El cabecero de la cama rebota sin parar, dando golpes huecos contra la pared. Espero que no esté nadie durmiendo en la habitación de al lado. No tanto por los golpes, sino por los gritos agudos que salen por mi garganta sin parar mientras recibo una y otra vez embestidas fuertes y rudas de Jack. Es la tercera follada que llevamos casi seguida, mis extremidades ya se sienten como gelatina y mis muñecas empieza a sentir algo de dolor, puesto que tengo mis manos contra el cabecero que sigue produciendo ruido.
Las manos se Jack sujetan con mucha fuerza mis caderas, dando nalgadas cada cierto tiempo. Me he dado cuenta que solo me las da cuando bajo el volumen de mis gemidos, así que es bueno saberlo para la próxima vez. Sus dientes muerden y lamen mi espalda cuando se inclina más encima de mí, nuestras piernas chocan por la cercanía de nuestros cuerpos y el ambiente está cargado de calor.
- Te tendría tanto en cuatro, que tus rodillas quedarían sangrando – me susurra este, haciendo que mi nivel de temperatura llegue a un extremo demasiado asfixiante y delicioso – Córrete conmigo gatita, me estás apretando muchísimo la polla y quiero hacerlo al mismo tiempo.
- Mmm... ¡Ahhh! – no puedo hablar, el placer que siento en mi interior me impide pronunciar palabra alguna, pero los sonidos que emito le bastan para saber que ya me estoy empezando a correr y que él también puede hacerlo junto a mí.
- Diosss... ¡Así! – gime en mi oído y me da varios golpes en las tetas antes de que estas queden aplastadas contra la almohada. Me tumbo boca abajo en la cama, completamente extasiada y con la respiración a mil por hora. Jack se pone a mi lado agitado y me sujeta el pelo para darme un beso en los labios – Bombón.
- Puede que sí lo sea, de tanto comer chocolate igual tengo sabor a él – río estirando los brazos, mi cuerpo muy relajado con las sábanas entrelazadas entre mis piernas.
- Sabes mejor que el chocolate, te lo aseguro – pasa uno de sus dedos por mi coño mojado y, a continuación, se le lame – Muchísimo mejor.
- A ver – agarro su mano y lamo la yema de su dedo para notar mi sabor en él – Sip, no está mal.
- Golosa – Jack me besa metiendo su lengua para que esta juegue con la mía y baja de nuevo su mano hacia mi coño para frotarla contra él. Rompo el beso suspirando y detengo esos movimientos - ¿Por qué me paras?
- Jack cariño, déjame descansar un poco.
- Pero quiero follarte más – imita mis mejores pucheros, cada vez le salen mejor – Tenemos toda la noche sin nada que hacer ni que preocuparnos por Vi, hay que aprovecharla.
- Estoy de acuerdo, solo te estoy pidiendo unos 15 minutos – sonrío – Por lo menos para que mi corazón vuelva a la normalidad y se me pase el dolor de muñecas.
- ¿Te duelen?
- Y sí, he estado un buen rato con las manos contra el cabecero – las froto y muevo ligeramente para que dejen de estar tan tensas – No es grave.
- Lo siento mofletitos, deberías haberme dicho y cambiábamos de postura.
- Ya, bueno... - bajo la mirada.
- ¿Por qué no me dijiste?
- Pues porque me gusta mucho esa postura – él ríe por mi timidez ante esas palabras y me da besitos en los mofletes.
- ¿Pregunto si hay vendas por la casa?
- ¿A quién? – miro la hora, 4:23 de la madrugada – Si estarán todos roncando, de hecho, creo que escucho a mi hermano desde aquí.
- No creo que todos lo estén, con tus gritos no es fácil dormir, mi amor.
- Puede que la habitación esté insonorizada, no me parecería nada raro viniendo de Sam.
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💙 NUESTRO TESORO 💙 #4
RomanceLila ama a Jack. Jack ama a Lila. Ambos aman a lo que es el fruto de su amor, su tesoro más preciado. Sin embargo, la paternidad, la convivencia, el trabajo, las amistades y la vida adulta no son fáciles. Más problemas, más celos, más romance, más d...