09. 💙 El poder de las miradas 💙

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— ¡Que dejes de seguirme, pesado! — vocifero a las 4 de la madrugada por la solitaria calle que conduce a mi casa — Esto se puede considerar acoso.

— Acoso una mierda, yo no quiero nada contigo, solo quiero que me limpies la chaqueta.

— Pues vete a una tintorería. ¿A mí qué me cuentas?

— Me la has manchado tú, hazte cargo de tus actos torpes.

— Has sido tú el que me ha empujado, yo también tengo la blusa echa mierda y no me quejo.

— Porque esa blusa es de las rebajas de hace mil años, no merece la pena salvarla.

— Esta blusa es de nueva temporada y le tengo mucho cariño porque me la regaló mi hermano — para una cosa buena que me regala, tengo que reconocérselo.

— Cuánto siento esa historia que me importa una mierda.

Se cruza de brazos cuando me paro delante de mi portal y busco las llaves en mi bolso. La pobre Emma se ha ido a su casa cuando veía que nuestra discusión iba para largo y es que se ha puesto de lo más insistente en que le limpie su puta chaqueta en mi casa.

— Ni te creas que te voy a meter en mi casa, están mi marido y mi hija durmiendo.

— No me interesa conocerles, puedes limpiar mi chaqueta en la cocina.

— Que no sé limpiar estas cosas, soy muy torpe.

— No me había dado cuenta, fíjate — ironiza — Entonces déjame algún quitamanchas y lo hago en tu cocina.

— ¡Hazlo en tu casa!

— No pienso gastar productos a lo tonto, sobre todo cuando esto no ha sido culpa mía.

— ¡Sí que lo ha sido! — se cubre la oreja por mi grito.

— Eres más molesta que la bocina de una ambulancia.

— Bueno mira, sube para arriba porque estoy cansada y quiero que me dejes en paz — abro el portal y subo las escaleras delante de él para que me siga — Limpias la maldita mancha y te vas a tu casa, que quiero dormir.

— Te ha costado entenderlo.

Aprieto mis labios para no responderle de vuelta, además que gritar en el pasillo de mi edificio no es buena idea. Los vecinos son gente mayor y sus sonotones están pendientes de lo que hablan el resto de las personas... Ya os podéis imaginar todo lo que escuchan cuando Jack y yo follamos.

— Bienvenido a mi casa — susurro abriendo la puerta con cuidado.

— Vale — este entra con total normalidad — ¿Había que traerte aquí para que no gritaras? Recuérdamelo en la próxima reunión de personal de la oficina.

— A la cocina, ya — le empujo hasta ese lugar, cerrando la puerta tras nosotros cuando me aseguro que estamos los dos dentro — Quítate la chaqueta.

— ¿Así en frío? — le miro cuando noto que va a empezar a burlarse — Primero dame unos besitos o algo.

— Aron o te tomas esto en serio o te saco de mi casa por la ventana.

— Habrá que usar protección también, puede que nos sirva un guante de látex para fregar — volteo los ojos sacando lo que creo que es un quitamanchas del armario para limpiar — O mejor a pelo, prefiero correrme en...

— Que te calles ya y no digas guarradas — leo los botes para limpiar — Uno de estos servirá para quitar eso. ¿Me puedes dar tu chaqueta de una maldita vez?

— Toma, pero que no se te vayan los ojos — se la quita y me la tiende.

— Lo intentaré con todas mis fuerzas.

💙 NUESTRO TESORO 💙 #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora