UN PEQUEÑO INCIDENTE

CAPÍTULO 43

—Buenas noches cariño.

—Buenas noches mamá.

Le di un abrazo, comencé a caminar y mamá no me quitaba los ojos de encima, fui a mi habitación y me acosté, apenas estuve en la cama me quedé dormida. Eran las seis de la mañana.

—Tía.

—¿Qué pasa cariño?

—¿Puedo llamar a mi papito?

—Sí cariño. — le desbloqueé mi celular y llamó a su papá y seguí dormida. Más tarde mi celular comenzó a sonar, tenía mucho asco y quería seguir durmiendo.

—Tía, te están llamando.

—Contesta por favor.

—Sí, tía.

POV Matthew.

Había extrañado tanto a Ellie y a nuestros hijos, se me hizo la noche eterna, ya era tarde, quizás Ellie ya había despertado, tomé mi celular y la llamé, sonó tres veces y contestaron, pero no era mi novia.

—Hola. — dijo la voz de una niña pequeña.

—Hola ¿Quién habla?

—¿Quién es usted?

—Soy Matthew.

—¡El tío Matthew, el tío Matthew! — me imaginaba que era la sobrina de Ellie.

—Eres Emily ¿cierto?

—Sí, soy Emily.

—Es un gusto conocerte Emily.

—El gusto es mío tío Matthew ¿Quieres hablar con la tía Ellie?

—Si es posible, por favor.

—Aún está un poco dormida. Ah no, ya no, ya se despertó. — reí — te la paso tío Matthew, adiós.

—Adiós Emily.

—Buenos días mi amor. — contestó Ellie.

—Buenos días preciosa ¿Cómo amaneciste?

—Con un poco de asco, pero estoy bien.

—¿Y nuestros bebés?

—Están bien, extrañaron mucho a su papá.

—Yo también los extrañé mucho, como no se lo imaginan. — Se rió suavemente. — ¿Quieres que pase por ti mi amor?

—No cariño, me iré con mis papás, es mejor que nos veamos allá.

—Muy bien, pero no vas a evitar que después de la reunión te robe por el resto del día ¿o sí?

—Lo que tú quieras cariño — sonreí — no quiero levantarme.

—Si no quieres levantarte sigue dormida cariño.

—No, no, debemos hacerlo.

POV Ellie.

Emily se había salido de la habitación, yo seguía en la cama acostada con mucho asco, acaricié circularmente mi barriga, iba a hablar cuando las náuseas me golpearon y corrí al baño, comencé a vomitar hasta vaciar mi estómago, me quedé sentada en el suelo, me limpié la boca y puse mi teléfono en mi oído.

—¿Estás bien cielo? — preguntó Matt preocupado.

—Sí, sí, ya me siento mejor.

—Cariño, debemos hablar esto rápido, no me gusta que estemos lejos y no pueda estar al pendiente de ti cuando te sientas mal.