CAPÍTULO 70

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Cinco meses de embarazo, estoy cada vez más gorda, se me antoja todo, no tengo náuseas ni ascos, Matt los tiene casa vez menos seguidos, y eso me alegra porque el pobre a veces ni podía levantarse de la cama, sigo trabajando desde casa, aunque ahora duermo más que antes, mis tetas están enormes y sensibles, pero estoy muy feliz al igual que Matt, muy pronto tendremos a las gemelas con nosotros, mis papás y los de Matt están que no caben de felicidad por las pequeñas, acabo de levantarme después de una larga siesta, me arreglé un poco, salí de la habitación y fui a la sala, no había nadie, fui a la cocina y me serví helado de chocolate con extra chocolate, sí, mi novio prefirió comprar un bote enorme de la heladería para no tener que salir todas las noches, acaricié mi barriga y caminé al gimnasio del apartamento, seguro estaría ahí, entre y ahí estaba, haciendo pesas, sin camisa, completamente sudado, me vio y me sonrió, me senté en la banca y lo miré mientras comía mi helado.

—Buenas tardes dormilonas.

—Buenas tardes mi amor.

Siguió ejercitándose, mierda, se veía tan sexy, el sudor corría por su abdomen marcado y pase mis ojos por su abdomen hasta llegar a la V marcada en la parte inferior, de donde colgaría mi mejor am… ¡Ellie! Tomé helado con mi cuchara y comí, lamí la cuchara suavemente.

—Ellie, deja de jugar con fuego.

—Es que te ves tan sexy Matt.

—Estoy haciendo ejercicio.

—Yo también ocupo un poco de ejercicio entrenador.

—Ven y te ayudo.

—Perfecto. — me puse de pie y me quité la camisa, me acerqué a él y le quitó demasiado peso a una máquina para que pudiera levantar, me puse de espaldas contra él y tomé la barra, comencé a mover mi trasero contra Matt y gimió, eso fue suficiente para soltar la barra y girarme a él, lo besé y caminamos torpemente hacia la barra, me senté y me quité el top dejando mis tetas al aire libre, él me quitó el short y me dejó en bragas, Matt tomó mis tetas entre sus manos y las masajeó, tomó uno de mis pezones en su boca y comenzó a succionar, gemí de placer y mi entrepierna se humedeció al instante, sentí liquido correr por mi pezón, Matt lo soltó y después hizo lo mismo con el otro, se limpio los labios.

—Creo que las pequeñas deberán compartir con papá un poco de su leche. — reí y sentí que clavó su rodilla en mi entrepierna, mi espalda se arqueó de placer, sus besos bajaron por el valle de mis senos, mi barriga, llegaron a mi entrepierna y comenzó a dejar besos suaves sobre mis bragas, abrí las piernas y sentí mis mejillas quemar, estaba caliente, este hombre alteraba cada sentido en mí, me excita solo con verlo y escucharlo hablarme, tal vez será por eso que estoy embarazada, sonreí, bajó las bragas suavemente y comenzó a besar mi entrepierna, sentí sus labios húmedos sobre mi centro caliente, abrí mis piernas más y lamió de abajo hacia arriba, enredé mis manos en su cabello y tiré de él, gimió y justo cuando iba a seguir besándome, sonó el maldito timbre.

—¿A quién mierdas se le ocurre interrumpir el momento del mejor sexo de mi vida? — Matt se rió y se puso de pie, me ayudó a sentarme.

—Yo voy.

—Tú no vas a ningún lado así, ve a ducharte y te vistes.

—Me gusta cuando te pones celosita. — mordió mi cuello suavemente y gemí, me puse de pie y me vestí, Matt besó mis labios y fue a la habitación, yo fui directo a la puerta.

—¿Quién se atreve a interrumpir el mejor sexo de mi vida? — abrí la puerta.

—Por favor, no es como si no cogieras todos los días. — era Maddi ¡Era Maddi! gritamos y nos abrazamos lo más que pudimos por mi barriga, estaba tan feliz que solté unas lágrimas y ella también.

UN PEQUEÑO INCIDENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora