Capítulo 51. Niño perdido.

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Aviso: Si los diálogos están en cursiva, significa que los personajes están hablando en Kurundi.

2 meses desde el final del atraco (Marliban)

Hacía escasas horas que había comenzado a amanecer. Poco a poco iba entrando la luz en la habitación despertando ligeramente a Martín. Al principio intentó volverse a dormir, pero ya no pudo. Al darse la vuelta se encontró de frente con Libertad que seguía durmiendo plácidamente. Martín se quedó mirándola sonriendo. Le encantaba verla así. En un momento le apartó algunos mechones de pelo de su cara y la acarició levemente para después seguirla mirando.

-Si me sigues mirando, me vas a gastar. -Dijo Libertad sin abrir los ojos después de un buen rato.

-Pero como...-Empezó a decir Martín extrañado.

-Yo lo sé todo, corazón. -Interrumpió a su novio abriendo por fin los ojos. Después de eso, se acercó levemente y le dio un beso.

-¿Dormiste bien? -Preguntó Martín.

-Sí, muy bien. -Contestó Libertad. -¿Y tú?¿Llevas mucho rato despierto?

-Solo un poco. -Respondió el atracador. – Pero con vos al lado se duerme muy bien. -Terminó diciendo para volver a besarla.

-Qué pelota eres. -Dijo la doctora.

-Y cómo te gusta que sea así con vos. -Completó Martín. Después miró el reloj. -Es tarde Lib. ¿No te están esperando en el hospital?

La doctora sonrió.-Hoy me pedí el día libre. -Respondió. -Solamente iré a trabajar si ocurre alguna urgencia.

-¿Y puedo saber para qué pediste el día libre? -Cuestionó el ingeniero de forma juguetona. -¿Acaso tenés un amante escondido y vas a pasar el día con él?

Libertad soltó una leve carcajada. -Qué tonto eres. -Respondió y le besó. -Sabes que yo solamente quiero estar contigo. -Hizo una breve pausa. -Lo pedí por varias razones: -La primera es que no he parado de trabajar desde que llegamos y necesito descansar.

-Tenés razón. -Comentó el novio. -¿Y qué más?

-Quería pasar la mañana contigo... solos. -Siguió hablando la doctora.

-Eso me interesa. -Dijo Martín con una sonrisa.

-Y hoy viene por fin el abogado para poner en marcha el papeleo y ceder esta casa al hospital. -Dijo finalmente Libertad.

Martín se sorprendió ante ese último comentario. -No sabía que seguías adelante con eso. -Comentó.

-Te prometí que nos iríamos a Argentina, ¿no? -Dijo Libertad. -Pienso cumplirlo.

-Ya, pero como esto es tan importante para vos...- Comentó Martín.

-Pero estar contigo también es muy importante para mí. -Respondió Libertad. -Y sé que este no es tu lugar. Que no estas a gusto.

-Lib... -Empezó a decir Martín.

-Martín, tranquilo. -Interrumpió Libertad con una sonrisa. -Aunque no me lo dijeras lo noté desde el primer momento. Te agobia que siempre haya gente en casa. Que siempre tenga que estar atendiendo a todo el mundo. Encima la mayoría de las personas no hablan tu idioma y eso te frustra. -Paró unos segundos. -Yo te pedí que me dejaras unos meses para solucionar esto, y después nos iríamos. Y lo voy a cumplir. Te agradezco mucho que quisieras acompañarme en todo esto. Me ha encantado enseñarte esta parte de mi vida.

-Pero Lib, yo no tengo apuro en irnos, ¿eh? -Respondió el ingeniero. -Tenés razón en lo que dijiste, pero nos quedaremos todo el tiempo que necesites, así podés dejar todo lo de la casa como vos quieras. Y nos vamos cuando te sientas preparada.

VIENA | LA CASA DE PAPEL |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora