila, ve con Pierre, todo va a estar bien- No, nada estaba bien.
-Charles no, déjalo no vale la pena, vámonos- pero este hizo caso omiso.
-CHARLES NO, PARA POR FAVOR- grito desesperada mientras que Pierre me retiene.
-Pierre lo va a matar, haz algo por favor-
Pierre al darse cuenta de que Charles había perdido el control se dispuso a intervenir ganándose algún que otro golpe pero no parecía inmutarse.
Estaba asustada, con miedo a que pasara algo grave y ser yo la culpable. No había visto así a Charles, estaba totalmente irreconocible, su temperamento asustaba con solo mirarlo, como se le marcaban las venas del cuello y de sus manos. Por otro lado estaba Max que estaba casi inconsciente, con la cara llena de sangre y moratones, de verdad creía que no sobreviviría.
Después de este momento de angustia los separaron entre Pierre, Carlos y Daniel, Lando sustituyó a Pierre abrazándome.
-CHARLES CÁLMATE, mira lo que has conseguido- Le dice Pierre refiriéndose a mí mientras estaba sujetando sus brazos por la espalda.
Se refería a mí, llorando esmorecida, con la cara escondida en el cuello de Lando. Levanté la cabeza para mirarlo. Vi como su mirada que estaba fija en mí cambiaba de ira a tristeza, como su pecho dejaba de subir y bajar desenfrenadamente a un ritmo más lento y como su labio sangraba por la herida.
*Charles view*
Cuando la vi asustada, indefensa, preocupada por mí, el corazón me dio un vuelco pero de pronto la sensación de culpa reinó en mi ser.
Ella estaba así por mi culpa, no podía perdonármelo.
Miré a Max apoyado en Carlos y Daniel intentando mantenerse de pie.
Yo tenía un poco de sangre y el labio roto pero él, él estaba mucho peor.
La volví a mirar con una mirada de arrepentimiento y abrí los brazos mientras me acercaba a ella.
-Li, perdóname, solo quiero que estés bien. Lo siento muchísimo- digo una vez que me corresponde el abrazo. Se había convertido en mi lugar seguro.
Me sentía tan bien arropado por sus brazos, su respiración entrecortada contra mi cuello. Me provocó un escalofrío.
Después de un rato logro tranquilizarla. Noto como su pecho deja de subir y su llanto cesa.
Separo su cara para poder mirarla atentamente y limpio las últimas lágrimas de su mejilla.
-Es mejor que vaya a curarte - Me dice mirando mi herida, yo la miro con una sonrisa de tonto. Me da ternura ver como se preocupa por mí. Como cuando viene a darme suerte antes de cada carrera.
-Sí, mejor vámonos- Sin nada más que decir, la abrazo por los hombros y nos dirigirnos al hotel.
Al llegar nos vamos a mi habitación no sin antes preguntar por un botiquín en recepción.
Me encuentro apoyado en el lavabo mientras que ella me cura la herida del labio.
No puedo evitar mirar sus labios, lo carnosos que son y a la tan peligrosa cercanía que estos se encuentran de los míos.
-En qué piensas?- Pregunta ella con media sonrisa sacándome del trance.
-En cómo se sentirían tus labios con los míos- Confieso siendo sincero.
-Creo que has bebido demasiado, es mejor que duermas un poco-
Ella estaba todo lo contrario a mí, yo cantaba desde lejos que había bebido pero ella estaba como una rosa aún habiendo bebido más que yo creo.
-Ahh duele- Me queo cuando vuelve aponer el algodón con aún más alcohol.
-Lo siento pero es lo que hay- Me dice como si fuera una madre.
-Yo creo que hay una mejor manera de curarme-
-Cómo? - pregunta ella toda curiosa e inocente.
-Así- Digo para justo después juntar mis labios con los suyos, dejándole sin palabra alguna.
Ella tarda en reaccionar pero en cuanto lo hace me llevó al cielo.
Nuestros labios encajan a la perfección como nunca antes había experimentado, era perfecto.
Mis manos viajaron a su cintura pegándola más a mi y sus manos en mi nuca jugueteando con mi pelo.
Dios, si esto es el cielo no quiero volver a bajar nunca.
Después de algunos minutos nos tuvimos que separa por falta de aire, pero ella junta su frente con la mía sin apartar sus manos que ahora arropaban mis mejillas.
Noté sus manos frías así que intenté darle calor con las mías provocando que ella sonría.
Ay esa sonrisa que me tiene la noche en vela y en el día ocupa mi mente todo el tiempo.
-Creo que ya está mejor, no me duele- Soy yo el primero en hablar.
-Yo también lo creo- dice soltando una leve risa que a la vez provoca la mía.
Cuando me terminó de curar y limpiar la sangre la noté cansada así que le di una camiseta mía y se acostó en mi cama.
Yo iba a coger una de las almohadas para dormir en el sofá pero soy interrumpido por una voz adormilada.
-Charlie, no te vayas quédate conmigo- Mi corazón se aceleró al escuchar como me había llamado.
-Segura?-
-Sí, ven duerme conmigo- No sé si era producto del alcohol pero yo me metí en la cama ante su propuesta y en cuanto entré ella se apoya en mi pecho acurrucándose mientras yo la abrazo.
-Gracias- dice tomándome de sorpresa.
-Gracias por qué?-
-Por estar siempre conmigo y salvarme como si fuera una princesa en apuros- Me dice antes de caer en los brazos de Morfeo.
-Siempre voy a estar para ti, buenas noches princesa, te quiero- dije aunque ella ya no me escuchara ya que estaba plácidamente dormida.
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Tu fan #1
FanfictionLía, una chica normal y corriente de 24 años que cumple sus sueños donde más deseaba, en La Fórmula 1.