VIENA | LA CASA DE PAPEL |

Capítulo 2. ¿Dónde estás?

2 meses y medio para la hora cero. (En un lugar indeterminado).

Poco a poco Viena se va despertando. Se siente mareada, con mucha sed. Nota que le tiemblan los brazos y las piernas. Intenta ponerse de pie, pero las fuerzas le fallan y solo consigue sentarse en un rincón de esa oscura habitación. No ha sido una pesadilla. Sigue allí y ya ha perdido la cuenta de los días que lleva en ese lugar.

En esos momentos varias preguntas invaden su cabeza: ¿Los demás estarán a salvo? ¿Habrán descubierto al profesor? ¿Sergio sabrá que ella está aquí? Por más que le duela, nunca sabrá las respuestas. Está segura de que no saldrá de ese lugar con vida.

De repente, se escucha un ruido y se abre una puerta. La luz que entra por ella deja momentáneamente ciega a Viena mientras escucha unos pasos acercarse.

-Vaya, pero si ha despertado mi gran amiga. -Dice la inspectora Sierra sonriendo.

Viena no contesta.

- ¿Sigues muda? ¿Te ha comido la lengua el gato? -Insiste Sierra.

- ¿Por qué no me matas? -Dice Viena desafiándola.

-Aún no he terminado de jugar contigo. -Dice Sierra sonriendo. -Además, todavía no me has dado ningún dato interesante. Si me lo dices, quizá sea buena persona y acabe con todo esto.

-No has entendido nada. -Dice Viena riendo débilmente. -Yo no sé nada del paradero de mis compañeros y mucho menos del Profesor. Eso formaba parte del plan.

-Eso dice también tu amigo Aníbal Cortés o, bueno, para ti Rio. -Contesta Sierra. - Pero no me lo creo. Lo siento. No me creo que el Profesor no haya mantenido el contacto con su querida hermanita después de que perdierais a vuestro hermano en el atraco.

-Las relaciones entre hermanos pueden llegar a ser muy complejas. -Le dice Viena volviendo a desafiarla.

La inspectora Sierra se empieza a reír. -Buen intento, Libertad Marquina. Pero no has conseguido convencerme. Vamos a seguir jugando.

2 meses y medio para la hora cero. (Palawan)

Después de enviar los diferentes mensajes para convocar a la banda, hoy es el día en el que todos los integrantes llegarán. Tokio y el Profesor los esperan impacientes en el bote. Pero de repente aparece un hombre en el muelle.

- ¿Quién es ese? -Pregunta Tokio señalando el muelle.

El profesor dirige su mirada donde señala Tokio y se tensa. Algo no va bien.

-Ahora vuelvo- le dice a Tokio mientras se dirige rápidamente hacia el hombre.

Conforme se va acercando, el Profesor va viendo como el hombre va negando con la cabeza.

- ¿Qué ha pasado? -Pregunta muy serio.

-Cuando llegué allí no estaba. -Dijo el hombre apenado.

- ¿Cómo que no estaba? ¿Y no la buscaste? ¿Nadie te ha podido decir a donde ha podido ir o si se encuentra a salvo? -Pregunta el Profesor nervioso.

-Estuve averiguando. Al parecer dos días antes de que yo llegara, un grupo de personas fueron a buscarla donde trabajaba y se la llevaron. -Responde el hombre.

- ¿Qué personas? -Preguntó el Profesor muy nervioso.

-No lo sé, no pude saber más. Nadie los conocía. Lo único que me dijeron es que parecían ser españoles, que aparecieron de la nada y Viena se fue con ellos. -Contestó el hombre.