Capítulo 25. Doctorcita.

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En el atraco (Banco de España)

-¡AL SUELO COÑO! -Gritó Río.

Tokio y Viena se alertaron al escuchar eso. Sin pensárselo, salieron corriendo hacia el hall para encontrarse con su compañero Río.

-¿Qué ha pasado, Río? -Preguntó Viena al llegar.

En ese momento, aparecieron los demás compañeros que también estaban alertados por los gritos.

-Gandía ha escapado. -Contestó Río.

-¿Qué? ¿Cómo? -Respondió Tokio alarmada.

-No lo sé, no lo sé... -Respondió Río nervioso.

-Lo importante ahora es encontrarlo. Ese hombre es un peligro. -Intervino Viena.

-Tienes razón- Dijo Tokio. Entonces se dirigió a su compañero. -Río, ¿por dónde ha ido?

Pero Río no contestaba, estaba en shock después de lo que había pasado. Tokio se acercó a él.

-Río, ¿por dónde ha ido? -Insistió Tokio.

-Por las escaleras. -Contestó Río sobresaltado.

Entonces Tokio rápidamente empezó a dar órdenes: -Estocolmo y Denver, quedaos aquí. No dejéis que se acerque a la puerta. Si la abre y escapan los rehenes, estamos jodidos. ¿Vale?

-Entendido. -Contestó Estocolmo.

-Helsinki conmigo y Bogotá con Viena. -Siguió ordenando Tokio. - ¡Vamos!

Viena se acercó rápidamente a la atracadora al mando. -Tokio, yo me voy con Nairobi. -Dijo consiguiendo que su compañera la mirara extrañada. -Alguien tiene que protegerla por si a Gandía se le ocurre atacar a un miembro de la banda.

Tokio le contestó asintiendo la cabeza. -Bogotá y Helsinki, conmigo. -Volvió a ordenar.

En ese momento los tres compañeros empezaron a subir las escaleras. Antes de subir, Viena miró durante unos segundos a su compañero Palermo. Se le notaba tranquilo y eso era muy extraño. Rápidamente se acercó a él.

-¿Has tenido algo que ver con la huida de Gandía? -Preguntó Viena nerviosa.

-¿Yo? ¿Qué decís? ¿Cómo? Si estoy encadenado -Contestó Palermo ligeramente indignado.

Viena agarró su pistola y se la acercó a la cara a su compañero. -Espero que me estés diciendo la verdad, Palermo. Como descubra que es mentira, no sé si me podré controlar. -Dijo Viena nerviosa.

Entonces Viena se alejó de su compañero para empezar a subir las escaleras. Mientras tanto Palermo se quedó mirando fijamente como su amiga se alejaba. Estaba preocupado por la última reacción de Viena, pero todo iba a acabar ya. Después de esta crisis, por fin le liberarían y podría explicarle todo a su amiga.


********

Viena llegó al despacho donde se encontraba Nairobi y Paquita. Se sentía algo nerviosa y su compañera lo notó.

-Viena, ¿estás bien? -Pregunto Nairobi.

-Sí, sí. -Contestó rápidamente Viena.

-¿Y los gritos? -Cuestionó Nairobi.

-¿Qué gritos? -Respondió Viena.

-Escuchamos a alguien gritar, doctora. -Explicó Paquita.

-Ah, bueno. -Dijo Viena. -No os preocupéis. Arturo ha querido volver a hacerse el héroe. Pero no ha pasado nada grave.

VIENA | LA CASA DE PAPEL |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora