CAPÍTULO 58

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Llegué a la sala y Matt estaba acomodando la comida, lo ayudé y nos sentamos en los sillones a comer, la comida estaba deliciosa, no me gusta mucho la comida china, pero es un antojo ¿Qué puedo hacer?

—Ahora que sabemos el sexo de las bebés debemos escoger otro nombre, ya tenemos Maisie y falta uno con L. — dijo Matt.

—Debe sonar parecido, veamos — Tomé mi celular y busqué nombres — Lainie

—No me gusta.

—A mí tampoco. — seguí buscando unos cuantos más hasta que encontré — es perfecto y combina con Maisie.

—¿Cuál cariño?

—Lexie.

 —Maisie y Lexie, me gustan, son perfectos para las princesitas.

—¿Y a ustedes les gustan pequeñas? — dije a mi barriga con una sonrisa.

—Les encantan.

—Debemos acomodar el cuarto de las bebés también, buscar muebles y todo lo necesario para su llegada.

—Sí, ¿pero no es muy pronto? Apenas tengo cuatro meses de embarazo.

—Es mejor estar preparados, los embarazos de gemelos es raro que nazcan en la semana cuarenta, casi siempre nacen antes.

—Vaya señor, has estado trabajando. — se rió y seguimos comiendo, cuando terminamos, limpiamos todo y lo llevamos a la cocina, Matt me dio mis galletas de la suerte, entonces tomé la primera y la abrí, miré el mensaje:

Te amo ojitos bonitos.

Miré a Matt y me sonrió, le sonreí y tomé la siguiente galleta.

Me haces el hombre más feliz del mundo.

Me emocioné y tomé la tercera, la partí para ver el siguiente mensaje.

Eres la mamá más hermosa que hay en esta tierra.

Dejé las galletas de lado y me lancé a sus brazos, él se rió y me abrazó, planté muchos besos en sus labios.

—¿Cómo le hiciste?

—Yo no hice nada, la fortuna lo supo.

—Matthew…

—Un mago no revela sus secretos. — me reí.

—Fue muy lindo mi amor, gracias

—De nada mi cielo.

Tomé mis galletas y comencé a comerlas, le di a Matt pero no quiso.

—Ya casi comenzaremos a trabajar. — le dije suspirando

—¿Qué pasa cielo? No escucho la misma emoción que al principio.

—Es que no vamos a poder pasar el día juntos como lo hemos hecho.

—Tranquila preciosa, estaremos en la empresa juntos, podemos vernos cuando quieras. — recargué mi cabeza en su pecho y él besó mi frente, comenzó a acariciar mi barriga suavemente.

—Está bien.

—¿Cuál será la habitación de las pequeñas? — lo miré.

—Tiene que ser una que esté cerca de la nuestra.

—La que está enfrente.

—Me parece perfecta.

—Debemos comprar todos los muebles y comprarles ropita y comenzar a preparar todo. — asentí con los ojos cerrados, me estaba dando sueño y estar abrazada a Matt me daba tranquilidad.

UN PEQUEÑO INCIDENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora