06. 💙 El odio por la fruta es hereditario 💙

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— Un poquito más, cariño — le acerco el tenedor con la fruta a Vi, la cual aparta su cara para que no le entre en la boca.

— Ño, quero bollito de tocolate — cruza sus bracitos negada, yo suspiro.

— Vi, por favor.

— Ñooo — frunce el ceño — Ño guta futa.

Todas las noches lo mismo, esto es culpa de sus abuelos y sus tíos que no la insisten con la comida. Luego somos sus padres los malos y por eso nunca quiere comer con nosotros. ¿Tenéis idea de lo que me cuesta insistirla con la fruta cuando yo tampoco como nada? Qué duro es ser madre a veces, yo la daría todo el tiempo chocolate y comida basura, pero está claro que tiene que crecer comiendo de todo. Seguro que por eso yo soy tan bajita, no comí cosas saludables de pequeña y me quedé así de por vida.

— Amor — miro a Jack recogiendo la cocina — No puedo con ella, no quiere fruta. ¿Qué hago?

— ¿Recuerdas lo que hacía yo contigo de pequeña?

— Hacías de todo conmigo, especifica.

— Lo que hacía para que comieses fruta, mofletitos — me guiña un ojo — Acuérdate bien.

— Oh, cierto — sonrío cuando me viene a la mente la estrategia que usaba Jack conmigo.

Me levanto de la silla y voy a sacar los bollitos que le gustan a Vi del armario. Cojo unos trozos pequeños de manzana, abro por la mitad el bollo y se los meto dentro, asegurándome por supuesto de que no se vean. Espero que funcione, porque esta niña con la comida me supera. ¿Así era yo? Pues tengo que darles un pin a mis padres por no haberme tirado por las escaleras.

— Tu bollito de chocolate, pequeña — se le dejo en el plato, ella le observa en silencio — ¿Qué le pasa?

— Tumo con bollito, mami.

— Ah, vale — río y le echo zumo de naranja en un vaso, al menos así sí que come algo de vitamina C — Toma y come despacio.

— Grachias mami — observo disimuladamente cómo come el dulce sin poner ninguna pega, sin duda es del tipo de persona que come por la vista y no por el sabor.

— Bien hecho — me susurra Jack pasando los brazos por mi cintura y besando con suavidad mi cuello — Tenemos mucha suerte, todo lo que nos servía contigo de pequeña, también sirve con ella.

— Sí, y podemos corregir todos los errores que tuvisteis conmigo.

— Contigo no tuvimos errores, saliste increíblemente buena y adorable — muerde mi moflete, me sale una sonrisa ante eso.

— Papis, ¿puedo ve LadyBug en tele?

— Claro mi vida, pero come encima de la mesa del salón — le responde Jack sin dejar de darme besitos por toda la cara.

— Ti papi.

Ella sale de la cocina y Jack me estampa contra la puerta para que quede cerrada tras de mí. Me besa de forma dulce y tranquila, mis manos suben hasta que rodean su cuello y acarician parte de su pelo. Sé lo que quiere. Quiere pasarse toda la tarde dándonos besos, mimos y demás, escuchando a Vi hablar sin parar mientras teoriza sobre cualquier dibujo que vea en la tele y sin que nadie nos interrumpa el poco tiempo que podemos tener en familia.

— Jack, espera — noto mi voz un poco ahogada ya, y hablo mientras él se sienta en una de las sillas, tirando de mí para que me siente a horcajadas sobre su regazo.

— ¿Qué? ¿No quieres? — cuestiona acariciando toda mi espalda y dejando todo su aliento por mi cuello.

— No... O sea, sí... Pero... — él levanta la cabeza para mirarme.

💙 NUESTRO TESORO 💙 #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora