CAPÍTULO 46

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—Amor, no, eso no, cuando no te sientes bien tienes que decírmelo, no importa si estoy dormido, es por tu bien y el de nuestros hijos, ya viste lo que pasó hace unos días, ya te habías sentido mal y no me dijiste nada.

—Lo siento.

—¿Qué tienes?

—Cólicos.

—¿Son muy intensos?

—No, pero son un poco molestos.

—Vamos a la habitación, allá estarás más cómoda.

Asentí y me cargó a la habitación, me acostó en la cama suavemente.

—Voy a prepararte un té mi cielo.

—Gracias

Besó mis labios y salió de la habitación, volvió unos minutos después y entró con una taza en la mano, me senté y recargué mi espalda al respaldo de la cama, Matt se sentó en la cama y me dio mi té.

—Gracias mi amor.

—De nada mi cielo, tómatelo, te va a caer bien.

Asentí y bebí un poco, estaba delicioso, le sonreí a Matt y él acarició mi mejilla, estaba cansado, se le notaba en las bolsas debajo de sus ojos.

—Ya descansa cariño, estás cansado y es tarde. — le dije.

—No mi amor, me voy a quedar contigo hasta asegurarme de que estás bien, te voy a cuidar a ti y a nuestros pequeños. — acarició mi barriga y le sonreí, bebí mi té y llevo la taza a la cocina, volvió y se acostó a mi lado, me abrazó y besó mi mejilla, le sonreí y escondió su cabeza en mi cuello, su mano estaba acariciando mi barriga, le sonreí. — Duerme mi amor, yo te cuidaré.

—Tú también debes dormir mi amor, no soy la única que debe cuidarse, no debes descuidarte por cuidarme a mí, nuestros bebés nos necesitan a los dos.

—¿Y si te sientes mal o necesitas algo?

—Te prometo que te despierto.

—Pero lo harás.

—Lo haré, tranquilo.

—Los amo.

—Y nosotros te amamos a ti.

Nos cubrimos con la cobija y lentamente nos fuimos quedando dormidos, sentí varios besos en la barriga, abrí los ojos lentamente y me encontré con Matt besándola y acariciándola suavemente.

—Buenos días mi amor. — le dije con una sonrisa.

—Buenos días preciosa ¿Cómo te sientes?

—Mucho mejor cariño.

—Que bueno mi cielo.

—Es que tengo un enfermero muy bueno.

—¿Sí? — se acercó a besar mis labios.

—Sí, hoy tenemos la comida con mis papás.

—Lo sé ¿Estás segura que quieres hacerlo hoy?

—Tenemos que hacerlo antes de que estos pequeños se noten más. — acaricié mi barriga.

—Entonces hoy será. — asentí.

—¿Crees qué los acepten?

—Claro que los aceptarán cariño, nuestros pequeños van a ser muy consentidos por todos. — se acercó y me abrazó, acosté mi cabeza en su pecho, tenía mucho miedo, no sabía como reaccionarían mis papás, las hormonas estaban un poco alborotadas y tenía muchas ganas de llorar, mis ojos se inundaron de lágrimas. — ¿Qué pasa mi amor?

UN PEQUEÑO INCIDENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora