CAPÍTULO 22

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Besó mi frente y nos quedamos en silencio abrazados, era una tarde tan preciosa, la mejor tarde de mi vida sin duda alguna, acababa de entregarme en cuerpo y alma al amor de mi vida, a Matthew Harrison.

—¿Qué quieres comer? Ya es tarde.

—No lo sé, no tengo mucha hambre.

—Debemos comer algo mi amor — acarició mi mejilla con el dorso de su mano — debes reponer fuerzas.

—Puedes escoger lo que tú quieras cariño.

—¿Estás segura?

—Sí.

—¿Qué te parece comida griega?

—Me agrada la idea.

—Muy bien, entonces ya vuelvo. — besó mis labios y se puso de pie, se puso su ropa interior y salió de la habitación, mierda, mi novio es sexy, muy sexy me atrevería a decir. Me senté en la cama recargando mi espalda contra el respaldo de esta y me cubrí con la cobija hasta los senos, unos segundos después volvió Matt a la habitación, me miró y sonrió, se subió a la cama y me besó suavemente, tomé su rostro entre mis manos e intensifiqué el beso, dejé que la sábana cayera dejando ver mi cuerpo desnudo, pero Matt nos detuvo antes de seguir.

—¿Qué pasa? — pregunté.

—No quiero lastimarte más mi cielo, es tu primera vez y debemos tomarlo con calma, ya tendremos más tiempo. — le sonreí ¿a caso podía ser más lindo? Deposité un beso en sus labios y nos abrazamos.

—¿De qué hablaste con mi papá?

—Sobre su viaje, me pidió que te cuidara. — Vaya, mi papá confía en mi novio.

—Eso es una verdadera sorpresa.

—Yo también me sorprendí.

—Pero no vas a poder cuidarme si estás lejos de mí. — le di una mirada pícara.

—¿Qué propones?

—Casa sola por una semana, Ellie va a tener que pasar noches sola con frío, sin nadie que la abracé. — Matt sonrió.

—Eres muy traviesa Ellie Hoult.

—No creerás que esto ocurrirá una sola vez ¿o sí? — reímos.

—¿Y si tú papá tiene cámaras?

—Se tenía que enterar, aunque mamá jamás lo dejaría poner cámaras, si lo hace, se pelean y a papá no le gusta hacer enojar a mamá, no le gusta cuando está enojada.

—A ti no te he visto enojada.

—Ni yo a ti.

—El día que te vi llorar, me di cuenta que me parte el alma verte sufrir. — le sonreí y besé su mejilla.

—Eres tan lindo cariño.

—Tú eres linda.

—Y tú eres sexy.

—Pero mira quien lo dice, la mismísima diosa Afrodita. — reí.

—¿Qué podría decir de ti cariño? No creo que ningún dios griego te haga justicia.

—Vas a elevarme el ego mi cielo. — nos reímos.

Justamente sonó el timbre y Matt se puso de pie, besó mis labios y salió de la habitación, me levanté y me puse una camisa de Matt, me acerque a la cajonera de donde sacó el condón, lo lamento mamá y papá, pero acaban de perder a su princesa con esta nueva droga que probó, puse el condón en la bolsa de la camisa, salí de la habitación y me encontré a Matt en el camino a la habitación.

UN PEQUEÑO INCIDENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora