27. 💙 Un misterio, una hostia, un secreto 💙

340 40 10
                                    

- ¿Me puedes explicar qué narices haces aquí cuando no estás invitada? – cuestiona Aron en tono serio mientras me arrastra hacia uno de los baños sujetando mi pobre bracito.

- ¿Tú cómo sabes que no estoy invitada?

- Porque la persona con la que estaba hablando es la que ha organizado la fiesta, y no creo que conozca a mi enana compañera de trabajo.

- Prefiero que me llames florecilla, fíjate – ruedo los ojos por ese adjetivo tan despectivo hacia mi altura – Los guardias de la puerta me dejaron entrar, quería pedir hielo, yo estoy de fiesta en la casa de al lado.

- ¡Eh, abre! – Víctor golpea con sus puños la puerta trancada del baño - ¡Princesita!

- ¡Estoy bien Víctor, ve a por hielo!

- ¡No voy a dejarte!

- ¡Que estoy bien, joder! ¡Déjame hablar un momento con él, espérame en la planta de abajo!

- ¡Te doy 10 minutos! ¡Cómo no hayas salido, tiro la puerta abajo!

- ¿Este quién se cree? ¿El increíble Hulk? – pregunta Aron con burla – Si no puede ni con un balón de 5 kilos.

- Oye que es mi mejor amigo... Por muy verdadero que sea eso – él ríe, yo gruño - ¿Quién es la chica de la que hablabas con el otro tío?

- ¿A ti qué te importa?

- Me importa si es parte de nuestra consulta de psicología.

- No lo es.

- ¿Seguro? – achino los ojos, deduciendo que no está diciendo toda la verdad.

- Segurísimo, no te metas en cosas que no son de tu incumbencia.

- Eres un maleducado, solo digo que lo que he escuchado es muy fuerte.

- Lo que has escuchado sin permiso, entrometida.

- Repito que yo solo vine a por hielo, no estaba en mis planes esconderme bajo la cama para escuchar una siniestra conversación sobre muertes y asesinos.

- Escucha, ni se te ocurra decirle lo que has oído a nadie – levanta el dedo en señal de amenaza – Lo digo muy en serio.

- ¿Me estás amenazando?

- Sí.

- Ah, genial – me cruzo los brazos, desafiante. No voy a permitir que crea que me intimida - Y si se lo digo a la policía, ¿pasaría algo?

- ¡Que no vas a decirle a nadie!

- ¡No me grites, que no estoy sorda! ¡Y diré lo que me dé la gana!

- ¿Qué te ha dado ahora con tocarme los cojones?

- Tal vez sea el karma, por la cantidad de veces que me has tocado los ovarios tú a mí.

- Oh – sonríe de una forma más vacilona – Ya sé, estarás de mal humor por no haber podido echar un polvo en todos estos días.

- Eres un cerdo, no te voy a seguir el juego en eso.

- A mí también me está costando aguantar, tengo unas ganas de callarle la boca a alguien metiéndole algo duro – se acerca un paso más a mí hasta que mi cadera choca con el lavamanos – A ti, por ejemplo, que tienes la lengua muy larga y no callas.

Peligro.

- Hazlo y acabas con la cara irreconocible de las hostias que te darían mis amigos, mi hermano y mi marido.

- Yo no veo a ninguno de esos por aquí – pongo la mano en su pecho para que no se acerque más y busco la forma de apartarle para poder acceder a la puerta de salida – Solo te veo a ti y a esas tetas que se te están por salir del vestido.

💙 NUESTRO TESORO 💙 #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora