CAPÍTULO 48

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No sentí las manos de Matt en mí barriga, desperté y no estaba en la cama, me dieron ganas de hacer pis y fui al baño, cuando salí no había ningún rastro de Matt, salí de la habitación y escuche ruido en la cocina, entré y vi a Matt comiendo papas mientras estaba sentado en la barra.

—Matthew Harrison, estas no son horas de comer papas.

—¿Qué haces despierta cielo?

—Tenía que ir al baño y no te vi en la cama. — me acerqué a él y besé sus labios suavemente — ¿Qué haces aquí?

—Creo que tuve un antojo.

—¿Un antojo?

—Sí, ni el sueño le pudo ganar a las ganas de comer papas con chile. — me reí.

—Es que estos pequeñines quieren compartir síntomas con papá.

—Eso parece. — acarició mi barriga suavemente.

—Se siente raro pensar que ya no tendré que irme a casa mañana. — sonrió y besó mi frente.

—A mí me encanta esa idea, estar juntos y no tener que separarnos en ningún momento. — sonreí.

—Lo sé, te amo más que a nada en este mundo Matt. — acaricié su mejilla suavemente.

—Y yo te amo a ti Ellie Hoult, te amo de la forma en que nadie nunca te amará. — nos besamos suavemente, se me antojó un vaso de leche con galletas, me acerqué al refrigerador y me serví un vaso de leche, lo dejé en la barra y busqué las galletas en la alacena, pero estaban hasta arriba y no las alcanzaba, Matt sonrió. — ¿ocupas ayuda cielo?

—Por favor, no las alcanzo, estoy enana. — se rió y se acercó, bajó las galletas y me las dio, le di un beso suave en los labios y me senté en la barra, comencé a beber mi leche con galletas mientras Matt comía sus papas. — Te ves gracioso comiendo papas a estas horas. — me reí.

—No es mi culpa, es la de nuestros bebés.

—Pobre de ti, mi amor.

Seguimos comiendo y cuando terminamos, fuimos a la habitación nuevamente y nos acostamos, Matt me abrazó y metió sus manos por debajo de mi camisa para ponerlas en mi barriga, la acarició suavemente y nos quedamos dormidos, eran las nueve de la mañana, Matt estaba duchándose, Copito me estaba ladrando y estaban tocando a la puerta, fui al baño a hacer mis necesidades y me lavé los dientes rápidamente.

—Buenos días mi amor. — dijo Matt desde la ducha.

—Buenos días cariño, iré a abrir la puerta.

—Está bien.

Fui a la puerta y miré a Maddi y Sam, abrí la puerta y me miraron.

—¿Te sientes bien? — preguntó Maddi.

—Sí, es solo… — las náuseas me golpearon y corrí a la habitación, entré al baño y comencé a vomitar en la taza, Matt se acercó rápidamente a mí y tomó mi cabello, comenzó a frotar suavemente mi espalda.

—¿Estás bien mi cielo? — preguntó cuando terminé de vomitar y asentí.

—Maddi y Sam están en la sala, ve con ellos.

—No quiero dejarte sola mi cielo.

—No pasa nada cariño, me voy a vestir y ahora salgo, ve con ellos, se quedaron preocupados.

—¿Segura?

—Sí cariño, tranquilo, estamos bien.

—Te ayudo a ponerte de pie.

UN PEQUEÑO INCIDENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora