CAPÍTULO 72

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Dormir y dormir, eso es lo único en lo que puedo pensar, miré a mi lado y Matt se estaba levantando.

—¿Qué hora es?

—Las ocho mi cielo, sigue descansando.

—Te tomaré la palabra porque estoy muerta de cansancio.

Me sonrió y me cubrió con la cobija, nos besamos suavemente y cerré los ojos y hubiera seguido durmiendo, si no fuera porque las pequeñas comenzaron a moverse, me dieron muchas pataditas, dolían parecía como si jugarán fútbol entre ellas, eso es clásico de los Hoult, me dolía la espalda y tenía la barriga pesada y no paraban de moverse.

—Ah. — me quejé por una patadita, entonces entró mi novio corriendo a la habitación.

—¿Estás bien mi amor?

—Sí, tranquilo, son las pequeñas que no paran de moverse y patear mucho. — sonrió y se acercó a mí barriga.

—Buenos días pequeñitas, hoy amanecieron con mucha energía mis amores, no sean tan duras con mami, a ella le duelen mucho sus pataditas — acarició suavemente mi barriga y depositó varios besos en ella, las pequeñas lentamente se fueron quedando quietas, como si las palabras de Matt las tranquilizaran y arrullaran.

—Definitivamente, cuando nazcan, tu te encargarás de dormirlas. — reímos.

—Tranquila mi cielo, yo te ayudaré ¿dormirás un poco más.

—Sí, pero quiero irme a la oficina contigo.

—Dormirás en el sillón — asentí — ¿no es más cómoda la cama.

—Sí, pero aquí estaré sola y allá no.

—Tú ganas. — le sonreí y lo besé suavemente, tomé mi almohada y mi cobija, fuimos a la oficina y me acomodé en el sillón, miré a Matt trabajando y le sonreí, me sentía tan tranquila teniéndolo aquí acompañándome, que lentamente me quedé dormida.

POV Matthew.


Mi ojitos bonitos se ve tan tranquila mientras duerme, tomé la mejor decisión de mi vida al trabajar desde aquí en cada, me estaba perdiendo de los momentos más lindos del embarazo y de nuestra relación. Más tarde fui a la cocina y le preparé yogurt con fruta, granola y miel, fui a la oficina y me senté en el sillón a su lado, acaricié su mejilla suavemente y se removió un poco, sonrió y se estiró, abrió sus ojos lentamente.

—Hola preciosa.

—Hola.

—Es tarde y no has desayunado nada. — le extendí el desayuno y sonrió.

—Gracias mi amor, te amo.

—Yo te amo más preciosa.

—¿Ya desayunaste?

—Hace horas.

—Ups, dormí mucho.

—No pasa nada cielo, tienes que descansar mucho para estar bien.

—¿Tienes mucho trabajo?

—Un poco cariño.

—¿Necesitas ayuda?

—Tranquila mi cielo, yo me encargo, no quiero que te estreses.

—Pero quiero ayudarte.

—Primero desayuna y después vemos.

—Está bien.

Comenzó a desayunar mientras yo seguía trabajando, debo terminar de leer y firmar todos los contratos, Ellie ni ruido hacia, me observaba en silencio, pero puedo imaginar que lo que piensa  no es algo totalmente inocente por la forma en que juega con su cabello y sonríe.

—Jamás había tenido tantas ganas de ser un contrato. — reí.

—¿Por qué dices eso?

—Por cómo lo miras y pasas tus dedos por cada línea suavemente.

—Pequeña, te voy a preparar una tina con hielos urgente. — se rió.

—No puedes culparme, son las hormonas, a parte de estar como vaca, a todas horas estoy caliente.

—No estás como vaca mi cielo, te ves preciosa con tu barriguita, estás cargando a nuestras bebitas y eso te hace ver sexy. — sonrió y se puso de pie, se acercó a mí y recorrí mi silla, se sentó en mi regazo y la abracé, besé su mejilla y acaricié su barriga.

—Nada me queda por tu culpa.

—¿Mia?

—Tuya, a mí no es a la que se le escapan los espermatozoides. — reí.

—Las bebés te van a escuchar.

—Tendrán que aprender sobre la reproducción sexual Matthew.

—Pero no aún, no quiero que conozcan eso hasta que sean cuarentonas.

—Yo tengo 21 años y no te molesto para nada que supiera el proceso.

—Tú eres diferente mi amor, tu eres mi pareja y ellas son nuestras hijas.

—Papá decía que no iba a tener novio y mírame, vivo con él y estoy embarazada.

—Nadie te gana ¿cierto?

—Mis hermanos y papá aprendieron a perder , tú también puedes hacerlo. — sonrió y reímos, la besé suavemente.

—Me acostumbraré, pero con una condición.

—¿Cuál?

—Premio de consolación.

—¿Cuál quieres que sea tu premio de consolación?

—Un beso.

—Hasta dos cariño, todos los que quieras.

—Perfecto. — sonreí y rodeó mi cuello con sus brazos, recargó su cabeza en mi hombro.

—¿Quieres almorzar algo?

—No gracias.

—Amorcito lindo.

—¿Qué pasa señorita ojitos bonitos?

—¿Y si comemos hamburguesas con papas hoy?

—Si es lo que quieres, comeremos eso.

—¿Con mucha ketchup?

—Sí.

—¿Y con soda?

—También.

—¿Y si hacemos un picnic?

—¿Quieres ir al parque?

—No, aquí en casa.

—Podemos hacer lo que quieras cielito.

—Muy bien, yo me encargo, prepararé todo. — besó mis labios y se puso de pie, entonces vi mi oportunidad y le di una nalgada, se giró a mí y cruzó sus manos en su pecho, haciendo que sus tetas se notaran.

—Lo lamento.

—No lo creo, si lo lamentaras tanto, no lo hubieras hecho.

—Ya no lo haré. — le hice ojitos y se rió, me dio un beso y salió de la habitación.

POV Ellie.


Tendí una sábana en el suelo y tiré varios almohadones alrededor, me ajetree un poco y me cansé, me senté en el sillón y cuando recuperé el aliento, fui a la habitación, entré al baño y me duché, me pose un conjunto de ropa interior, me puse un pants y una camisa de tirantes, me llegaba a media barriga, no me quedaba nada, probé varias y al final me quité el pants y solo me puse una camisa de Matt, me dolían las tetas horrible, abrí la camisa y me quité el sostén, estaba mojado, mis pezones estaban tirando leche, dolían mucho, me sentí en la cama y comencé a llorar, unos segundos después entró Matt a la habitación y me miró preocupado.

—Mi cielo ¿Qué te pasa?

—Es…que… — sollocé, no podía hablar porque estaba llorando sin control.

—Mi amor, dime, me estás preocupando.

—Es que…

—Respira mi amor. — respiré hondo y trate de calmarme.

—Me…me…duelen…las tetas y — sorbí mi nariz — se me esta saliendo la…leche y…me duelen…mucho.

Se sentó a mi lado y me abrazó con cuidado para no lastimarme.

—¿Qué quieres que haga por ti mi cielo? ¿Quieres compresas calientes?

—¿Crees…que…funcione?

—Hace poco leí sobre eso, podemos tratar. — asentí. — Acuéstate mi amor, ahora vengo. — depositó un beso en mis labios, me quité la camisa y el sostén, me acosté y unos minutos después volvió Matt con un caso pequeño de agua caliente y toallas pequeñas, las humedeció y exprimir un poco, se acercó y las puso en mis tetas, yo seguía sorbiendo mi nariz, se sentó a mi lado y acarició mi mejilla suavemente, besó mi frente y comenzó a masajear suavemente mis pezones. — ¿Te duelen?

—Sí.

—¿Me detengo?

—Sí, por favor.

Estuvimos un rato así, hasta que después de media hora, el dolor por fin minoro, Matt besó y acarició mi mejilla.

—¿Te sientes mejor?

—Sí mi amor, gracias.

—De nada mi cielo. — me senté y lo besé suavemente, me sonrió y sus manos acariciaron mi barriga.

—Mis tetas comienzan a pesar como mi barriga.

—Yo puedo ayudar a vaciarlas si están muy llenas. — movió las cejas y reí.

—Eres un pervertido.

—¿A caso no te gusta que sea pervertido?

—Me gusta que seas pervertido. — me besó suavemente y reímos.

—Entonces tendrás que soportar mis nalgadas.

—Si le agregas unas esposas y un traje de policía sexy, podemos negociar las nalgadas. — me miró riéndose.

—Esas hormonas están un poco alborotadas

—Si no quieres, no te preocupes, me toco yo sola.

—Solo si lo haces frente a mí, para después cogerte. — gemí.

—Duro contra el muro o ¿violento contra el asiento?

—Creo que te daré tu sacudida antes de volver a la oficina. — sonrió, hicimos el amor y después comimos en nuestro picnic para pasar el día juntos.

Amé este capítulo, amo la relación de estos dos, comenzó tan dulce y tierna y ahora que están juntos no pueden quedarse tranquilos, amo al Matt  el pervertido, aunque todos sabemos quién es la pervertida aquí. Besitos a tod@s, espero que lo disfruten.

UN PEQUEÑO INCIDENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora